Existía un escultor el cual en la mayoría de sus esculturas hacia niños o mujeres

Taller 3

1.- Existía un escultor el cual en la mayoría de sus esculturas hacia niños o mujeres, un dia hecho a volar su imaginación y esculpió una pareja acariciándose la pareja estaba desnuda expresando su amor.

Cuando lo puso en su exhibición las personas no vieron con buenos ojos esa imagen, lo criticaron de lujurioso, enfermo y morboso, el la ver que sus clientes se espantaban de tal imagen, no tubo mejor idea que quitarla de esa exposición y dijo: “bueno en algún lado de este mundo mi arte será apreciado, no solo por hacer niños mujeres; sino por demostrar la pasión y la dulzura que puede existir en una caricia”.

El escultor tomo una botella grande con boca ancha en la que entraba la escultura, puesto que esta era pequeña, la introdujo en ella; la sello con la tapa y aseguro bien, escribió una nota en la que decía: “al que me encuentre cuídeme como tesoro”. La tomo entre sus brazos y se fue andar por la orilla del mar y la coloco en el mar para que el mar le encuentre el hogar y un rumbo, el escultor se preguntaba: “a donde iras a parar? Ojala que llegues a buenas manos y seas apreciada como lo que eres”.

Pasaron los días y una mujer se contra va lavando su ropa a orillas de una laguna, en eso se da cuenta que algo brillaba esta atorado entre unas piedras, se acerco y lo toma entre sus manos. Al primer momento no se da cuenta de lo que era por que la botella estaba sucia, solo pudo leer la nota que traía consigo, al llegar a casa la lavo bien y se di cuenta que era una escultura, la señora no se horrorizo por lo que vio al contario le gusto el fino esculpido que tenia ese toque delicado de los detalles de las manos, los músculos y la expresión que tenían los rostros, le pareció la obra de arte mas linda que había visto, no la saco de su botella porque tenia miedo de que se ensucie.

Esa escultura se quedo en la casa de esta señora donde encontró cobijo y aprecio, pero no faltaron las personas que criticaron la escultura, hasta que un día un gran coleccionista de arte y esculturas llego a la cuidad, y fue al hogar de la señora, puesto que; la señora era conocida por su excelente arte en la cocina, y ella muy orgullosa de su cocina y su escultura que la lucia en un anaquel que estaba en la entrada, el coleccionista se percato de la escultura y la reconoció, el sabia quien la había esculpido, sabia la historia de ella, y muy contento al verla que estaba sana y a salvo le dijo a la señora como había sido creada y que quería comprarla. La señora muy renuente le dijo que NO que era de ella que ella era quien la había encontrado y que no la vendería por nada del mundo.

El coleccionista muy furibundo cogió sus cosas y se marcho, la señora x nada lo vendería ella decía que desde que encontró tal imagen le había cambiado la vida, y que por ello no lo vendería.

Ella nunca supo cual era el valor de

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