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DERECHOS HUMANOS


Enviado por   •  6 de Julio de 2011  •  2.181 Palabras (9 Páginas)  •  826 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo texto completo figura en las páginas siguientes. Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera "distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios".

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

El desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias; por lo tanto es esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.

Los pueblos asociados a las Naciones Unidas reafirmaron en esta Declaración su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad; comprometiéndose para asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Desarrollo

El trabajo social en el ámbito de los derechos humanos surge en Chile después de golpe militar del 11 de septiembre de 1973 que da inicio a la dictadura de Pinochet, la que se mantiene hasta fines de 1989. Se desarrolla como un área específica de trabajo, ligado a la creación de organizaciones que surgieron para defender los derechos humanos violentados y para apoyar a los perseguidos. Las primeras se formaron a partir de comunidades cristianas, pero pronto también se crearon por iniciativa propia las agrupaciones de familiares de víctimas de la represión.

La experiencia primaria indicaba que ninguna disciplina del área de la salud mental podía por sí misma enfrentar los desafíos que imponía la dura realidad de la represión política y dar una respuesta adecuada y eficaz frente a las vivencias traumáticas. La magnitud del trauma hacía preciso abordarlo de manera interdisciplinaria.

Los equipos de salud mental y derechos humanos que se incorporaron a esta tarea orientaron su quehacer en los preceptos, principios y valores de la carta fundamental de los derechos humanos y de los pactos y tratados internacionales existentes en esta materia. Actuaron impulsados por un alto sentido humanista poniendo en riesgo incluso su propia seguridad personal, al brindar atención a personas consideradas enemigos de la patria por el régimen

dictatorial.

Para Chile y para los países del cono sur de América Latina las diversas dictaduras militares de la década del setenta constituyen, sin lugar a dudas, uno de los traumas psicosociales más graves y lesivos de toda la historia de nuestro continente. La privación de las libertades básicas, la situación de indefensión y amenaza vital permanente que para muchos sectores rigió la convivencia ciudadana, y el profundo cambio valórico, ético y cultural introducido por la fuerza de las armas, operaron como nuevos patrones sociales de las relaciones humanas entre los chilenos. El daño psicosocial provocado por el régimen dictatorial en Chile se expresa en diversas formas y niveles.

En primer lugar, es preciso hacer referencia a la globalidad de la experiencia

traumática. Se puede señalar a este respecto que ninguna familia chilena ha quedado exenta de los disruptivos fenómenos que afectaron durante casi dos décadas la convivencia social familiar.

Otro aspecto del daño es su polimorfismo. Las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, particularmente en los sujetos directamente afectados, operaron alterando su unidad bio-psico-social. Perturbaron, en grados variables, la corporalidad, la vida psíquica y el ser social de estas personas. Así, por ejemplo, un preso político que fue sometido a torturas y sufrió un prolongado período de encarcelamiento, presenta muchas veces secuelas psíquicas y somáticas; su grupo familiar se ve afectado por la experiencia traumática y por su larga ausencia; además, la estigmatización como "terrorista" dificulta y muchas veces imposibilita su reinserción social y laboral.

En el proceso de transición a la democracia que hoy vive el país se ha agregado un nuevo elemento: la impunidad para los violadores de los derechos humanos. Esta se ha constituido en el más grave obstáculo para superar y reparar el daño psicosocial producido durante la dictadura. En efecto, la impunidad constituye uno de los elementos patógenos más graves que reactiva y cronifica la experiencia traumática. Genera condiciones que impiden la elaboración de los duelos en aquellos que sufrieron más directamente la represión política y somete a la sociedad a una forma de convivencia social que perpetúa los fenómenos perturbadores de la salud mental.

La experiencia de trabajo social en el ámbito de los derechos humanos a que voy a referirme, se ha desarrollado en el programa de CINTRAS, Centro de Salud Mental y Derechos Humanos, creado en 1986.

La atención es entregada por un equipo multidisciplinario compuesto por psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales y kinesiólogos. El abordaje psicoterapéutico se realiza desde una perspectiva integral, considerando

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