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EOSTRE, DIOSA DE LA PRIMAVERA Y DE LA PASCUA


Enviado por   •  16 de Octubre de 2012  •  2.264 Palabras (10 Páginas)  •  816 Visitas

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Resumen.

En el presente trabajo se pretende señalar los diferentes simbolismos y elementos que están relacionados con la Pascua cristiana y pagana, como ser el conejo, los huevos y la primavera. Nos detendremos también a destacar la figura de la diosa germánica pagana Eostre y la presencia del conejo en diferentes composiciones literarias.

Palabras claves: mito pagano, diosa Eostre, simbolismo, Pascua.

Objetivos Generales:

• Presentar el mito pagano de la Pascua.

• Analizar los diferentes símbolos relacionados con la Pascua.

• Señalar las relaciones que existen entre la diosa pagana Eostre y la Pascua Cristiana.

• Relacionar la presencia del conejo en diferentes composiciones literarias.

EOSTRE, DIOSA DE LA PRIMAVERA Y DE LA PASCUA

Agustina Perelló

2do. Año del Profesorado de Lengua y Literatura

Instituto del Rosario – Profesorado “Gabriela Mistral”

Esta ponencia es parte de un trabajo mayor y como resultado de un proceso de investigación enmarcado en el contexto de la elaboración de un trabajo final para el equipo de investigación “LITERATURAS COMPARADAS: diálogos, cruces y tensiones interculturales, lingüísticas y literarias” aprobado por la Asesoría Pedagógica del Instituto del Rosario Profesorado “Gabriela Mistral”, para el período 2012-2013 y dirigido por la profesora Mónica Vanzetti.

En el presente trabajo se pretende señalar los diferentes simbolismos y elementos que están relacionados con la Pascua cristiana y pagana, como ser el conejo, los huevos y la primavera. Nos detendremos también a destacar la figura de la diosa germánica pagana Eostre y la presencia del conejo en diferentes composiciones literarias.

La figura del conejo según diferentes tradiciones.

Cuenta la tradición, que Buda, Siddharta Gautama, príncipe indio, fundador del budismo; viendo próxima su muerte, decide reunir a todos los animales de la Tierra para dejar testimonio de su última voluntad. A este encuentro solo se presentaron doce animales: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Se dice que por haber acudido y respetado la última voluntad de Buda, éste decide convertir a los animales presentes en los Doce Signos del Zodiaco Chino, en donde cada animal gobernaría un año, y tendría además una incidencia fuerte sobre la personalidad y el carácter de todos aquellos que nacieran en esos años. Buda es consciente, no obstante, que no todos los que nacen bajo un signo pueden llegar a tener una misma personalidad o carácter.

Después de esta breve introducción, emprenderemos entonces nuestro recorrido centrándonos en la figura del conejo, ya que es el animal al que se lo asocia comúnmente con la celebración de la Pascua.

Si pensamos en los conejos, la primera asociación que hacemos se relaciona con la fertilidad, longevidad, la docilidad y la ternura. De acuerdo al zodíaco chino, los nacidos en el año del conejo son personas que hablan con elocuencia y disponen de las palabras para persuadir a los demás con habilidad, son ambiciosos y muy prudentes. Sus vidas acostumbran ser hogareñas y refinadas, sienten una inclinación a acumular conocimientos, pero se muestran muy superficiales a la hora de asimilarlos. El peor rival de los nacidos bajo la regencia de este animal, es la nostalgia, por lo que les gusta estar rodeados de personas, son muy tranquilos y les gusta vivir tranquilamente. Popularmente se dice que el conejo usa su astucia para burlar a sus enemigos.

En Asia suele confundirse a los conejos y las liebres con los gatos considerados los tres como la representación de lo sobrenatural, del hechizo y de la brujería. Este miedo a las liebres y a los conejos ha cambiado con los siglos hasta convertirse en el símbolo de la Pascua, primavera o renacimiento.

El conejo de Pascua tiene sus orígenes en las culturas germánicas y anglosajonas pre-cristianas, al que consideraban un símbolo pagano y emblema de fertilidad.

Precisamente por su asociación con la fertilidad, se los vincula con la Pascua, época en que se iniciaba la primavera y la naturaleza se volvía fecunda, y con la inocencia, al ser un animal que parece no tener intención de herir a nadie.

Cuenta una leyenda que estando Jesucristo muerto en el sepulcro, se encontraba un conejo allí escondido el cual fue testigo de la resurrección del hijo de Dios. Después de lo que había presenciado, este conejo decide contar al mundo lo que había sucedido regalando huevos decorados en señal de la felicidad que debían de sentir los devotos cristianos sabiendo que Cristo no estaba muerto. Es así, siguiendo este relato, que los conejos salen cada domingo de Pascua a dejar huevitos para recordar al mundo entero que Jesucristo ha resucitado.

El mítico conejo de Pascua, al que todos recordamos y asociamos dejando huevos de chocolate, usando ropa divertida y llevando una canasta para que no se le pierdan los huevitos, en muchas ocasiones se lo ha comparado con Papa Noel porque al igual que éste trae regalos a los más pequeños.

¿Por qué el huevo como símbolo de la Pascua?

El mito del huevo de Pascua se remontaría a los primeros cristianos, quienes lo consideraban como un símbolo de la resurrección de Jesús; la cáscara del huevo simbolizaría la tumba en la que Jesús estuvo sepultado, que se quiebra el domingo de Pascua.

Entre los siglos IX al XVIII, la iglesia prohíbe el consumo de huevos durante la cuaresma, por considerarlos equivalentes al consumo de carne, por lo que las personas deciden cocinarlos y pintarlos para diferenciarlos de los frescos y poder comerlos el día de Pascua. Con el tiempo estas tradiciones fueron incorporadas a la celebración

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