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Alma Sedienta De Metafisica


Enviado por   •  15 de Febrero de 2015  •  813 Palabras (4 Páginas)  •  158 Visitas

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hola!!

me alegra volver a contactarme con vos, aunque sea acá. a pesar de ciertas desventuras ocurridas en el orden material de la realidad, por múltiples causas, nervios, fatiga, bloqueo o la más sospechosa: no brindar con la mano izquierda… si lo hubiera sabido a tiempo… fue una linda noche que me encantará recordarla a lo largo de esta semana, hasta que se pueda volver a repetir con los debidos ajustes; te debo un desayuno con mate y no sé, tostadas con mermelada o queso crema, algo que te guste. espero que el criminal té no haya reincidido en sus ataques de estómago, voy a cambiar ese hábito inglés y senil de té con limón y volver a algo más regional, al puro mate. ¿cómo fue tu día de la madre? yo no compré ninguna florcita al final, soy un miserable, ahora me siento un toque incómodo con la situación del hijo que no le regala nada a su madre en su día especial. qué turro me dijo mi viejo cuando me inquirió. y eso que pasé por un par de puestitos y me vi tentado, pero qué se yo, no me da el cuero para comprar flores, hay de tantas especies y de tantos colores que no sabría cuál elegir. sé que a ella le hubiera gustado aunque sea ese mínimo gesto. ¿estaré tarde para recompensarlo? puede que le compre algo en la semana. lo estoy pensando. creo que si pienso tanto las cosas no las voy a resolver nunca y se me pase la semana pensando qué comprarle y después el episodio quede atrás, lejano, en lontananza y me olvide, hasta que me aceche la fecha de su cumpleaños. qué problema tener una madre y no saber qué regalarle. salvo ese florero de vidrio que ahora está en el living de mi casa y me parece de lo menos original que hay en el mundo ¡y la vergüenza que me dio comprarlo! en esa casa que venden todos artículos de decoración. creo que los regalos son un género complicadísimo; no se, se me hace insondable. en cambio a mí traiganme un libro y soy el hombre más feliz del mundo.

llego a casa y mi vieja empieza con las preguntas. qué hiciste anoche. nada. me mira raro. sonrío. me deschavo. te botoneó tu hermano. bueno sí, sonrío más y miro para abjo. entonces ¿para qué me pregunta si ya sabe?

y llegaron los abuelos y los tíos y comimos caracoles que estaban deliciosos (carnívoro fino) que mi viejo recolectó la semana pasada cuando fue a mar del plata y nosotros nos conocimos. para la tarde, me tomé unas copitas de tinto y a todo eso el sueño no me achacaba ningún bostezo ni me irritaba los ojos; estaba exultante, pasado de vuelta y ahora sí, me cae todo junto como una bomba y dentro de un rato como es costumbre, ya me iré a dormir.

acompañé a mis abuelos hasta quilmes y de paso la escuché a mi abuela que necesitaba un desahogo porque está como loca con mi abuelo que se olvida de las cosas. tiene algunas lagunitas. por ejemplo, me saludad dos veces, me pregunta si es la primera vez que voy al departamento de ellos cuando hace

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