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Estrategias Didácticas En La Práctica Pedagógica, ¿Una Ayuda O Un Problema Para Los Docentes En Formación?


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2013  •  1.782 Palabras (8 Páginas)  •  383 Visitas

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Estrategias didácticas en la práctica pedagógica, ¿Una ayuda o un problema para los docentes en formación?

La experiencia de la práctica pedagógica es completamente enriquecedora en todos los sentidos, pues cuando un docente en formación se enfrenta a un grupo de estudiantes en un contexto determinado consigue identificar aspectos muy simples pero también muy necesarios para su futura labor, que no puede llegar a aprender por cualquier otro medio, ni siquiera a través de la teoría, sin decir que esta no es importante. Aún así, nunca le va a permitir comprender las reacciones, sentimientos y acciones que toman los estudiantes al recibir una clase. Específicamente se pueden mencionar las actividades propuestas por el docente para dicha sesión, el trato del mismo hacia los estudiantes y las preferencias de ellos hacia un área o materia.

Además se debe tener en cuenta el entorno al que la escuela pertenece, ya que el proceso educativo esta sujeto a sus características y condiciones. De manera que los factores social, económico y cultural influyen de sobremanera en los estudiantes y en la finalidad de la educación, que aunque en general sea la formación de individuos, tendrá un propósito diferente en cada lugar. Se puede buscar la instrucción de sujetos basada en las normas y la disciplina, otra opción sería perseguir los valores, la creación de personas que fomenten la ética y los valores, también podría lograrse el desarrollo del pensamiento, guiando a las personas hacia la reflexión y la crítica, o simplemente combinar varios de estos aspectos. Pero se llega a entender que siempre habrán diferencias tanto en lo que se persigue (educación), como en la forma en que se realiza este proceso (modelos pedagógicos), con lo que se diría que “dependiendo de la sociedad existirá un tipo de educación”.

Por lo tanto para encontrar las estrategias didácticas adecuadas para el desarrollo de una clase se debe tener en cuenta, no solo que sean adecuadas según la teoría, sino que además se acoplen a las características propias del contexto para el que están planteadas, solo así se puede llevar a cabo una clase exitosa. Aunque realizar esto no es el trabajo más complicado, no es algo que se tome a la ligera, ya que no es sencillo proponer una estrategia para trabajar con todos los niños (teniendo en cuenta sus preferencias) y que además sea efectiva. Al abordar este tema desde la perspectiva teórica las estrategias propias de modelos interestructurantes se definen como las más acertadas para el desarrollo pleno de una actividad y para conseguir la adquisición de conocimientos significativos por parte del niño.

Para explicar este modelo pedagógico también llamado dialogante, se parte de los modelos autoestructurantes que reconocen el papel activo del estudiante en el proceso educativo y abren paso a un modelo interestructurante, que además de lo anterior, “reconozca el rol esencial y determinante de los mediadores en este proceso: un modelo que garantice una síntesis dialéctica” (De Zubiría, J. 2006: 194).

Dicha síntesis, según De Zubiría, debe reconocer de los modelos heteroestructurantes, que el conocimiento es una construcción externa al salón de clases, la ejercitación y reiteración del mismo, y rescatar de los modelos autoestructurantes, el papel activo del estudiante en el proceso educativo y la finalidad de la escuela en cuanto al desarrollo de intelectual asignado a la escuela.

Un desarrollo pleno de esta síntesis dialéctica solo es posible si se tiene en cuenta la concepción walloniana, que menciona tres grandes ámbitos en las interacciones del niño frente a su entorno. Estos son: el de las emociones, el del proceso de evolución del acto del pensamiento, y el tercero el de los fenómenos psicomotores. Esto da una visión del ser humano en tres dimensiones, las socioafectivas, las cognitivas y las personales o práxicas, que a pesar de ser sistemas relativamente autónomos están interrelacionados, interdependencia que es uno de los conceptos centrales de la pedagogía dialogante.

De acuerdo a lo anterior se resalta el carácter social del ser humano en la educación y el aprehendizaje, puesto que “el pensamiento, por lo demás, no es un puro acto del individuo; corresponde al conjunto de los individuos, y no de una generación, sino de todas las que se han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. Hecho individual, por una parte, también lo es, a igual título, social” (Merani, 1969, en De Zubiría, J. 2006: 200). Por lo que como se había mencionado anteriormente la sociedad influye directamente sobre la educación y sobre el ser en sí.

En la pedagogía dialogante el propósito de la escuela no busca la transmisión y adquisición de conocimientos docente-estudiante. “La función esencial de la escuela es garantizar el desarrollo cognitivo, valorativo y praxiológico de los estudiantes. La esencia de la escuela debe consistir en el desarrollo y no en el aprendizaje como lo han considerado los demás modelos pedagógicos, en especial, los heteroestructurantes” (De Zubiría, J. 2006: 213). Con esto la escuela debe garantizar un incremento en los niveles de pensamiento, afecto y acción; la educación, en lugar de transmitir conocimientos debe entregar las herramientas necesarias a sus estudiantes para que se acerque a los saberes.

Con lo que sabemos del modelo dialogante podemos mencionar que “las estrategias metodológicas deben ser de tipo interestructurante y dialogante. En este sentido deben reivindicar el papel activo tanto de la mediación como del estudiante” (De Zubiría, J. 2006: 228) Lo que redefine la relación docente-estudiante, el primero como un mediador

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