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EL LIBRITO AZUL (CONNY MENDEZ)


Enviado por   •  9 de Julio de 2013  •  10.532 Palabras (43 Páginas)  •  843 Visitas

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EL

LIBRITO

AZUL

Conny Méndez

Advertencia: Cada libro metafísico debe leerse muchas veces. Cada vez que se relee se comprende mejor. Ahora, só¬lo lo que se practica se queda con nosotros. Lo que sólo se lee y no se usa, se va.

INTRODUCCIÓN

El presente librito está escrito en lo que esta autora llama "Palabras de a Centavo", o sea, en los términos más sencillos para que sea com¬prensible al que necesita conocer la Verdad de Dios y que no tiene conocimiento para poder digerir los textos de psicología y metafísica, tal como están escritos en castellano.

Cada vez que oímos o leemos algo nuevo, desconocido para nosotros, se desperezan células que estaban dormidas en nuestro cerebro. La segunda vez que tropezamos con aquella idea nueva la comprendemos un poquito mejor. Las células movidas comienzan a trabajar la idea, y al poco tiempo "se hace la luz" en nuestra mente, o sea, que aceptamos la idea, la adopta¬mos y la ponemos en práctica automáticamente. Así es como vamos despertando, aprendiendo, evolucionando y adelantando. No es necesario hacer esfuerzos sobrehumanos para que nos penetren las cosas en la cabeza. Es un proceso natu¬ral; eso sí, hay que poner de nuestra parte la buena voluntad de releer, volver a releer y vol¬ver a leer hasta que sentimos que lo aprendido es automático. Eso es todo.

Lleva contigo, en tu cartera o tu bolsillo, un ejemplar de este librito. Pon otro en tu mesa de noche. Reléelos a menudo, sobre todo cada vez que se te presente un problema: cada vez que te enfrentes a una situación angustiosa o molesta, no importa cual sea. Te va a ocurrir algo asombroso y es que el librito se abrirá en la página que te conviene consultar, y pensarás:

" ¡Parece que esto fue escrito para mí!".

Jesucristo dijo: "En la casa de mi padre hay muchas mansiones". La Metafísica es una de estas mansiones, o sea el estudio de las leyes mental-espirituales. No se mete con el "espiritis¬mo", aunque este último es también una mansión en la casa del Padre.

Que esta obrita te traiga toda la paz y la prosperidad que ha traído a tantos otros. Se te bendice.

CAPITULO I

CRISTIANISMO DINÁMICO

Antes de emprender cualquier oficio que sea, el candidato que lo va desempeñar recibe instrucciones o estudia la técnica del mismo. Sin embargo hay uno que emprende su cometido totalmente a ciegas, sin instrucciones, sin téc¬nica, sin brújula, compás o diseño, sin nociones de lo que va a encontrar. Es el ser humano; que es lanzado a la tarea de VIVIR.

Sin saber siquiera qué cosa es La Vida; sin saber por qué algunas vidas transcurren en medio de la opulencia y las satisfacciones mien¬tras otras las pasan en la miseria y el sufrimien¬to. Unas se inician con todas las ventajas que pueda idear el afecto y, sin embargo, las persigue un atajo de calamidades; y el ser humano se debate en conjeturas, todas erradas, y llega el día de su muerte sin que él haya adivinado, siquiera, la verdad respecto a todo esto.

Aprende la Gran Verdad: LO QUE TU PIENSAS SE MANIFIESTA. "Los pensamientos son cosas". Es tu actitud la que determina todo lo que te sucede. Tú propio concepto es lo que tú ves, no solamente en tu cuerpo y en tu carác¬ter, sino en lo exterior; en tus condiciones de vida: en lo material, sí, tal como lo oyes. Los pensamientos SON COSAS. Ahora verás.

Si tú tienes costumbre de pensar que eres de constitución saludable, hagas lo que hagas, siempre serás saludable. Pero cambias tu manera de pensar; te dejas infundir el temor de las enfermedades y comienzas a enfermarte. Pierdes la salud. Si naciste en la riqueza, es posible que siempre seas rico; a menos que alguien te con¬venza de que existe "el destino" y comiences a creer que el tuyo puede cambiar de acuerdo con los "golpes y reveses" porque así lo estás creyen¬do. Tu vida, lo que te ocurre, obedece a tus creen¬cias y a lo que expreses en palabras. Es una ley. Un principio ¿Sabes lo que es un Principio? Es una ley invariable que no falla jamás. Esta ley se llama EL PRINCIPIO DE MENTALISMO.

Si en tu mente está radicada la idea de que los accidentes nos acechan a cada paso; si crees que "Los achaques de la vejez" son inevitables; si estás convencido de tu mala o buena suerte; lo que quiera que tu esperes normalmente, en bien o en mal, esa es la condición que verás mani¬festarse en tu vida y en todo lo que haces. Ese es el por qué de lo que te ocurre.

No se está jamás consciente de las ideas que llenan nuestra mente. Ellas se van formando de acuerdo con lo que nos enseñan, o lo que oímos decir. Como casi todo el mundo está ignorante de las leyes que gobiernan la vida, leyes llamadas "de la Creación", casi todos pasamos nuestra vida fabri¬cándonos condiciones contrarias; viendo tornarse malo aquello que prometía ser tan bueno; tantean¬do, como quien dice, a ciegas, sin brújula, timón, ni compás; achacándole nuestros males a la vida mis¬ma, y aprendiendo a fuerza de golpes y porrazos; o atribuyéndoselos a "la voluntad de Dios".

Con lo que hasta aquí has leído, te habrás da¬do cuenta de que el ser humano no es lo que le han hecho creer, o sea, un corcho en medio (te una tempestad, batido aquí y allá según las olas ¡ ¡Nada de eso! Su vida, su mundo, sus circunstan¬cias, todo lo que él es, todo lo que le ocurre son creaciones de él mismo y de nadie más. El es el rey de su imperio y si su opinión es, precisamente, que él no es sino un corcho en medio de una tempes¬tad, pues así será. El lo ha creído y permitido.

Nacer con libre albedrío significa haber sido creado con el derecho individual de escoger. Esco¬ger ¿qué? El pensar negativa o positivamente. Pesi¬mista u optimistamente. Pensando lo feo y lo malo —qué produce lo feo y lo malo— o pensando lo bueno y bello, que produce lo bueno y bello en lo exterior o interior.

La Metafísica siempre ha enseñado que lo que pensamos a menudo pasa al subconsciente y se es¬tablece allí actuando como reflejo. La psicología moderna, al fin, lo ha "descubierto".

Cuando el ser humano se ve envuelto en los efectos de su ignorancia, o sea que se ha produ¬cido él mismo una calamidad, se vuelve hacia Dios y le suplica que lo libre del sufrimiento.

El hombre ve que Dios le atiende a veces

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