Ser Digno De Ser

A partir de la negación de la existencia de Dios, que implica la ausencia de una esencia eterna, divina ,que predetermina todo, Sartre formula – desde el ateísmo – una nueva concepción filosófica, que condice también con la influencia que sobre él tiene el historicismo, en tanto la primacía de la acción sobre la observación y del sujeto como protagonista .

Esa ruptura con el determinismo religioso, esa inversión en la cadena del ser, que supone refutar el paradigma cartesiano donde la esencia es lo preexistente, lo lleva a postular que la existencia no está predeterminada por la esencia. “ Si Dios no existe hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia y este ser es el Hombre”.

No hay entonces naturaleza humana porque no hay Dios para concebirla, el Hombre es, a partir de su existencia, comienza por existir, por no ser. No tiene esencia sino existencia , concebida ésta, como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa por ser consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es consciencia del mundo y consciencia de sí.

En consecuencia Sartre dirá: “El Hombre es el único que no sólo es tal como se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia, el hombre no es otra cosa que lo que él se hace”. Este es el principio del existencialismo.

Este es el marco que dará contexto al postulado Sartreano: “el Hombre está condenado a ser libre” , es decir arrojado a la acción, al mundo, y es responsable plenamente de esas acciones decisiones y sin excusas. Está constituido por esta capacidad de elegir por su libertad, aún cuando su libertad sea enajenada, su lucha va a ser siempre por recuperar esa libertad. Solo un ser libre puede perder su libertad. Cuando perdemos nuestra libertad, comenzamos a no ser, o a ser lo que hacen de nosotros. El hombre vino a este mundo para darle un sentido a través de su libertad. La libertad es la creación constante de elecciones libres en las cuales el hombre se compromete con el mundo real. Cada una de nuestras elecciones tiene un peso ontológico porque en cada una de ellas nos vamos dando el ser que somos. No estamos determinados, somos libres, y esta libertad es una responsabilidad.

La libertad es el fundamento del ser. Hay ser porque el hombre es libre porque el hombre es una nada arrojada hacia sus proyectos. En la medida que realiza sus proyectos se va realizando, se va eligiendo así mismo.

“Somos la Nada abierta a nuestros proyectos”. Si Sartre insiste tanto en la nada es porque va a identificar a la nada con la libertad. La libertad no puede ser condicionada, tiene que partir de una total indeterminación.

Ahora bien, este pensar del Hombre

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