Millennials

Los millennials son -mal llamados- “la generación malcriada” y se refieren a todos los nacidos entre 1981 y 1995, que cuentan con un título académico y con ganas de cambiar al mundo.

Soy millennial y desde mi perspectiva no me considero como parte de una generación malcriada, por el contrario, creo que nos hemos convertido en el foco de atención de todos y eso llevó a que pusieran muchas responsabilidades en nuestras manos; tenemos metas, compromisos y sueños propios, pero además de eso, tenemos un gran peso que es revolucionar el mundo.

En cada artículo, post de blog, tweet, y ensayo, nos describen como los encargados de crear movimientos para revolucionar lo que conocemos y cambiar, a través de las nuevas tecnologías, toda una estructura social, económica y cultural que ha regido al mundo por muchos años. ¿Estamos preparados para eso? ¿Estamos listos para convertirnos en jóvenes de 24 años con ese peso sobre nuestros hombros?

Ayer, precisamente, leí un artículo del periódico El Espectador en dónde daba cifras –que no tengo claras ahora mismo- y decían que 3 de cada 5 millennials, en la mitad de su carrera, ya tenía un negocio propio o al menos la idea aterrizada de uno. Wow. Si lo miramos desde afuera es algo muy admirable, y me refiero a que todos nuestros padres y abuelos crecieron con un mantra en la cabeza de terminar el bachillerato –algunos- para conseguir un trabajo que pudiera darte para crear una familia y luego una pensión y finalmente vivir como en la canción de El Gran Combo, “yo me levanto por la mañana, me doy un baño y me perfumo… me tomo un buen desayuno y no hago más na’, más na’”, pues, al menos así creció toda mi familia caleña. Pero, retomando, si mis abuelas saben que tengo 24 años, estoy haciendo mi segundo y tercer pregrado, estoy trabajando en lo que amo y me apasiona y que, además de eso, tengo un negocio propio y con eso me mantengo, serían capaces de hacerme un monumento en La Colina, justo ahí al ladito de la estatua de Sebastian de Belalcázar. ¿En serio soy capaz de hacer eso?

No tengo un negocio, pero tengo una idea muy aterrizada de uno, estoy terminando mi segundo pregrado y en la mitad de mi tercer pregrado, trabajo en esto que me llena la vida, tengo 24 años y aún no tengo una estatua; pero no busco cambiar el mundo, busco poder hacer la vida de las personas más fáciles sin importar si eso me de dinero o no –por ahora no lo necesito, tal vez mañana sí- tengo metas, sueños y aspiraciones, quiero viajar y moverme, quiero vivir y conocer, pero no quiero cambiar el mundo, quiero cambiar la vida de las personas y hacerla más fácil –fácil no es el mejor adjetivo, pero funciona-.

Y entonces, ¿qué onda con el social media y cómo lo incluyo en este trabajo teniendo en cuenta el video de All Work and All Play? Bueno, es que él ya viene implícito.

Somos la generación de las redes sociales, somos la generación de hacer conexiones con personas afines a nuestros gustos, intereses y cualidades, somos la generación de los 1.000 amigos en Facebook, de los 20 tweets por día y de hacer check in desde que salimos de la casa hasta que volvemos a llegar a ella. Somos nativos digitales –o bueno, tal vez me equivoque en este término- y estamos conectados al menos unas 16 horas al día. Nos gusta hacernos la vida fácil,

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