El caballero de la Armadura Oxidada simboliza nuestra ascensión por la montaña de la vida

El caballero de la Armadura Oxidada simboliza nuestra ascensión por la montaña de la vida. En esta lectura se aprecia el viaje del caballero plagado de esperanzas y desesperanzas, de ilusiones y desilusiones, de risas y lágrimas y nos enseña de una forma muy amena, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para ser capaces de dar y recibir amor. Y no permitir que por nuestra terquedad nos pese como al caballero desventurado que permitió que su mundo se viera opacado por el brillo de su reluciente armadura, sin darse cuenta que era precisamente la que lo mantenía aislado de las cosas verdaderamente importantes, como lo eran su familia, sus amigos, el mundo en general.

En el libro el autor le da mucha importancia al hecho de llorar, pero no sólo para que el caballero se librase de su armadura, sino que también intenta enseñar la importancia de mostrar nuestros sentimientos ante los demás, cosa que el protagonista fue aprendiendo a hacer y que es algo muy importante para poder llevar una vida feliz y poder comprender lo que les pasa a los que te rodean.

Este es un libro que nos hace pensar sobre la propia vida y sobre como se está viviendo.

El libro presenta una serie de enseñanzas relacionadas con diversos aspectos de la ética y la moral personal que nos lleva a enfrentarnos al hecho de que por muy sociables que seamos, tenemos la tendencia de evadir los momentos que nos obligan a estar a solas con la persona a quien más desconocemos o nos esforzamos en descubrir : nosotros mismos.

El Libro comienza hablando de la agraciada vida de un poderoso caballero, al cual vive feliz en un gran castillo, acompañado de su preciosa mujer y su pequeño hijo Cristóbal. El caballero es una persona con muy buenas intenciones, al menos aparentemente, que todo el tiempo está intentando de realizar actos heroicos, para su propia satisfacción y para que todas las personas que lo rodean tengan siempre una imagen de él como alguien de gran corazón y de nobles ideales.

Pero luego el autor comienza a contar cómo todo empieza a irle mal al caballero, su afán por hacer actos heroicos y causar una buena impresión hace que olvide y deje de lado la importancia del contacto con su familia, su esposa y su hijo y en general con todo el mundo que existía afuera de su armadura. Se queda atrapado en su armadura y pierde el amor de su mujer y su hijo que se van olvidando de su aspecto. Es importante saber que no hay que pensar sólo en uno mismo ni centrarse en conseguir un solo propósito; si no que hay que cuidar de todo lo que nos rodea y sobre todo a nuestros seres queridos.

En muchas ocasiones a todos nos pasa algo similar, estamos tan inmersos en nuestra propia “armadura” de vanidad, egoísmo o autocompasión, que creemos saber lo que las demás personas piensan de nosotros; nos refugiamos adentro de nosotros mismos para evitar vernos como realmente somos y evadimos enfrentar nuestra realidad, ya que posiblemente no sea la que quisiéramos. Posiblemente a nosotros, como al caballero, haya alguien que trate de hacer ver nuestro error, pero casi siempre ignoramos esto y seguimos ciegos a la verdad.

Como el caballero, deberíamos emprender una travesía a través de nuestro interior, por medio de la cual tratamos de encontrar los medios para desprendernos de este bloqueo y la fuerza para enfrentarnos a nuestros fantasmas y monstruos interiores, para conocerlos y de esta forma vencerlos y superarnos a nosotros mismos.

Es importante que se reconozca que se necesita ayuda y buscarla; debemos estar conscientes de que no siempre somos capaces de hacer todo solos, por nuestros propios medios, ya que al fin de al cabo somos esencialmente seres sociales que vivimos inmersos en un mundo de personas, por lo que podemos encontrar a alguien que nos guíe y acompañe a los largo del camino que nos lleva a nuestro auto-descubrimiento. Debemos procurar que la persona que nos sirva de guía de alguien con la suficiente sabiduría y madurez para que realmente nos ayude a seguir el camino correcto y no nos desvíe de nuestro objetivo primordial: conocernos a profundidad.

El hecho de tener a alguien con la suficiente grandeza para ser nuestro guía, no implica que no haya seres pequeños a quienes también necesitemos; como los niños, quienes constantemente nos recuerdan todo aquellos que hemos olvidado acerca de la sencillez, la honestidad, la inocencia. En la lectura la ardilla y la paloma demuestran que no hay nadie tan grande que no pueda requerir la ayuda y orientación de otros, así como no hay nadie tan pequeño que no pueda sernos útil.

Nadie puede dar a conocer lo que no tiene, si nos conocernos a nosotros mismos no podemos pretender que nos conocemos a alguien más; si no nos amamos a nosotros mismos no podemos pretender amar a nadie más; si no sabemos cuidar de nosotros mismos no sabremos cuidar de nadie más. Todo esto se ve reflejado en la lectura cuando el mago Merlín le pregunta al caballero qué haría si logra salir del bosque, a lo que éste responde que volvería con su esposa e hijo; sin embargo Merlín le dice; ¿Cómo podrías cuidar de ellos si ni siquiera podéis cuidar de vos mismo?

Atravesar el Sendero de la Verdad, implica enfrentarnos a nuestro yo interior y aprender a aceptar y conocer lo que nos hace diferentes de los demás; saber que no es importante lo que los demás piensen de nosotros, sino lo que nosotros sabemos con certeza que somos, y de lo que somos capaces. Cuando se logra desprenderse de las ataduras de la vanidad y la costumbre de pretender que todos nos amen y nos admiren, es cuando se llega al conocimiento de uno mismo, de sus defectos y virtudes.

En el Castillo del Silencio aprendemos que tenemos la tendencia a rodearnos de ruido (conversaciones

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