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El método de la filosofía


Enviado por   •  6 de Marzo de 2013  •  1.712 Palabras (7 Páginas)  •  291 Visitas

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En nuestra lección anterior habíamos tomado como tema el método de la

filosofía, y había-mos llegado al punto en que la intuición se nos presentaba

insistentemente en la historia del pensamiento filosófico como el método

fundamental, principal, de la filosofía moderna.

Descartes fue, en la filosofía moderna, el primero que descomponiendo en sus

elementos las actitudes en que nos situamos ante el mundo exterior y ante las

opiniones transmitidas de los filósofos, llega a una intuición primordial,

primaria, de la que luego parte para reconstruir todo el sistema de la filosofía.

Descartes hace, pues, de la intuición el método primordial de la filosofía.

Más tarde, después de Descartes, el método de la intuición sigue estando en

florecimiento entre los filósofos modernos. Lo emplean principalmente los

filósofos idealistas alemanes (Fichte, Schelling, Hegel, Schopenhauer) y en la

actualidad, el método de la intuición es también generalmente aplicado en las

disciplinas filosóficas.

Así, pues, he pensado que sería conveniente dedicar toda una lección al

estudio detenido de lo que es la intuición, de cuáles son sus principales

formas, de cómo actualmente, en la filosofía del presente, las distintas formas

de intuición están representadas por diferentes filósofos y distintas escuelas. Y

sacar luego las conclusiones de este estudio, para fijar en líneas generales el

uso que nosotros mismos vamos a hacer aquí de la intuición como método filosófico. .

Lo primero que vamos a preguntarnos es: ¿qué es la intuición? ¿En qué

consiste la intuición?

La intuición se nos ofrece, en primer término, como un medio de llegar al

conocimiento de algo, y se contrapone al conocimiento discursivo. Tenemos,

pues, esta paradoja de métodos opuestos que son el método discursivo y el

método intuitivo.

Para comprender bien lo que sea el método intuitivo, conviene, por

consiguiente, que lo expongamos en contraposición al método discursivo.

Más fácil será comenzar por el método discursivo.

Como la palabra "discursivo" indica, este método tiene que ver con la palabra

"discurrir" y con la palabra "discurso". Discurrir y discurso dan la idea, no de

un único acto enderezado hacia el objeto, sino de una serie de actos, de una

serie de esfuerzos sucesivos para captar la esencia o realidad del objeto.

Discurso, discurrir, conocimiento discursivo es, pues, un conocimiento que

llega al término apetecido mediante una serie de esfuerzos sucesivos que

consisten en ir fijando, por aproxi-mación sucesiva, unas tesis que luego son

contradichas. discutidas por uno consigo mismo, mejoradas, sustituidas por

otras nuevas tesis o afirmaciones, y así hasta llegar a abrazar por completo la

realidad del objeto y por consiguiente obtener, de esta manera el concepto.

El método discursivo es, pues, esencialmente un método indirecto. En vez de

ir el espíritu recto al objeto, se pasea, por decirlo así, alrededor del objeto, lo

considera y contempla en múltiples puntos de vista; lo va abrazando cada vez

más de cerca, hasta que por fin consigue forjar un concepto que se aplica

perfectamente a él.

Frente a este método discursivo está el método intuitivo. La intuición consiste

exactamente en lo contrario. Consiste en un acto único del espíritu que de

pronto, súbitamente, se lanza sobre el objeto, lo aprehende, lo fija, lo

determina por una sola visión del alma. Por eso la palabra "intuición" tiene

que ver con la palabra "intuir", la cual, a su vez, en latín significa "ver".

Intuición vale tanto como visión, como contemplación.

El carácter más aparente del método de la intuición es el ser directo, mientras

que el méto-do discursivo es indirecto. La intuición va directamente al objeto.

Por medio de la intuición se obtiene un conocimiento inmediato; mientras que

por medio del discurso, del discurrir o razonar, se obtiene un conocimiento

mediato, al cabo de ciertas operaciones sucesivas.

La intuición sensible.

¿Existen en realidad intuiciones? Existen; y el primer ejemplo, y más

característico, de la intuición, es la intuición sensible, que todos practicamos a cada instante. Cuando con una sola mirada percibimos un objeto, un vaso, un

árbol, una mesa, un hombre, un paisaje, con un solo acto hemos llegado a

tener, a captar ese objeto. Esta intuición es inmediata, es una comunicación

directa entre mí y el objeto.

Por consiguiente, es claro y evidente que existen intuiciones, aunque no fuera

más que esta intuición sensible. Pero esta intuición sensible no puede ser la

intuición de que se vale el filósofo para hacer su sistema filosófico. Y no

puede ser la intuición de que se vale el filósofo por dos razones

fundamentales. La primera es que la intuición sensible no se aplica más que a

objetos que se dan para los sentidos, y por consiguiente, sólo es aplicable y

válida para aquellos casos que por medio de las sensaciones nos son

inmediatamente dados.

En cambio de esto, el filósofo necesita tomar como objeto de su estudio

objetos que no se dan inmediatamente en la sensación y en la percepción

sensible; tiene que tomar por término de su esfuerzo objetos no sensibles. No

puede servirle, por consiguiente, la intuición sensible.

Pero

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