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ENSAYO COLOMBIA VIVE


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2014  •  2.134 Palabras (9 Páginas)  •  630 Visitas

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¡COLOMBIA VIVE!

MEMORIAS DE UN PAÍS SIN MEMORIA.

El documental presentado por Caracol y la Revista Semana nos muestra la reseña de lo que fue Colombia en los últimos 25 años, fraccionado por lapsos de tiempo y denominados de acuerdo al sentimiento del momento, así:

La euforia (1982-1984)

Gabriel García Márquez nos da la satisfacción de obtener para el país nuestro primer y único Premio Nobel de Literatura. Alegría y orgullo, hasta que llega una enorme expansión subversiva que acabó con la ilusión.

Asume Belisario Betancur la presidencia con su plan de desarrollo “Cambio con Equidad” y con deseos de poner fin al enfrentamiento entre los colombianos y colombianas, y busca la formación de un movimiento nacional que adelanta gestiones para un proceso de paz con las Farc que se concretó con un cese al fuego desde 1984 y se forma un partido político denominado Unión Patriótica, conformado por miembros de las Farc y del Partido Comunista.

Mientras se agotaban y utilizaban todas las estrategias posibles para lograr la paz, surgía uno de los mayores y más terribles problemas que ha debido enfrentar el país: El Narcotráfico, que con la Marihuana y posteriormente la Cocaína, hacen de Colombia, según Germán Castro Caicedo “lo que es hoy, el principal y primer productor de cocaína del mundo”.

Aparecen los mágicos: “Aquellos hombres que pasan de no tener nada a tenerlo todo de la noche a la mañana” y complican aún más el panorama desolador de un país al que todavía le faltaba mucho por vivir.

Son Carlos Ledher, Gonzalo Rodríguez Gacha, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, los hermanos Ochoa y el “Patrón”, el peor de todos, Pablo Escobar Gaviria los que agudizan la crisis y llevan a Colombia a vivir una época marcada por “El Terror”.

Por eso cuando Diana Uribe nos dice que “Conocemos lo peor del género humano, la más oscura y tenebrosa sombra del alma humana, la maldad llevada al extremo”, se me viene a la mente un período en el que suceden dos tragedias terribles: La primera ocasionada por guerrilleros del M19, la toma del Palacio de Justicia, en la que secuestraron a la Corte Suprema, al Consejo de Estado y a más de un centenar de particulares, todos ellos sacrificados cuando se decidió el rescate de la edificación a sangre y fuego.

Y la segunda, una semana después, la Tragedia de Armero, hecho que hace creer que “Colombia está siendo visitada una y otra vez por la tragedia”.

Se intensifica la violencia: en la mira la Prensa, los días en Colombia eran de desespero, angustia, miedo, terror y las noches iguales, parecía ser cierto lo que dice mi padrino Jean Paul Sastre y con lo que estoy totalmente de acuerdo: “Lo más aburrido del mal es que a uno lo acostumbra” y los colombianos se estaban acostumbrando a cargar con el mal pues no se hacía mucho para evitarlo.

Llega la esperanza y como llega se va, matan al líder político liberal Luís Carlos Galán Sarmiento y la pesadilla se vuelve a repetir.

Ahora comienza un período de lucha, una lucha ardua contra la violencia, contra el narcotráfico, contra la corrupción, contra Pablo Escobar, una lucha que termina con la muerte del capo, con políticos implicados en el narcotráfico y con un país empobrecido y sin fe.

La causa no podría determinarse, son muchas y como nos lo muestra “La Maquinaria del Hambre”, las principales son las desigualdades y la injusticia.

“Al final todo es cuestión de política. Sólo una serie de cambios profundos y estructurales modificarán el equilibrio en favor de la mayoría de los pobres” y yo agregaría que en favor de la mayoría de los buenos, porque en Colombia somos más los buenos.

En esta parte del documental el Prodaqz interviene para recordarnos que esa fue la época en que nacimos y mi padre me cuenta que “cuando nací, recién terminaba una época de violencia atroz en el país y que di mis primeros pasos en medio de otra que no ha concluido todavía”.

Por eso me encantaría que los altos dirigentes del país nos respondieran la pregunta que nos planteó mi compañera Ana Milena Sánchez: “¿Qué está dispuesto a negociar el gobierno y la sociedad colombiana a cambio de cesar el conflicto político armado?”. Y es ahí cuando me cuestiono y quisiera saber si ¿Acaso las nuevas y venideras generaciones nacerán y darán sus primeros pasos en medio de tanta violencia? o ¿Estamos condenados a que la historia se repita?

No, esa es mi respuesta. Debemos evitar que nos suceda lo mismo que a Iwri y a las sombras en Las Catacumbas de Misraim, debemos dejar de obedecer “a la voz del Gran Ordenador que nos quita el peso de las decisiones” y debemos dejar de probar “el maldito suero del olvido”, el mismo que nos condena a seguir siendo lo que siempre hemos sido.

En sí, ésta es la historia de Colombia, un país que ha probado de todo, que se ha ilusionado con la consecución de la paz que tanto hemos anhelado, que continúa en medio de una ansiedad inmensa por lograr el cambio que tanto hemos esperado y que a pesar de todo le sonríe a la vida, le pone la cara al presente y le apuesta al futuro.

Y es por eso, porque hago parte de éste país, porque le apuesto al futuro, que quiero con mi Rol Descalzo, la Odontología, contribuir a que de ahora en adelante cada colombiano pueda sonreír y recordar la historia de su país sin avergonzarse y sin temer a que se vuelva a repetir.

NATALIA MARÍA MAYA LLANO 11C1

FUENTES DE CONSULTA

• Documental “¡Colombia Vive! 25 años de Resistencia”, Canal Caracol y Revista Semana.

• Libro “Colombia Viva”, editorial El Tiempo.

• Documento “Lo que nos deja el siglo XX” por Diana Uribe Forero.

• “La Maquinaria del Hambre” de Jhon Bennet y Susan George.

• “La Prisión de la Libertad” Capítulo VII, “Las Catacumbas de Misraim”, de Michael Ende.

Un relato que, aunque se guía por el paso de los años, no es del todo lineal, ya que a veces se devuelve ya sea para hablar de los orígenes de algunos fenómenos anteriores a 1982 o para tratar de manera integral uno de los temas que se destacan en cada período.

Además del material de archivo y la locución, lo enriquecen testimonios de los protagonistas (entre ellos varios de los ex presidentes), testigos de los hechos y analistas, así como fragmentos tomados de los archivos de la radio.

La euforia (1982-1984)

Este episodio se abre con imágenes del premio Nobel de literatura que ganó el escritor colombiano Gabriel García Márquez.

La expansión subversiva, que se traduce en aumento del número de frentes, coincide con los acercamientos del gobierno de Belisario Betancur en la búsqueda de la paz. Paralelo a esto, el paso de la bonanza ‘marimbera’ al auge del tráfico de cocaína.

Una época signada por palomas de la paz y que termina abruptamente en la noche del 30 de abril de 1984 con el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla.

El terror (1984-1989)

Este capítulo comienza con la guerra que le declara el Estado al narcotráfico y la aparición de los extraditables.

Una época signada por la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19, la destrucción de Armero tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz, el afianzamiento de la alianza entre paramilitares y narcotraficantes que dio como resultado la masacre de los integrantes de la Unión Patriótica, y los asesinatos de Jaime Pardo Leal y Guillermo Cano, entre muchos otros.

Las masacres de campesinos por parte de los paramilitares y la guerrilla se vuelven moneda corriente.

Es la época del narcoterrorismo, de las amenazas a la prensa y a los periodistas, y de los asesinatos de policías en Medellín por parte de los sicarios de Pablo Escobar.

Un período que, al igual que el anterior, termina también con un asesinato, el de Luis Carlos Galán en la plaza de Soacha.

La lucha (1989-1994)

Este también tenebroso capítulo comienza con el entierro de Luis Carlos Galán, el atentado al avión de Avianca, la bomba en la sede del DAS y la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha en un operativo militar en Coveñas.

Continua con los asesinatos de los candidatos presidenciales de la izquierda Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro hasta que, a raíz de la Asamblea Constituyente, se abrió un compás de esperanza gracias al artículo que prohibía la extradición, lo que permite que Pablo Escobar se entregue.

Pero la alegría duró poco: Fueron tiempos de voladuras de oleoductos por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y se conocieron los lujos de la cárcel de La Catedral, lugar desde donde Pablo Escobar seguía dedicado al crimen, antes de fugarse y declararle otra vez la guerra al Estado con carros - bomba y asesinatos.

También fueron los tiempos del apagón y de la muerte de Pablo Escobar en el tejado de una casa de Medellín, suceso que acabó con el Cartel de Medellín pero no con el narcotráfico, el gran protagonista del siguiente capítulo.

La confusión (1994-1998)

El gobierno de Ernesto Samper estuvo signado desde su comienzo por la sombra de la entrada de dineros del Cartel de Cali a su campaña.

Así que este capítulo comienza con el ‘narcocassette’, el proceso “8.000”, la confesión de Fernando Botero y la descertificación a Colombia.

Un período que le dejó al país frases y metáforas memorables: El elefante; las mogollas como referencia al representante Heyne Mogollón, encargado de investigar la conducta del Presidente; “Aquí estoy y aquí me quedo”; “¿Qué el presidente Samper renuncie?; ¡Mamola!”; “Fue a mis espaldas” y “Yo no necesito visa para ir a Chaparral”.

Un período tan confuso que la guerrilla y los paramilitares aprovecharon para expandir su poderío, mientras el país se preguntaba si el presidente Samper renunciaba o no y veía cómo las autoridades capturaban a los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela.

Además, dejó para la historia de la infamia el asesinato aún sin esclarecer de Álvaro Gómez Hurtado.

La ilusión 1998-2002

Es el período del proceso de paz que adelantó el gobierno de Andrés Pastrana: Comenzó con la ilusión de que atrás quedaban los tiempos del “8.000” y que el advenimiento de la paz marcaría el renacer de Colombia.

Pero lo que en realidad quedó fue el recuerdo de la silla vacía de ‘Tirofijo’, la zona de despeje del Caguán convertida en centro de secuestro y procesamiento de cocaína, más tomas guerrilleras, las pescas milagrosas, el asesinato de Jaime Garzón, el collar bomba, el rompimiento del proceso de paz y, como trágico colofón, el secuestro de Íngrid Betancourt.

La ansiedad 2002-2007

Este capítulo es el de la era de Álvaro Uribe, actual presidente colombiano, que como señala Gómez: “Es el más difícil de afrontar porque no tenemos una perspectiva histórica que nos permita mirarlo con los ojos que hoy analizamos los años 80 o los 90.”

Allí se reflejan los altos índices de popularidad de un gobierno con grandes logros en seguridad y crecimiento económico.

Se le alabó por adelantar un proceso de paz con los paramilitares, pero empañado por el escándalo de la “para - política”, por lo que ha tenido que adelantar un muy complicado proceso de verdad, justicia y reparación de las víctimas.

La alegría 1982-2007

¿Cómo es posible que un país que ha soportado tanta violencia y desgracias juntas sea tan feliz y optimista?

Y es que el último capítulo del documental intenta responder dicha pregunta con un “pot pourrí” de imágenes de festivales, carnavales y fiestas populares; los éxitos deportivos de Lucho Herrera, Nacional de Medellín, la pesista María Isabel Urrutia, el gol de Freddy Rincón a la Selección de Alemania en el Mundial Estados Unidos 1994; la consagración internacional de Carlos Vives, Shakira y Juanes; programas de televisión que marcaron época y el progreso que han experimentado varias ciudades colombianas en los últimos años.

Casi todas las imágenes del documental (un 90%) son inéditas: Muchas aparecieron muy mentadas en los noticieros y el documental presenta las secuencias completas; otras sencillamente se quedaron en los archivos y jamás salieron al aire.

Mauricio Gómez, director del documental, es consciente de que quedaron por fuera temas de gran importancia como la economía (de país cafetero a país minero), el medio ambiente y la cultura.

El último capítulo también deja una conclusión: “Que sea la esperanza y no su ausencia la que determine la Colombia que queremos. La que soñamos, por fortuna, existe en cada uno de nosotros”.

Un relato que, aunque se guía por el paso de los años, no es del todo lineal, ya que a veces se devuelve ya sea para hablar de los orígenes de algunos fenómenos anteriores a 1982 o para tratar de manera integral uno de los temas que se destacan en cada período.

Además del material de archivo y la locución, lo enriquecen testimonios de los protagonistas (entre ellos varios de los ex presidentes), testigos de los hechos y analistas, así como fragmentos tomados de los archivos de la radio.

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