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FORMACIÓN INTERCULTURAL DEL AFECTO EN LA NIÑEZ Y SU REPERCUCIÓN EN LA VIDA DE PAREJA


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2013  •  1.916 Palabras (8 Páginas)  •  334 Visitas

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FORMACIÓN INTERCULTURAL DEL AFECTO EN LA NIÑEZ Y SU REPERCUCIÓN EN LA VIDA DE PAREJA

Autora: Mery Luz Merino Osorio

Resumen

La pareja, es la unidad principal de la familia y la ruptura de esta unidad, debido fundamentalmente al fracaso en la relación de pareja, trae consigo una secuela de efectos causantes de la crisis de la sociedad tales como el incremento de divorcios, el abandono del hogar por parte del padre o de la madre, los feminicidios y el aumento de suicidios debido a problemas de pareja. Este ensayo, tiene el mérito de asumir un enfoque que se ha id o soslayando al tratar sobre el origen mismo del problema: la formación afectiva en la niñez, formación que proponemos no debe estar desligada sino que se complementa y se fortalece con una formación intercultural, que mostraremos inciden en la vida de pareja. En ese sentido, hacemos un pequeño aporte sobre la formación intercultural del afecto en la niñez y de qué modo repercute en la vida afectiva de pareja. El resultado que se espera es que sea para la sociedad un aporte importante, dadas las nuevas condiciones que desafían al matrimonio.

Hubo en mi niñez, de los tantos cuentos que solía releer, uno al que no encontraba mucho sentido, se trataba del cuento de los “Cinco burros”. Era un campesino que contaba y recontaba los cinco burros que tenía, pero que él sólo encontraba cuatro sin contar sobre en el que estaba sentado. De igual forma, muchos de nuestros aspectos más esenciales están vinculados al amor como son la pareja, la familia, la vocación, el sentido de la vida, la espiritualidad, y hasta lo más elemental, nuestra propia autoestima. Sin embargo, concebimos al amor como un sentimiento espontáneo sin necesidad de conocer y comprender, al menos mínimamente qué es, cómo se forma. Desconocimiento que ahora conlleva, mucho más que antes, a identificar el amor con el enamoramiento. El nihilismo también ha atrapado a este término por el cual se concibe al amor como algo utópico que no tiene poder de concretizarse trascendiendo a todas las posibles circunstancias del ser humano.

En nuestra sociedad, actualmente, la crisis de la pareja es la crisis de la familia, crisis que se intensifica más con la pérdida del sentido del matrimonio y la dificultad en reconocer que esta crisis deviene de una incapacidad de amar como resultado de una falta de formación afectiva en la niñez para la vivencia en pareja. Así, ni la sociedad y, más, ni la educación en el Perú cuentan con, en primer lugar, un reconocimiento expreso, claro, sobre su involucramiento y participación en la formación del afecto en la niñez. Como tampoco se toma en cuenta el elemento intercultural en esta formación de la estructura afectiva del niño o niña que posteriormente será el espacio de la vivencia de pareja. El problema que esto suscita es la tendencia homogenizante que lleva el apellido del relativismo cultural, en contraposición a una relación de comunión intercultural entre dos realidades culturales diferentes.

Por ello, nos interesa tratar sobre la formación intercultural del afecto en la niñez, porque consideramos que la persona formada en el amor tiene amor, es decir, es capaz de amar, tiene aptitud, disposición de amar y, de amar incluyendo, dado que la vivencia de la pareja es siempre una vivencia intercultural de interrelación de dos modos de ser, de pensar, de sentir, de comunicarse y, de estar distintos; provenientes de una cultura matriz diferentes que ha formado la estructura afectiva básica de cada uno. En ese sentido, nos proponemos examinar: ¿Cómo se forma la estructura afectiva? Luego, hacer un pequeño aporte sobre ¿En qué consiste la formación intercultural del afecto en la niñez y de qué modo repercute en la vida afectiva de pareja?

Formación de la estructura afectiva de la capacidad de amar en la pareja

Necesidad de afecto.

El hombre no es un ser racional “a secas”, sino que, cualquiera sea su condición cultural, si observamos sus reacciones, sus actos, respuestas en determinadas situaciones, su comportamiento, entenderemos que obedecen más a toda una cadena de imágenes, memorias, emociones, sentimientos e impulsos, que a su naturaleza eminentemente racional. Así, todos podemos desarrollar en menor o mayor medida nuestra capacidad racional, pero todos tienen la misma necesidad de afecto. Y no sólo tenemos en común la misma necesidad de afecto, sino que la mayoría de las vivencias y experiencias del hombre están vinculadas al afecto. Y la frustración en este aspecto vital de la existencia, va abriendo heridas profundas que luego toman forma de “mal carácter”, intolerancia, arbitrariedad, falta de empatía, sumisión, miedo, envidia, violencia, etc, que no sólo son contenidas en la propia familia, sino que van expandiéndose a la pareja, a los amigos, al trabajo, a la empresa, al interior de la congregación, etc.

Ontogenia del afecto.

Evidentemente, las primeras huellas de afecto son la de los padres o de alguien que haya tenido que hacerse cargo de uno y sin sus cuidados no se hubiera podido siquiera subsistir. Estas primeras huellas tienen una enorme significancia para comprender cómo se ha formado nuestra estructura afectiva, en primer lugar, porque, por un lado, dar afecto es dar lo que tenemos y podemos dar, es dar lo que somos, lo que significa, que tuvimos el afecto que nuestros padres tuvieron y pudieron darnos, y por otro, dar afecto es dar lo que se pudo procesar sea negativa o positivamente del afecto o de la falta de afecto que recibimos de los padres. Esta estructura afectiva, siguiendo a Humberto Maturana, tiene una historia, personal y propia aún tratándose de miembros de una misma familia que parte con una estructura inicial que condiciona el curso de sus posteriores interacciones.

Estructura del afecto

Definimos al afecto como el acompañamiento material y espiritual que damos o recibimos de quienes son próximos a nosotros. Hay un aspecto material del afecto que es proveer de una casa, alimentos, vestido, ropa, educación y de todo lo necesario o más de lo que se necesita para subsistir materialmente. Pero, el afecto tiene también un lado espiritual tan indispensable y fundamental como lo es la propia sobrevivencia porque forma los cimientos del ser, provee soporte

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