Cuerpos Fragmentados

“Cuerpos fragmentados”

En los siglos XVIII y XIX la aparición del capitalismo con su ideal de acumulación de bienes, requería una mano de obra fuerte y saludable que soportara las extremas jornadas laborales. Esto dió lugar al modelo “higienista” el cual se basaba fundamentalmente en medidas preventivas. Comienza así un tratamiento de la salud donde se prioriza la productividad de los seres humanos y delimita un modelo en el cual quedan incluidos los seres “productivos”: fuertes y sanos, y al mismo tiempo se excluye a los improductivos, es decir: discapacitados, ancianos, enfermos, desempleados etc. En los siglos XX y XXI este modelo se profundiza, surgiendo el “capitalismo tardío” caracterizado por la estimulación al consumo, la sobrevaloración de la imagen y la importancia de la inmediatez que producen los medios de comunicación . El discurso imperante nos arroja a un consumo permanente que es un sostenido empuje a gozar, tratando de obturar lo imposible como tope, el ideal a alcanzar no es sólo un modelo de inclusión basado en la salud y fortaleza, si no también de perfección. Por definición, inalcanzable.

En este marco, los seres humanos son al mismo tiempo consumidores y objetos, todo su mundo social es dominado por la ley de la oferta y la demanda, nada queda excluido de esta lógica. Por lo cual resulta imposible pensar un sistema educativo o de atención de la salud, que no diseñe su accionar desde las variables de la ganancia y la perdida económica, o mas específicamente en base a su “rentabilidad”. Es en este marco en el que se forman los profesionales de la salud, y en el que se realiza la atención medica de los pacientes, en la cual intervienen, las instituciones: hospitales públicos y privados, clínicas y sanatorios; los médicos: generalistas y especialistas, obras sociales, sistemas pre-pagos de salud, laboratorios farmacéuticos etc.

La situación planteada nos conmueve, ya que estando inmersos en esta problemática socio-cultural, nos reconocemos como sujetos-sujetados por el dispositivo imperante. Como futuros profesionales de la salud nos preguntamos, ¿Qué idea se tiene, acerca del cuerpo, en los hospitales públicos de mucha concurrencia? ¿Qué se prioriza y que se deja de lado al pensar la salud de un paciente en estas instituciones?¿Que idea de cuerpo impera?¿Cual es el objetivo de estos lugares?

Creemos que la idea de cuerpo que impera en este sector institucional de la salud es la de un cuerpo como sumatoria de partes semi-independientes entre sí. La idea de un cuerpo fragmentado, la idea de trozos distintos, con diferentes funciones, y en base a esta concepción, se produce también la fragmentación del personal médico, su división en especializaciones para el tratamiento de las distintas áreas del cuerpo y su visión del paciente como una patología acotada a un fragmento de ese cuerpo. Cama 1: embarazo prematuro, Cama 2 cáncer de páncreas. Cama 3 uña encarnada.

No nos oponemos a esta idea del cuerpo, como cuerpo fragmentado, ni a la idea de especialización médica. Los especialistas son necesarios, por practicidad y porque el saber de la medicina en su totalidad es impensable habitando en un solo hombre. Por otra parte el cuerpo, esta fragmentado. Sin duda.

Pero no está fragmentado y nada más, está fragmentado y también es una totalidad, es también un todo a la vez que muchos. El problema no es pensar al cuerpo (y actuar en el con intervenciones médicas, medicamentos, tratamientos, dietas, etc.) como fragmentos. El problema sería pensar que es sólo eso, sin tener en cuenta que además es un todo, está separado de su alma (espíritu, psique, etc.), y unido a ella. Juntos son dos

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