COMPARATIVO DE LAS LEYES DE IMSS, ISSSTE E INSFAM

El IMSS y su ley: los fundamentos de su creación

La creación del Instituto Mexicano del Seguro Social, que nació “con una composición tripartita para su gobierno, integrado, de manera igualitaria, por representantes de los trabajadores, de los patrones y del Gobierno Federal. De inmediato comenzó a trabajar su Consejo Técnico”. Su comienzo fue en el año de 1943, en el sexenio de Ávila Camacho. Si bien es cierto que el IMSS no se origina concretamente con el callismo y el máximato (1924-1934), no se podría pensar este organismo sin la antesala de la política institucionalizada que Calles creó.

De forma que fue un trabajo acumulativo y consecutivo, comenzando con Calles, desarrollado por el general Cárdenas y concretado apenas el inicio con Ávila Camacho. Hay que recalcar, como un subrayado o una vociferación más profunda, que la historia del “comienzo” no termina con Ávila Camacho. El IMSS, para aquella época, era pueril, sin apenas caminar de forma erguida.

Esta misma fundación, no podría considerarse de forma autónoma o independiente, sino que se constituyó también a partir de una significación política de compromiso ético: la ley del IMSS. Es importante señalar que esta ley ha tenido mutaciones –no se ha mantenido de una forma “original” a lo largo del tiempo– desde una perspectiva priísta posrevolucionaria, en función de los nuevos requerimientos de una sociedad tardío moderna mexicana, con todo y sus racionalidades e irracionalidades. ¿Pero no es acaso que al crear una memoria mexicana sustentado en un nacionalismo mestizo-revolucionario se cimentaron valores que necesitaban ser los pilares de una sociedad naciente?.

Es decir, la finalidad de la ley IMSS consistió en servir al trabajador en relación de las fuerzas extranjeras, en el año de 1949, como punto de partida. No obstante, al pasar los días y años, se fue modificando esta esencia, pero no el valor fenomenológico; es así, pues, que hubo alteraciones en la ley, y aquellas alteraciones fueron para ajustar una ley que fuera más análoga con lo que se manifestaba en México, pero no podría decirse, con base en una fenomenología-ética revolucionaria, que cambió, pues su valor intrínseco ha sido siempre el de proteger al trabajador. Por ejemplo, en el año de 1995 surgió una nueva ley “con el fin de recuperar la viabilidad financiera y eliminar iniquidades que a través del tiempo se presentaron”. No está por demás recordar que México había sufrido, en el año de 1994, una de las devaluaciones más inquietantes en su historia; de modo que la clase política tecnócrata, ante su incapacidad operativa económica, tenía que contrarrestar esos efectos de la devaluación de alguna manera . Y para neutralizar esta situación económica, el orden jurídico del IMSS realizó la “creación de las cuentas individuales para el retiro de los trabajadores. Su manejo se encomienda a las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores)” y, asimismo, creó “el Seguro de Salud para la Familia, que permite a los trabajadores no asalariados, que laboran por su cuenta, disfrutar junto con su familia, de la atención médica integral del IMSS”. Otro caso estuvo en el año de 2004, en el gobierno de Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN), primer gobierno no posrevolucionario, la ley del IMSS sufrió otra alteración. En este sentido, el cambió se halló en los siguientes artículos:

Las reformas a los artículos 277 D y 286 K de la Ley del Seguro Social establecen que el Instituto no podrá destinar recursos de las cuotas obrero patronales o de las aportaciones de seguridad social del Gobierno Federal al financiamiento del Fondo para el Cumplimiento de Obligaciones Laborales de Carácter Legal o Contractual, correspondiente a las nuevas plazas o sustituciones que se autoricen a partir de la entrada en vigor de estas reformas. Debe señalarse, que con estas reformas no queda resuelto en su totalidad el problema financiero del Instituto. Sin embargo, sí representan un paso decisivo y firme para construir un nuevo marco legal que sirva de base para generar acuerdos y consensos que nos permitan resolver otros problemas aún pendientes en la agenda del Instituto.

Es así que la ley del IMSS no ha sido un orden jurídico inalterable, pero parece ser que el horizonte político se ha mantenido. Ese horizonte que también puede ser “traducido” como uno de los valores inherentes y consustanciales de la Revolución Mexicana, y que radica justamente en la protección paternalista del trabajador.

El ISSSTE como organismo institucionalizado

Otra creación fue el ISSTE, la Constitución de 1917 otorgó a la seguridad social un carácter ineludible gracias al artículo 123, obligando a los patrones proporcionar a los trabajadores pensiones, enfermerías, entre otros servicios. No obstante, hacía falta una creación tangible de ideas. Por ello, aunque transcurrió mucho tiempo después de haber oficializado la Constitución del 17, fue en el año de 1959 que el presidente Adolfo López Mateos mandó una iniciativa al Congreso de la Unión, en la que anunciaba daría origen al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y a su propia ley, que sustituiría a la Dirección General de Pensiones Civiles y de Retiro.

Esta ley constituía en el país ser la primera en unificar la seguridad social, cobijando tanto la asistencia en materia de salud, como prestaciones sociales, culturales y económicas; es importante recalcar que los beneficios que otorga esa ley no sólo son para los trabajadores directos, sino que se extienden hacia sus familiares. Algunas de las características de esta ley son las siguientes:

En 1960, el ISSSTE amparaba a 129 mil 512 trabajadores, 11 mil 912 pensionistas y 346 mil 318 familiares, es decir, un total de 487 mil 742 derechohabientes beneficiados con las 14 prestaciones que marcaba la […] Ley.

Seguro de enfermedades no profesionales y de maternidad.

Seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.

Servicios de reeducación y readaptación de inválidos.

Servicios para elevar los niveles de vida del servidor público y su familia.

Promociones que mejoren la preparación técnica y cultural, y que activen las formas de sociabilidad del trabajador y su familia.

Créditos para la adquisición en propiedad de casas o terrenos y construcción de moradas destinadas a la habitación familiar del trabajador.

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