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CUALES SON LOS ASPECTOS EPISTEMOLÓGICOS EN LAS CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL


Enviado por   •  26 de Abril de 2018  •  Ensayos  •  3.103 Palabras (13 Páginas)  •  136 Visitas

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ASPECTOS EPISTEMOLÓGICOS EN LAS CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL

Guido Osvaldo Asencio Gallardo

Juan Carlos Salazar Burgos

I. INTRODUCCIÓN

En la construcción y desarrollo armónico de nuestras experiencias, experimentamos una serie de reactualizaciones de discursos sobre lo que es real y verdadero, de lo que es válido y útil, de los beneficios y contraindicaciones, que nos coartan la posibilidad de avanzar en nuestras zonas de confort. El desarrollo de conceptos que secularizan la verdad y la razón en una ecuación estable que rehace y proyecta la visión de mundo, se encuentra en el delicado espacio que divide la probabilidad de la casualidad.

En el presente ensayo desarrollaremos el concepto de epistemología en una visión orientada a conocer algunos aspectos filosóficos e historiográficos relacionados a su posibilidad argumentativa como paradigma lógico.

II. DESARROLLO

La incorporación del concepto epistemología implica un recambio en las estructuras del pensamiento filosófico, ya que integra la racionalidad conceptualizada, exenta de simbolismo operativo, para hacerse cargo de un modelo o estructura de herramientas que focalicen un camino reflexivo unificado; una ciencia práctica y efectiva que ordene la visión de mundo. Una doctrina efectiva.

Si bien los epistemas deconstruyen la filosofía, y con ello la completa desaparición del sofismo como propuesta argumentativa, podemos integrar una reflexión mayormente conceptual que separa los enfoques del pensamiento humano en razón de la funcionalidad de dar sentido a la explicación de los hechos y fenómenos de la naturaleza.

Necesario es indicar que la razón epistemológica desviste y expone los velos de la capacidad de conocer y en ello no se permite dejar preguntas sin respuestas, principalmente porque optimiza el modelo de reflexión inmediato, pero sólo es una fórmula pretenciosa que se desgasta en su uso inadecuado. No es una herramienta efectiva, sino reflexiva, que al igual que muchas herramientas gana obsolescencia si su uso se desprende de su objetivo, o alterna usos no indicativos.

Los epistemes, que en su razón etimológica describen la capacidad de conocer e indica condiciones del logos -detalle a analizar posteriormente-, que nos indica la existencia de herramientas que nos permiten acceder a un conocimiento humanizado, ajeno a la verdad de los dioses, donde sus saberes herméticos nos acercaban a la comprensión y entendimiento de su naturaleza. Es en esta importante descripción donde los epistemes la adquieren el sufijo logos, que indica la consciencia única del origen del universo, la única verdad que logró indicar las posibles respuestas simbólicas del origen del hombre en la tierra, conocimiento tradicional y místico que pierde terreno en el afán del hombre caído que sólo busca comprender lo que observa y se permite describir.

La nueva condición científica abandona a las viejas creencias y se dispone el pensamiento reflexivo como método y modelo que enfoca la naturaleza y extrae su verdad para poder caracterizar las propiedades de los mismos caprichos de la naturaleza, comprende los ciclos de la tierra, su tiempo, la entrega racionalidad al día y a los hechos que no tienen explicación aparente. De manera que los usos de la epistemología ya no sólo responden a las preguntas existenciales, sino que inician su búsqueda ontológica y develar sus condiciones, para así extraer sus propiedades y elementos constituyentes. La reflexión se eleva por sobre la revelación.

La defensa histórica de la epistemología como estructura elemental en la construcción de las teorías que comenzaron paradigmáticamente a oficializar si las estructuras del pensamiento son válidas para explicar o desglosar la verdad tras cada uso científico; la verdad puede ser cuestionada si no cumple la rigurosidad necesaria para implementar las fórmulas de la validación y la réplica en el sentido más arbitrariamente purista de lo que hemos defendido como hecho científico, por lo tanto real.

La ciencia como la conocemos hoy en día, se debe al enorme trabajo de los alquimistas, matemáticos, sofistas y observadores que concentraron reflexiones en acciones sistematizadas que lograran posicionar las abstracciones en un lenguaje unificado, con la menor cantidad posible de ambigüedades, y en este viaje es donde se requería reforzar el sustento o piso lógico, y en ello el paso de la filosofía a la epistemología.

Si hacemos un gran salto histórico en el énfasis científico de la epistemología, podemos encontrarnos con los usos de la ética, inicial sustento axiomático, desfigurados de su real sentido y uso, que desde la expansión de Roma se pierde y queda denigrada a costumbre, casualmente sinónimo de moral. De esta manera es como los valores igualmente pierden su sentido simbólico y se relevan a sólo conceptos, que según la región del imperio o del mundo podían adaptarse a la realidad lingüística y desvirtuar su sentido. La adaptación y el perjurio de lo verdadero.

Desde otro punto, podemos revisar los usos de la verdad como hecho objetivo en el sentido de la validación científica, en ello desglosando las condiciones en que son observados los fenómenos. La verdad se desprende de sus condiciones una vez que los sofistas pierden terreno en la pragmática de las respuestas a los cuestionamientos lógicos de las disciplinas que encontraban fortaleza en la reflexión metódica, y por ello los elementos se intersectan y componen nuevas posiciones donde los nuevos productos demandan nuevas bases que lo relacionen con lo cotidiano, en términos puntuales, la lógica de los dioses comienza a ser develada, por lo mismo sus misterios carecen de sentido luminoso y se transforman en una dialéctica de preguntas y respuestas, de una relación entre los objetos de la naturaleza posicionando al ser humano dentro de esta lógica, ya no era un algo que ocupaba espacio y reflexionaba, la ecuación adquiere sentido, somos la parte de ella que le da sentido. Es por este aporte que al día de hoy, con las tergiversadas propuestas científicas es que nos acostumbramos a identificar lo objetivo con lo real y verdadero y lo subjetivo con lo condicionado a la realidad-cotidianidad e influencia de los sujetos y sus realidades cambiantes. Un ejercicio innecesario y perjudicial que arrastró durante milenios hasta que en nuestros días hemos logrado depurar esta accidentada relación entre lo objetivo y lo subjetivo, como si fueran opuestos, pero logramos comprender que son binarios, y su fortaleza radica en su capacidad de su estructura para conjugarse y observar los matices entre negro y blanco. La amplitud del campo a observar no se permite retrasos con la calificación de objetivo/subjetivo, sino con la reflexión entre el contexto de pertinencia, intervención, reflexión y la capacidad para concretar las acciones y actividades que el ejercicio científico nos permite. No alejarnos de la verdad con explicaciones, sino interiorizar el hecho científico como una posibilidad en la enormidad del conocimiento y la capacidad de conocer.

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