Gracias por Fumar

afaasAunque a simple vista podría parecer que "Gracias por Fumar" es una obvia y transparente pieza de propaganda en contra del tabaquismo, en realidad se trata de una acertadísima sátira que critica igualmente a todos los implicados en el debate, al mismo tiempo que ofrece sagaz humor y agudas observaciones sobre la hipocresía de los medios de comunicación, la futilidad del proceso político y hasta los vicios de la condición humana.

Suena tremendamente ambicioso, pero el joven director Jason Reitman (aprovechando el nepotismo hollywoodense para beneficio propio) lo logra con inteligencia y elegancia en una de mejores películas que he visto recientemente.

El protagonista es Nick Naylor (Aaron Eckhart), vicepresidente del "Instituto de Estudios Tabacaleros", donde destacados científicos realizan constantemente experimentos para demostrar que no hay conexión real entre el uso del cigarro y el cáncer o las enfermedades respiratorias. En otras palabras, Nick es el principal portavoz de la industria cigarrera, constantemente usando ingeniosos trucos lógicos y lingüísticos para convencer al público y al gobierno de que los cigarros son inofensivos y en ocasiones hasta benéficos.

Sin embargo, las cosas cambian un poco cuando Joey (Cameron Bright), el hijo de Nick, se da cuenta de la labor que desempeña su padre. Entonces, Nick tendrá que re-evaluar su trabajo para no darle un mal ejemplo a su hijo.

Esa sinopsis suena demasiado simplista. En realidad la película toma muy diversos caminos para darnos su mensaje final, que nada tiene que ver con el tabaquismo ni con la industria del cigarro. En vez de ello, el director y guionista emplea el eterno debate entre fumadores y detractores del cigarro para ilustrar valiosos puntos sobre la inherente hipocresía gubernamental, y el poco ético modo como ciertos personajes manipulan la información para beneficio propio, y no de la supuesta verdad.

Pero antes de que comience un inútil comentario editorial, mejor pasemos a aplaudir el elenco de "Gracias por Fumar". Nunca he tragado a Aaron Eckhart como actor protagónico (por ejemplo, en "The Core" o en "Suspect Zero"), pero en esta película encaja perfectamente como el elocuente y ligeramente falso portavoz de una industria difícil de defender. El niño Cameron Bright encuentra al fin un papel "normal" que muestre su naciente talento, y J.K. Simmons repite gustoso su tradicional papel de estricto jefe con dudosa moral. Maria Bello y David Koechner tienen papeles secundarios que roban la película en cortas escenas donde vemos al protagonista (representante de la industria cigarrera) platicando con su equivalente de la industria de las armas y del alcohol. Estas son las mejores escenas de la película (lo cual es decir bastante), donde el humor acompaña de la mano la dura realidad de esas respectivas

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