Erase Un Vez Una Fabrica

ERASE UNA VEZ UNA FÁBRICA

Es un cuento sobre calidad en el cual Puntuación S.A., era una empresa dedicada a la producción de una amplia gama de productos (signos de puntuación) que le dan sentido a la escritura.

Puntuación S.A. era una empresa exitosa, que tenía imitadores y competidores que no la lograban igualar. Todos los días enfrentaba un nuevo reto, como aquellas empresas competitivas que se especializan en un sólo producto, pero estas solamente lograban captar el interés del mercado por un tiempo determinado. Hasta que nació Procesos S.A., una empresa que empezó a destacarse en el mercado de los signos de puntuación y empezó a aumentar cada vez más su participación en el mercado.

Debido a que Procesos S.A. empezó a ser una amenaza para Puntuación S.A. el gerente de Puntuación S.A. decidió hacer un estudio de mercado para conocer, porque los clientes preferían los productos de Procesos S.A.

Se encontró que la respuesta era que los productos de Procesos S.A. eran de mejor calidad; para él esta respuesta no fue muy clara.

Después de hacer un estudio de mercadeo, el jefe de Puntuación S.A. decidió hacer un cambio en la fábrica. Dicho cambio consistió en pedirle a los trabajadores que se esforzaran más e hicieran sus tareas y responsabilidades en una mejor manera; pensando que esto le ayudaría a mejorar la calidad de sus productos, sin embargo no consiguió ningún cambio. Por el contrario, la nueva táctica de trabajar más y hacer las cosas mejor, empeoro la situación, bajando las ventas y la participación en el mercado, las utilidades y la moral de los trabajadores. Entonces se dio cuenta que las buenas intenciones no eran suficientes para competir con otra empresa que contaba con productos de mejor calidad.

Se dio cuenta de que lo que necesitaban era liderazgo y su trabajo era proporcionárselo. Al reflexionar sobre toda la situación, concluyo que la clave para generar productos de calidad era encontrar los errores en el momento en que se presentaran y decidió duplicar la fuerza laboral con un supervisor por cada trabajador. No obstante, las cosas empeoraron a un mas, ya que los trabajadores dejaron toda la responsabilidad a los supervisores. Los trabajadores no sabían donde empezaba el trabajo de los supervisores y donde terminaba el ellos.

Entonces el jefe de la fabrica se dio cuenta que la calidad era una cuestión de supervivencia y que el esfuerzo o hacer las cosas mejor, ni la supervisión masiva eran la solución. Después de ver los resultados de la nueva técnica para mejorar, se dieron cuenta que la clave no era detectar los errores en el momento en que se cometen, sino que lo importante era prevenirlos, lo cual era menos

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