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GLOBALIZACION AMAZONICA


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  Documentos de Investigación  •  2.093 Palabras (9 Páginas)  •  405 Visitas

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ENSAYO:

GLOBALIZACION AMAZONICA

DOUGLAS STEVEN PIEDRAHITA PARRA

AMAZONIA

COD. 0331374

Hablar en términos generales de globalización de la selva amazónica es hablar de neoliberalismo, un modelo político-económico que promueve la privatización de la biodiversidad, de las áreas naturales protegidas, aplicando un amplio ejercicio de control de la naturaleza, al convertir cada uno de sus elementos en una mercancía. Para ello, es indispensable la formación de bloques económicos orientados bajo la lógica de libre comercio, con el fin de reproducir el capital. Este proceso, ha implicado la creciente interconexión de los mercados de todo el mundo .La Amazonía, con toda su riqueza cultural, ecológica y económica, no escapa a las pretensiones neoliberales de generar una serie de transformaciones, que apoyen la incorporación de la Amazonía en el mundo “globalizado”. Sin embargo un rápido repaso historio nos muestra que este proceso ha hecho todo lo contrario, es decir que se han llevado a cabo algunas experiencias desarrollistas que han generado un anti desarrollo para la socio diversidad amazónica con impactos ambientales irreversibles y aun peor, que afectan todo el planeta. Deforestación, cultivos ilícitos, violencia, especies en vía de extinción, comunidades indígenas en peligro, son solo algunos de los aspectos que esta globalización genera en la Amazonía.

Antes que nada es necesario recordar las raíces de este fenómeno. Es en la época de la colonia que la Amazonía comienza a ser objeto de esta globalización mundial, algunos productos del bosque y especias empiezan a circular en el mercado mundial, pero es a mediados del siglo XIX con la “fiebre de la tierra caliente” cuando los ingleses y los Estados Unidos dominan el comercio mundial, logrado que Brasil permitiera la libre navegación de sus ríos para el comercio de algunos productos como la quina y el caucho. Es necesario anotar que en cuanto a la Amazonía colombiana, las cosas no funcionaban igual que a la Amazonía brasilera, el desinterés de las elites, el fortalecimiento del comercio interno y las distintas querellas por reafirmar las fronteras nacionales no permitieron un desarrollo económico fuerte del territorio amazónico, dejándolo abandonado a su suerte, como se retrata en la Vorágine, obra magna de José Eustasio Rivera. Posteriormente los cambios sociales producto de la “violencia” a comienzos del siglo XX, hicieron que hubiera una migración de campesinos hacia el piedemonte amazónico, con lo que empieza un periodo de colonización lleno de cambios.

La bonanza de la coca, promovida principalmente por el consumo de cocaína en los Estados Unidos, abrió con fuerza los canales de comunicación entre el la Amazonía y el resto del mundo, y donde antes solo habitaban algunas etnias indígenas, comienzan a conformarse asentamientos rurales cada vez más grandes y organizados. Poco a poco el comercio mundial empieza a ver en la selva Amazónica una rica fuente de recursos y materias primas. Con todo esto también comienzan los problemas ambientales y socioculturales que veremos más adelante.

El poder económico es un monstruo que devora todo lo que puede consumir, inconsciente, no respeta los intereses de los pueblos y hace todo lo que sea necesario para lograr sus fines. El petróleo y el gas, como fuentes energéticas, han dado suficientes muestras en el último tiempo de lo que Estados Unidos está decidido a desplegar como fuerza militar, para asegurar su dominio, el término “bases militares” parece tener cierto sentido en este contexto.

La biodiversidad, por ser una base importante de las nuevas tecnologías, y el

agua dulce, valorada por los centros de inteligencia gubernamental de Estados

Unidos como una ventaja geopolítica, son también recursos estratégicos que

constan dentro de los planes de control, y de eso se trata el neoliberalismo, de controlar y monopolizar los recursos para beneficio económico de solo las grandes potencias. Por eso, muchos proyectos propuestos actualmente como de conservación, son en realidad iniciativas de privatización de la biodiversidad, que ya no se limitan a las fronteras nacionales, sino que cubren inmensas áreas a lo largo de varios países.

Bajo el efecto combinado de la colonización masiva, la explotación comercial de la madera, la agricultura y la ganadería extensivas, cerca de 800 mil km2 de la cuenca amazónica habían desaparecido a inicios de los años 1990; el 68% de esta superficie se había convertido en pastizales. Entre 1975 y 1989, Brasil deforestó un área equivalente a la superficie de Francia (560.000 km2). En el En Colombia, pese a la creación (en 1959) de siete zonas de reserva forestal, un conjunto de 58,6 millones de hectáreas de bosque, en 1989 12,7 millones de hectáreas pertenecientes a estas reservas habían sido colonizadas, principalmente en la Amazonía (cerca de 6 millones de hectáreas sobre 38,6 millones) y en el valle del río Magdalena (cerca de 4 millones de hectáreas sobre 6 millones).

Frente a la internacionalización de la protección de la Amazonía, los países de la cuenca amazónica reaccionaron el 3 de julio de 1978 en Brasilia con la firma del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA). El objetivo explícito era la promoción del desarrollo armónico de los países miembros por medio de acciones conjuntas y en el respeto de la soberanía nacional. Además, según el artículo primero del Tratado, los países miembros se comprometían a fomentar la preservación, la conservación y el uso racional de los recursos naturales de su territorio. En particular, desde el 1986, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial sometieron sus préstamos a criterios de desarrollo sostenible, obligando a Brasil a reconsiderar su política de deforestación. En 1989, el Presidente José Sarney organizó una cumbre presidencial en Manaos, en la que el Presidente colombiano Virgilio Barco propuso la institución de comisiones permanentes especiales para los recursos naturales, el ambiente y los asuntos indígenas. En 1992 se realiza la primera cumbre de la Tierra, con lo que se quiso marcar un cambio en la formulación del problema ambiental con la noción de “desarrollo sostenible”, definida en el “Informe Brundtland” (1987) como el desarrollo que satisface las necesidades del presente

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