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EL ARTE DEL BUEN MAESTRO


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2014  •  1.688 Palabras (7 Páginas)  •  351 Visitas

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Este ensayo tiene por objetivo reflexionar sobre algunos factores que contribuyen a modificar el rol tradicional de los docentes de la educación básica. Para ello será preciso realizar un análisis de las tendencias generales de cambio y transformación del oficio de enseñar, a la luz de ciertas evidencias relacionadas con cambios en diversas esferas de la vida social y sobre esta base desarrollar algunas líneas de propuestas acerca de las implicaciones que tienen los nuevos desafíos sobre la definición del rol docente.

Es por ello que al realizar el análisis de algunas dimensiones del fenómeno educativo desde una perspectiva sociohistórica, este ensayo aborda el problema de la génesis y desarrollo de ciertos aspectos de la educación mexicana a partir de la utilización de un lenguaje teórico que proporciona una argumentación interpretativa del fenómeno, superando la división entre análisis diacrónico y análisis sincrónico. Asimismo, intenta evitar los dos polos analíticos que oponen el idealismo al materialismo. Retomando la idea de Tenti que considera necesario “materializar” la propia historia de las ideas y las doctrinas educativas introduciendo el concepto de interés y de lucha en el interior mismo de los campos intelectuales concernidos. De la misma manera, las ideas pedagógicas se desarrollan como un elemento integrado a este proceso general.

Es importante conocer un poco más de los maestros de hoy que son distintos a los maestros del momento constitutivo del Estado y de los sistemas educativos modernos. Sin embargo, parte de ese pasado fundacional está todavía presente en la conciencia práctica e incluso en la conciencia reflexiva de los docentes de hoy.

Vamos a conocer el rol de los docentes en este momento de profundos cambios sociales, pone de manifiesto la enorme complejidad de los problemas y la necesidad de enfrentarlos con estrategias sistémicas de acción y no con políticas parciales.

EL ARTE DEL BUEN MAESTRO

Para que el maestro de escuela comprenda todo lo elevado, lo noble, lo sublime de su misión, debe comenzar por dignificarse así mismo.

La enseñanza, más que una profesión, es una "misión" a la que uno se entrega, lo cual supone una gratuidad proclamada que no se condice con lo que la sociedad espera de una profesión.

De un modo esquemático, se podrían distinguir una serie de factores que operan como elementos transformadores del oficio docente que, en casi todos los casos, tienen un sentido doble. Por un lado, constituyen desafíos que favorecen potencialmente un avance en el proceso de profesionalización del oficio docente. Pero, al mismo tiempo, pueden tener efectos contrarios y constituirse en obstáculos poderosos para el avance de dicho proceso.

En algunos casos pueden considerarse como factores que alientan una lisa y llana desprofesionalización del oficio. Al igual que en otros campos de actividad, las nuevas condiciones de vida plantean nuevos desafíos a las instituciones y roles tradicionales, pero las respuestas que se producen pueden tener signos opuestos y contradictorios.

La mayoría de las sociedades actuales se caracterizan por un cambio profundo en las instituciones que acompañan los procesos de construcción de la subjetividad de las nuevas generaciones. El papel que juega la escuela y el maestro en la reproducción de la sociedad depende del lugar que ocupa en la estructura del sistema de instituciones que cumplen funciones sociales análogas.

En el origen del estado moderno, la socialización de las nuevas generaciones descansaba sobre un trípode conformado por la familia, la iglesia y la escuela. Esta última fue adquiriendo un peso cada vez más importante con el avance de los procesos de industrialización y urbanización.

Estos procesos han producido cambios profundos en el sistema de instituciones responsables de la socialización infantil y juvenil. La escuela está sometida a un nuevo conjunto de demandas sociales. En algunos casos se llega a pedir a la escuela lo que las familias ya no están en condiciones de dar: contención afectiva, orientación ético-moral, orientación vocacional y en relación con el diseño de un proyecto de vida, etc. Estos nuevos desafíos se traducen en nuevas exigencias para el perfil de competencias del docente.

Puede decirse que, con el tiempo, se formó una especie de sentido común pedagógico. Una de sus ideas radicó en la importancia atribuida a la relación del maestro con los alumnos en el proceso de aprendizaje. El maestro era una figura insustituible del proceso educativo. La enseñanza debía evitar el cansancio y la violencia, el docente debía apelar a las ideas, a la intuición y a la observación de sus alumnos. Para garantizar este proceso, era necesario que los contenidos estuviesen vinculados lo más posible con las experiencias y el entorno vital de los niños. En esta línea, estaba expresamente prohibido enseñar exclusivamente mediante la memorización. Es por eso que al hablar de ideas pedagógicas nos referimos al docente de cómo debe de trabajar en el aula.

Las condiciones en que hoy se desenvuelve la relación sociedad escuela son distintas. Las nuevas generaciones tienen otras oportunidades de aprendizaje antes y durante la etapa de la escolarización. Su experiencia escolar tiene un significado que deviene de la relación que mantienen con otras ofertas culturales. El conflicto cultural entre las nuevas generaciones y sus docentes no es sólo y sobre todo una cuestión de valores sino que remite a la difícil cuestión de la coexistencia de dos modos de apropiación y uso de la cultura, uno tradicional

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