3 Dias Sin Tecnologia

3 Días sin Tecnología

Con el bum de la tecnología que se disparó en las últimas dos décadas (al menos eso es lo que dice mi mamá) los adolescentes de ahora, pasamos horas y horas enganchados a la tecnología en sus múltiples formas: internet, radio, televisión, teléfonos móviles, consolas, etc. Es tanto tiempo “muerto” que corremos el riesgo de olvidarnos hasta de…. vivir.

La verdad es que mi madre me lo dice constantemente, habla de la forma como en su generación se vivía la adolescencia, y lo que cuenta parece a veces tan… irreal, que de no ser por que la conozca tanto y sé que es bastante honesta, ni siquiera lo creería.

Siempre me dice que en su época, la gente nunca ni en sus mejores sueños, hubiera imaginado los abismales cambios que traería consigo el surgimiento de la tecnología. Cuenta que cuando era niña, todas las personas hablaban cara a cara, convivían y socializaban directamente, mientras que los niños andaban en bicicleta, jugaban al “avión”, a brincar la “riata”, corretizas, y que los niños por su parte preferían, la “rayuela”, el “trompo” o las “canicas”. Que aprovechaban todo cuanto tenían a la mano, incluso las semillas de los “chabacanos” las que luego de comerse, se lavaban y se teñían con “anilina” de colores, para jugar a la “matatena”.

El resultado es que un día en serio me pregunté hasta que punto sería capaz de, de disfrutar de la vida analógica. Al principio me pareció una idea descabellada, pero luego me pareció un verdadero reto y una pregunta empezó a darme vueltas y vueltas en mi pequeño cerebro.

¿Sería capaz de desengancharme un día de la tecnología y vivir de forma analógica?

Luego de pensar en ello unos cuantos días, me decidí a echar a andar mi “audaz” idea. Pero tenia que ser en fin de semana, pues estaba segura de que en fin de semana, sería más llevadero dejar a un lado las maquinas que para muchos se han convertido en parte de nuestra vida misma.

Así que puse manos a la obra y un buen día decidí estar 3 días sin teléfono, sin tele, sin radio, sin música y sin que nada que tuviere chips, conectores, pilas, etc. Someterme a una “desintoxicación” tecnológica.

Lo que descubrí me sorprendió, por fin de di cuenta de que estamos “empachados” de ella. Y lo que es más grave, el empacho nos ha bloqueado tanto que ya ni creamos nuestras propias ideas, nuestra propia información. Hemos dejado de jugar con nuestra imaginación para que otros nos hagan pasar el rato con la suya.

Con la idea de llevar a feliz termino mi proyecto, un día decidí comenzar un día diferente, pensando y disfrutando de la vida de una forma diferente. Comencé por darle más tiempo a la gente que quiero. A Mi madre, mi hermana y hasta mi perro, y descubrí que se podía hacer, cuando desde hacía mucho tiempo atrás en que tuve la sensación de que no tenía tiempo

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