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COMO DEBEMOS EDUCAR NUESTRAS MANOS. CUIDADOS ESPECIALES Y EJERCICIOS.


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2011  •  4.172 Palabras (17 Páginas)  •  762 Visitas

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COMO DEBEMOS EDUCAR NUESTRAS MANOS.

CUIDADOS ESPECIALES Y EJERCICIOS.

LA BELLEZA COMO NECESIDAD

Acabas de ver en estas dos primeras lecciones que la preocupación por la belleza física, ñas técnicas de embellecimiento y los productos cosméticos son tan antiguos como el hombre mismo, esto demuestra por parte del ser humano, más que un deseo, una necesidad de belleza, que puede revestir muchas formas, desde el mas sencillo cuidado físico hasta las formas mas sutiles de refinamiento intelectual y artístico.

Por otro lado, si eres observadora –y a partir de ahora debes serlo porque una de las cualidades esenciales en una esteticista es su receptividad y capacidad de observación- podrás comprobar fácilmente que, en general, las personas que se prodigan unos cuidados higiénicos y estéticos razonables revelan un gran equilibrio interior, en tanto que quienes descuidan su presencia física, por negligencia o deliberadamente, ocultan en realidad problemas psíquicos mas serios, de la misma manera que la mayoría de las afecciones de la piel no se deben a trastornos de la misma sino a otros órganos, aunque sin embargo quedan reflejados en la piel.

LA BELLEZA COMO PROFESIÓN

Vistas las cosas a la luz del psicoanálisis, se ha podido comprobar que el deseo de belleza en el ser humano es una necesidad de primer orden, es una simple coquetería.

En varias clínicas psiquiátricas de Europa es ya reconocida la meritoria labor de las estetocosmetologas, que con sus cualidades profesionales y humanas acelera extraordinariamente el proceso de recuperación de las pacientes.

Y con la desaparición del vello superfluo, de los granos, de los barrillos, de las verrugas, desaparecerán también muchos complejos, y el aumento de atractivo comporta un aumento paralelo de afán de vivir, de interés del ambiente que los rodea, de deseos de sanar y reintegrarse a la vida normal.

¿NECESIDAD… U OBLIGACIÓN?

Dejando de lado las consideraciones anteriores, que nos llevaría a conclusiones por encima de nuestro objetivo, si descendemos al terreno al terreno más prosaico del quehacer cotidiano veremos que hoy la higiene y la belleza son algo más que una necesidad.

En efecto: el aumento de población, la concentración de grandes masas en los núcleos urbanos, la convivencia diaria del hogar, en el lugar de estudio o trabajo, en los transportes públicos, etc., hace imprescindible un cuidado personal exigente. La higiene ha sido un paso muy importante pero el aseo solo no basta ya y ha dado entrada a su vez a necesidades estéticas más concretas.

A los slogan del momento “vive deportivamente”, etc., debiera añadirse uno mucha más importante: “Ofrece al prójimo un aspecto lo más agradable posible”. ¿Tenemos derecho acaso de ofender la percepción de los demás con nuestra negligencia o falta de higiene? Y no podemos negar que a diario vemos triste espectáculos, sobre todo en verano, desde piernas cubiertas de vello hasta unas axilas empapadas de sudor.

NO EXISTEN MUJERES FEAS

Puntualicemos. Nadie te exigirá que seas una belleza, e incluso imitar a la guapa de turno da unos resultados espantosos. No: se trata sencillamente de que sin perder tu personalidad sepas obtener el mayor partido posible de tu cualidades, con lo que satisfarás tu afán personal de belleza y cumplirás con un deber hacia el prójimo.

Fernand Aubry, famoso esteticista francés afirma: “No existen mujeres feas sino mujeres que se ignoran”. Pues no todas ha tenido la suerte d enacer con rostro o figuras perfectas, lo cual no significa, por parte de las “otras”, que carezcan de atractivo.

Lo que hace falta es estudiarse a la luz de conocimientos especializados y aprender a “revelar” esa belleza que sin duda alguna existe pero permanece oculta.

EN BUSCA DE LA BELLEZA

En ti, que inicias este curso de belleza, late indudablemente el deseo de ser más bonita y de ayudar a serlo a otras mujeres. Tal vez perteneces a la categoría de las que podríamos llamar “bellezas evidentes”, en cuyo caso no tienes más que aprender a conservar tus encantos y juventud. Pero si te consideras en el segundo grupo, el de “las bellezas ocultas”, no queda duda que en poco tiempo aprenderás a hallar y realzar tus atractivos, lo cual es el primer paso para que puedas más adelante ayudar a que otras mujeres, menos afortunadas que tu, por supuesto que no habrán sabido revalorizarse por si mismas, lo hagan también.

ESTETISTA: LA PROFESIÓN FEMENINA POR EXCELENCIA

Muchas jóvenes en edad de elegir estudios ó profesión que decida su futuro sueñan con ser estetocosmetologas. Para ellas, para ti, es la profesión femenina por excelencia. Sin embargo, esta apreciación no es más que inexacta y, desde luego, incompleta. En primer lugar no es una profesión que se elija al azar. Tal vez por falta de tiempo ó de talento para abordar otra más difícil ó completa. Es una profesión apasionante y absorbente, que requiere una gran vocación, pues los contactos humanos tienen importancia como los conocimientos técnicos.

¿SE REQUIEREN APTITUDES ESPECIALES?

Sí, pues aunque en principio fue una profesión básicamente técnica, requiere de cualidades personales muy específicas: carácter equilibrado, receptividad, paciencia, amabilidad y una gran dosis de simpatía.

Muchas mujeres acuden a la esteticista en busca de algo más que un simple tratamiento de belleza: tienen algún problema y necesitan resolverlo. Ocasión sobrada tendrás para comprobar que una mujer triste, desgraciada o acomplejada jamás es una mujer bella, por muchos tratamientos, cuidados y adornos que se ponga.

Tú, consciente de la importancia de tu profesión, sabrás darles los tratamientos estéticos necesarios al mismo tiempo que pacientemente escuchas sus problemas y les ayudas a que renazca en su ánimo el optimismo y la fe en la propia belleza.

EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN

Una estetista, por su cualidad de portadora de estética e higiene, debe ofrecer un aspecto que sea imagen fiel a su profesión. Es decir, una esteticista no puede permitirse el lujo de estar mal peinada o mal maquillada, estar gruesa, hablar a gritos, mostrarse precipitada, etc. Seria contradictorio y sus clientes no podrían depositar en ella ninguna confianza.

Por tanto, debes estudias, leer, salir, mantener contacto con otras profesionales, educare siempre: tu voz, tus

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