EDUCACIÓN EN VALORES Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

Educación en Valores y práctica pedagógica

Por: Adriana J. Rodríguez B.

“Es algo importante por sí mismo en cualquier tiempo y en cualquier lugar. Nos guste o no nos guste. Es un bien que nos llama y que exige de nosotros una respuesta. No hay escapatoria. De esta respuesta, positiva o negativa, depende todo. Nada menos que la diferencia entre lo bueno y lo malo, el gran reto para la libertad humana. En esta decisión diaria, constante, vamos construyendo nuestra personalidad y con ella el tipo de país que queremos. Sólo hay un camino para mejorar nuestra calidad humana: la libre realización de valores de hábitos buenos. Estas son las gotas que forman las olas que, al fin de cuentas, mueven los océanos. Ésta es la maravillosa aventura de la educación desde el hogar, desde la escuela, desde la empresa…” Éste es el concepto libre que Adela Cortina en su Libro, da al término “valor”, palabra muy en boga por estos días entre los profesionales docentes en Venezuela. Y ello se debe a que el Sistema Educativo vigente (Sistema Bolivariano de Educación) impulsa y está exigiendo la educación en valores.

Pero, ésta exigencia tiene su origen más allá del Sistema Educativo, está inserta dentro de la base fundamental de la refundación de Venezuela como República:”El pueblo de Venezuela […] con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática […], que consolide los valores…” (CBRV,199, preámbulo), y por ello debe ser atendida por todos los estratos de la nación.

Este hecho implica la vuelta a la escuela que educa en valores, cuestión que involucra de manera especial a los docentes y su práctica pedagógica, pero también es de actualidad, pues todo esto es parte esencial de los tiempos que se viven en la nación. Un informe emitido por la Fundación Instituto de Ciencias del Hombre (s/f) habla sobre la Reforma Educativa venezolana, la cual es consecuencia de los tiempos de revolución (entendiendo revolución básicamente como transformación) en que vivimos e incluye la formación ético-cívica de todos los miembros de la sociedad, específicamente de los jóvenes.

Luego, para desarrollar ese enfoque ético –cívico que debe prevalecer en la enseñanza del ciudadano, este informe remite a la escuela. Y es que la escuela es el órgano que asegura la permanencia cultural de un pueblo de hoy, ¿cómo no va a ser la herramienta clave para desarticular el entramado ideológico social? Pues es así y ella nos permite introducir en esa sociedad todos esos ingredientes que hacen falta para lograr esa nueva sociedad plasmada en la idea o visión originaria de la Constitución Nacional de esta República.

No obstante, es de elemental importancia notar o subrayar que al hablar de la escuela no se habla de estructura física necesariamente, sino de la institución social que

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