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Caracteristicas De La Vejez


Enviado por   •  16 de Marzo de 2014  •  7.913 Palabras (32 Páginas)  •  831 Visitas

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Características de la vejez

El proceso de envejecimiento

El envejecimiento es un proceso universal que afecta a todos los seres vivos. Desde el mismo momento de nacer se inicia un proceso continuo, denominado senescencia, que presenta una serie de modificaciones orgánicas y funcionales. Éstas se manifiestan gradualmente a lo largo de la vida y con variaciones en su aparición, según el medio ambiente en el que se desarrolle el individuo y sus condiciones y calidad de vida. Es decir, el envejecimiento es un fenómeno individual, que, aunque conocido, sorprende cuando se evidencia en uno mismo, porque nadie envejece por otro.

La concepción popular de la vejez suele asumir de forma indiscriminada la relación entre este proceso y la muerte, la enfermedad, la dependencia, la soledad, una menor capacidad adquisitiva y la pérdida de estatus, todo ello directamente asociado a una situación de vida totalmente negativa y contrapuesta a todos los valores considerados como positivos: juventud, trabajo, riqueza, etc. Por tanto, y desde esta perspectiva, el envejecer iría en contra de la "felicidad" del hombre. Evidentemente, la alternativa a este planteamiento debe partir de la propia sociedad: los individuos componentes de los grupos sociales deben diseñar y resolver proyectos de vida más amplios en los que tengan cabida diferentes concepciones de los valores y de la propia vida, para ser capaces de desarrollar nuevos códigos relacionales y, por tanto, para que cada uno de estos individuos tenga oportunidad de vivir pudiendo satisfacer sus aspiraciones y necesidades.

El proceso de envejecimiento no puede plantearse de forma comparativa con otras fases del desarrollo del hombre. Es importante tener en cuenta que las diferencias intra generacionales cambiarán las características del colectivo de ancianos en épocas distintas. Las fórmulas que son válidas para los ancianos actuales pueden no serlo para los ancianos futuros ya que las condiciones y características de vida de unos y otros diferirán enormemente (valores culturales, alimentación, ambiente, enfermedades, etc.).

El envejecimiento es un proceso de transformación progresiva e irreversible y, debe considerarse tanto un acontecimiento individual como un fenómeno colectivo.

La concepción de la salud que plantea una visión sistémica, considera al individuo como un elemento integrante de un todo y, a la vez, como un conjunto de elementos que interactúan para conseguir un objetivo común: el equilibrio. Este "todo" no es más que la suma de los elementos, y la interacción armónica de todos ellos permitirá al individuo mantenerse en salud.

En el hombre, a lo largo del proceso de envejecimiento y debido a la propia evolución biológica, se producen unos cambios considerados "normales", que será preciso conocer para diferenciarlos de cualquier proceso capaz de alterar su salud. Estas modificaciones constituyen uno de los principales motivos de atención de las personas que cuidan a los ancianos, ya que cualquier pequeña causa es capaz de romper "el equilibrio funcional" individual, dejando al anciano en una situación de inestabilidad o fragilidad.

Los cambios anatomo fisiológica que se producen a lo largo del desarrollo del hombre se inician al mismo tiempo que la propia vida y se hacen palpables de forma muy notable en los primeros años de existencia. Sin embargo, los cambios asociados al envejecimiento se inician de forma poco aparente, para exteriorizarse poco a poco. Todo esto requiere un ajuste y adaptación orgánica de cada individuo que le permita mantenerse en salud, lo que determinará, respectivamente, su capacidad de resistencia y adaptación. Los requerimientos individuales para resolver las necesidades de la vida cotidiana son distintos y están sujetos a las incapacidades o limitaciones personales para funcionar de forma independiente. Se puede hablar entonces del nivel funcional óptimo como aquel que permite al anciano ser lo más independiente posible.

Atendiendo a este planteamiento, es preceptivo analizar los cambios que se producen en el envejecimiento para que su conocimiento permita identificar las posibles limitaciones consecuentes, responsables de la disminución de las capacidades funcionales, y diferenciarlas de situaciones de enfermedad. Así, se puede definir al anciano sano como "aquel sujeto con alteraciones funcionales, al límite entre lo normal y lo patológico, en equilibrio inestable y con adaptación de los trabajos funcionales a sus posibilidades reales de rendimiento".

Todas las modificaciones que acompañan al organismo humano a lo largo de este proceso repercuten en la expresión de las necesidades individuales, que, aunque, como hemos dicho, son las mismas en esencia que en el adulto, difieren en su forma de expresión y especialmente en la forma de satisfacerlas, ya que el autoconcepto, los hábitos de vida y los conocimientos que el anciano tenga sobre su salud serán premisas fundamentales que condicionarán su capacidad de respuesta.

La conciencia y posterior aceptación de esta mutación orgánica y funcional, inherente al proceso de envejecimiento, ayudará al individuo a asumir su déficit y a no plantearse expectativas de respuesta más allá de sus capacidades funcionales.

Las conductas que desarrolla el anciano para desenvolverse en las actividades de la vida cotidiana generan una demanda específica y diferente de la expresada por el mismo individuo en cualquier otra etapa de su vida. La relatividad de lo "necesario" alcanza en geriatría una dimensión distinta y hace que requiera profundizar en el conocimiento del individuo anciano en toda su expresión. Así, la dualidad carencia/demanda de cuidados se convierte en una cuestión extremadamente delicada y en la que intervendrán tres factores básicos: las aptitudes individuales, el entorno y el nivel de desarrollo alcanzado por el individuo, determinando el aceptar o no el proceso de envejecimiento como una nueva etapa del ciclo vital, por tanto podemos afirmar que la relación dependencia/ independencia está condicionada a los recursos individuales.

Se considerará "anciano independiente" aquel que es capaz de solucionar las dificultades que le presentan las actividades de la vida cotidiana, y "anciano dependiente" aquel que es incapaz de resolver las dificultades que le genera la actividad cotidiana. Así, el anciano independiente utilizará los recursos de que disponga o que tenga a su alcance (propios o comunitarios), para satisfacer sus necesidades vitales, mientras que el anciano dependiente no será capaz de ello.

La consideración

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