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El Laberinto De Los Tres Minotauros


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2012  •  1.559 Palabras (7 Páginas)  •  946 Visitas

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Sin duda, uno de los libros venezolanos más importantes del siglo veinte es “El Laberinto de los tres Minotauros” de J.M. Briceño Guerrero. Se adelantó y, prácticamente predijo, el proceso revolucionario que hoy sacude los cimientos estructurales del poder en América del sur.

Además, no cabe duda que, en la medida que un Docente amplíe conocimientos sobre su origen y el medio en el cual se desenvuelve, estará más capacitado para dar una respuesta eficaz a los ingentes problemas nacionales que enfrentan nuestros pueblos, aldeas y ciudades. Ojalá, para resolver, no sólo los asuntos de la ciudad visible, sino aquella que pertenece al plano ideal, espiritual que, en el fondo, todos los habitantes de este planeta tierra anhelamos.

El libro de Briceño es mucho más que un análisis del proceso de transculturización y desencuentro de nuestras tres razas-culturas que conforman la “americanidad” trata de una reflexión de lo que somos, en esencia y hacia donde vamos. Quizás el mayor valor de la obra radica en ese fermento iluminador que nos lleva a la aventura de pensar en términos de lo que somos, o no somos. No es un libro fácil, en el sentido de que se trata de una obra académica y, por momentos “laberíntica”. Me gustaría, que se tratase de un libro al alcance de todos los lectores legos. No es fácil, además, porque trata un tema que, de alguna manera toca nuestras fibras más íntimas, nuestra herencia racial y cultural contradictoria, nuestras debilidades y fortalezas como continente mestizo. Nuestra natural tramposería y rebeldía. Nuestra condición “occidental” y la inevitable dependencia de la cultura europea.

El profesor Briceño insiste, demasiado, a mi entender, en el origen greco-romano de nuestra cultura. Pienso que España, a diferencia de otros países, es goda y mora. Cuando los musulmanes llegaron a la península ibérica en el año 711 España estaba gobernada por los reyes visigodos. Los árabes no se fueron hasta 1492, expulsados por los reyes Católicos, cuando se descubría el Nuevo Mundo. Estos árabes de Al Andaluz impulsaron la cultura española más allá de lo imaginable. Las ciencias y las artes se adelantaron a todo el resto de Europa. Los árabes importaron con su cultura las matemáticas y la invención.

La arquitectura se desarrolló hasta convertir el califato de Córdoba en el centro cultural de Europa y Granada todavía nos asombra con su Alambra. Sin restar importancia a la tradición helénica y romana, el árabe y el judío español debe ser tomado en cuenta como formador importantísimo de la hispanidad.

Por otra parte, no creo que el origen de lo que se denomina la Europa Segunda y sus avances científicos se deba sólo a la herencia helénica y romana y a su “corrupción”. Hay un elemento económico, impulsador y modificador de las relaciones humanas de carácter central que debemos tomar en cuenta. Me refiero al origen desértico de la cultura que, de verdad, conquistó al mundo.

A la psicología y filosofía de la escasez nacida entre los pueblos del desierto. Es allí donde hay que buscar las raíces del cristianismo. En la invención del dios del desierto “donde no hay nada” como dijo el Wilca (shamán) de Otavalo (“mitimae” en las tierras conquistadas por el tahuantinsuyo). No cabe duda que esa psicología de la escasez penetró primero en la Europa Bizantina y luego en el Al Andaluz, en Roma por la influencia de los hebreos y posteriormente con la tradición abnegada de los seguidores del rabino Jesús.

Efectivamente, son los hombres y sus circunstancias inventores de los dioses. Este dios de la escasez, con sus mitos milenarios vive en occidente y domina todas las actividades productivas y comerciales del planeta. Se trata del dios dinero. No creo que sea la filosofía, sino el “dios dinero” con su angustia desértica, el conquistador de todos los rincones de la tierra.

Hoy día, las casas matrices de gran cantidad de multinacionales tienen su sede en China, cultura milenaria donde, por cierto, no llegó el imperio romano y la occidentalización llegó, por decirlo así, tarde. El capitalismo y el socialismo, nacen de esa patología de la escasez. Los bienes y servicios tienen valor, sólo cuando son escasos. En eso se basa la economía de mercado y, el mercadeo, genera necesidades para convertir, o para generar la idea de escasez sobre bienes que, a veces, son innecesarios, como la moda, las tetas postizas etc.

El socialismo, nace también de la “necesidad” de distribuir mejor los bienes “escasos”. Es el concepto de la escasez, motor principal de la revolución industrial, del desarrollo de la tecnología de la Europa segunda y de la expansión del concepto de propiedad de la tierra. Origen del concepto de propiedad privada y, por muchos, considerado el origen de la civilización. Ninguna cultura occidental

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