FACTORES REALES DE PODER QUE DIERON ORIGEN A LA CONSTITUCIÓN

FACTORES REALES DE PODER QUE DIERON ORIGEN A LA CONSTITUCIÓN

POR OTONIEL ARANGO COLLAZOS

Para entender la decisión del pueblo colombiano de apoyar en Diciembre de 1.990, la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente, hay que partir de la premisa de que el traje constitucional de Rafael Núñez (1.886) ya no se ajustaba al cuerpo nacional de la década del noventa.

Para tener una primera aproximación al problema antes mencionado, es necesario remontarse a la época de la “violencia”, años cuarenta y cincuenta, en la que murió el caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán (9 de abril de 1.948) y la posterior conformación del Frente Nacional (1.958-1.974, período en el que gobernaron los liberales Alberto Lleras Camargo y Carlos Lleras Restrepo y los conservadores Guillermo León Valencia y Misael Pastrana Borrero). Este pacto político de alternación en el poder entre los partidos liberal y conservador, tuvo su razón de ser en las circunstancias propias de la época, pero a la vez y paradójicamente, es uno de los factores que más ha influenciado las actuales realidades político-sociales y económicas de una manera negativa.

El hecho de apropiarse las decisiones estatales y por ende el poder, dos partidos políticos, o mejor tres, pues como lo señalara el profesor Ghilodes en la semana de la Constitución, llevada a cabo en la Escuela Superior de Administración Pública en Bogotá (septiembre de 1.991), el partido liberal siempre compartió las mieles del poder con una u otra fracción del conservatismo (Ospinistas o Laureanistas); éste hecho digo, llevó a que ese bipartidismo tripartita excluyente, frustrara la vocación democrática de muchos sectores de la población, que ante la imposibilidad de participación en las decisiones, optó por otras alternativas, entre ellas la de la insurgencia armada.

La violencia pues, que pretendía ser eliminada con la opción del Frente Nacional, se vio solamente apaciguada, puesto que los factores reales de inconformidad seguían vigentes. En estas circunstancias vieron la luz pública movimientos políticos tendientes a romper el esquema bipartidista del Frente Nacional, tales como el partido comunista que en sus inicios no era más que un apéndice del Partido Liberal o como el propio Movimiento Revolucionario Liberal (MRL); posteriormente surgió la Alianza Nacional Popular (ANAPO), para citar sólo tres de los que rápidamente fueron absorbidos por el sistema, o que en el mejor de los casos se quedaban en planteamientos disidentes, sin opciones reales de acceder al poder. Particularmente la ANAPO vio frustrado su proyecto político en los famosos insucesos del 19 de abril de 1.970 (fecha en la que fue silenciada la radio cuando anunciaba la victoria del General Gustavo Rojas Pinilla y reabierta cuando los resultados curiosamente favorecían al Doctor Misael Pastrana Borrero), acontecimiento que posteriormente serviría para darle nombre al movimiento revolucionario M-19.

Pero lo realmente reprochable del amancebamiento bipartidista y confirmando aquello de que el poder corrompe, fue el hecho de haberse convertido el andamiaje estatal en una criatura paquidérmica que no podía dar soluciones adecuadas a las contradicciones sociales, políticas, económicas y particularmente al orden público, el que después de la Junta Militar que relevara al General Gustavo Rojas Pinilla, (1.957), fuera manejado con criterio eminentemente táctico militar, atacando sólo la superficie y dejando intactos los problemas subyacentes; sólo se avistó la punta del iceberg. Todo lo anterior justificado de alguna manera por el temor gubernamental, de un eventual nuevo golpe militar a la usanza de la época, en casi toda América Latina.

Esta serie de acontecimientos, con una democracia a medias, sirvió de caldo de cultivo para que la corrupción se campeara por todos los

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