Como es Reseña- El peligro de una sola historia

El lenguaje literario es la herramienta mas preciada de un escritor.

     Chimamanda Adichie es una escritora nigeriana que junto a su editor ha hecho un fondo sin ánimo de lucro para fomentar la escritura y la lectura autóctona en su país. Ésta iniciativa le surge después de reconocer el valor de las muchas historias gracias a vivencias personales que comparte en su discurso titulado “El peligro de la única historia” para el foro de conferencias TED. En la transcripción que hace María Paula Laguna, Adichie muestra con tres anécdotas como los estereotipos además de ser posiblemente falsos son incompletos. Para ello, hace uso de diferentes figuras literarias enriqueciendo su texto y facilitando la comprensión del mismo.

     La autora comienza su discurso relatando la historia de su niñez y un poco sobre los inicios de su relación con la literatura y la escritura. Explica cómo ambos aspectos se veían influenciados por las obras de tinte occidental a las que tenía acceso, además menciona que cuando logró interactuar con autores de África, su continente de origen, encontró afinidad entre lo que leía y su realidad dejando así a un lado los prejuicios que podrían moldear su manera de pensar. A eso está dedicado su discurso; a hablar sobre el estereotipo y lo peligroso que es para una cultura, un país y un individuo. Posteriormente, Ngozi cuenta un poco sobre Fide, el joven que trabajaba en su casa, asimismo lo que su madre le decía sobre su familia: eran muy pobres y no tenían nada. Confiesa que ella creó una imagen de la familia de Fide sin siquiera conocerla, pensaba que por tener “nada” no podían hacer “nada”. Por consiguiente, relata otras dos experiencias donde la única historia fue protagonista. Luego, explica el concepto nkali^[1] y la cabida de esto dentro de las estructuras de poder en el mundo, puesto que el cómo se cuentan, quién las cuenta, cuándo se cuentan también cuántas historias son contadas, son temas que dependen del poder (cfr. Ngozi, 2009). La escritora concluye entonces que el hecho de conocer diferentes relatos le ayudó a encontrar su auténtica voz cultural además advierte sobre el peligro que se corre de perder el entendimiento crítico al limitarse a conocer una sola perspectiva sobre un país o una persona puesto que la cultura es una composición de historias. Lo cual conduce a la consecuencia de una única narrativa, ésta roba la dignidad de las personas y enfatiza en las diferencias de manera negativa.

     Una de las principales preocupaciones de la autora es lo vulnerable que somos ante una única historia, para evidenciar la tesis acompaña sus narraciones con figuras literarias que aportan dinamismo en su lenguaje y le permite a quien lee entender con claridad el discurso. En primer lugar, hay figuras de retrato tales como etopeyas que enriquecen las imágenes descriptivas que ofrece el texto: “Fui una lectora precoz y leía literatura infantil inglesa y estadounidense. También fui una escritora precoz” (Ngozi, 2009), en esta etopeya se describe el carácter de la autora, sus acciones y costumbres. Posteriormente, en otra etopeya describe las características externas de su entorno: “Me di cuenta de que personas como yo, niñas con piel color chocolate y pelo rizado que no se puede atar en colas de caballo también podían ser protagonistas”. Luego, mediante el uso de alegorias muestra conjuntos de asociaciones que constituyen conceptos mas amplios como el del estereotipo occidental “Todos mis personajes eran blancos y de ojos azules. Jugaban en la nieve, comían manzanas y hablaban todo el tiempo sobre el clima, sobre lo encantador que era que saliera el sol” (Ngozi, 2009). En lo respectivo a figuras de pensamiento, cita al filósofo John Locke cuando emplea un símil que establece relación de semejanza entre dos elementos, introducida por un elemento relacional explícito: “…los africanos como bestias sin casa” (Ngozi, 2009). Aquí pretende mostrar la semejanza de bestias con africanos donde el elemento relacional es la carencia de casa. Finalmente emplea una epifora como figura de dicción y repetición en donde utiliza el enunciado única historia múltiples veces para cerrar el párrafo final otorgándole énfasis al eje temático: “Me gustaría terminar con este pensamiento: cuando rechazamos la única historia, cuando nos damos cuenta de que nunca hay una sola historia sobre ningún lugar, recuperamos una suerte de paraíso” (Ngozi, 2009).

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