DEMOCRACIA Y APRENDIZAJE POLITICO

DEMOCRACIA Y APRENDIZAJE POLITICO

27 - 11 - 13

Muy pocos meses atrás en, Junio, en Lima, se firmaron nuevos acuerdos con el Brasil. La presidenta Dilma Rousseff, visito nuestro país y se produjo un interesante relanzamiento de la alianza estratégica. Se firmaron acuerdos de cooperación y complementariedad, para impulsar inversiones y relaciones comerciales. Uno de los acuerdos firmados, entre otros, por ejemplo, dispone que brasileños y peruanos tendrán facilidades para trabajar en ambos países con la sola presentación del documento de identidad, sin que se requiera visa o permiso de trabajo.

Es una magnífica noticia, que ambos gobiernos, tengan clara la importancia de caminar juntos, en un futuro en el que el mundo reconoce y privilegia, la existencia de bloques regionales y ningún país, si quiere avanzar, puede quedarse fuera. La Alianza del Pacifico (Chile, Colombia, México y el Perú) es una iniciativa muy importante, que en poco tiempo ha implementado medidas de integración, que causan gran expectativa. Sin embargo, desde mi particular punto de vista, la integración con Brasil, tendría una mayor perspectiva futura y a la que debe dársele particular atención.

La geopolítica de ambos países, en el pasado, no tuvo puntos de coincidencia. Países, que por la geografía regional, tenían que estar unidos, Vivian de espaldas. El esfuerzo de integración con Brasil, tiene más de una década y avanza con lentitud, pero inexorablemente, y con los pasos dados en esta oportunidad, esperamos , la integración, llegara.

Brasil y Perú, cortan transversalmente América del Sur, sus fronteras son las más extensas y esta frontera para ambos países son los lugares más alejados de los centros de poder, olvidados y con muy poca presencia del Estado. Este era el amplio limbo del olvido que nos dividía y paradójicamente, una zona de una riqueza inconmensurable, además, pulmón del mundo por su diversidad de vida animal y vegetal.

Integrar físicamente, nuestros dos países es un primer objetivo, obviamente importante y absolutamente necesario para avanzar ese largo m camino hacia la integración, económica y porque no, en el futuro, también política.

La historia reciente de Brasil, con el presidente Lula, tiene una lectura interesante y podría tomarse como ejemplo de lo que los gobiernos en nuestros países debieran hacer. La reducción de la pobreza, en ese país, fue un caso muy comentado en el mundo entero y le dio entre otras razones de estado, entre ellas el espectacular crecimiento económico, un prestigio internacional notorio, que el presidente Lula supo capitalizar en los foros multilaterales. Llegado el momento, después de una reelección, como debe ser, Lula abandona, el gobierno y cede la posta, a la actual Presidenta.

El prestigio de Lula, es el mayor capital del inicio del mandado de la Presidenta Rousseff, y las expectativas fueron muy grandes. Pero ella no era Lula y en una primera etapa de su gobierno fue enfrentándose a nuevos retos, unidos a nuevas condiciones internacionales, esta situación, ante la opinión publica de su país y en la comunidad internacional, no le dieron una imagen solvente, porque, inexorablemente la comparaban con la talla de Lula. El país bajo ostensiblemente su crecimiento y los problemas consiguientes fueron apareciendo.

La política partidaria y el quehacer político, es sin duda, una tarea para la que se nace, y en pocos casos se aprende. La presidente Rousseff, como funcionaria pública, en el gobierno de Lula, tuvo un desempeño signado por su particular exigencia personal y, hacia los funcionarios que trabajaban en su entorno, con lo que conseguía eficiencia. Aparentemente, en ese entonces, no tenía ambiciones políticas, y a juzgar por los problemas iniciales de su gobierno, no tenía el manejo político necesario, pero, aparentemente ha

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