Hidroponia

El congreso mexicano

Los congresos han sido establecidos en distintos países y momentos históricos como instituciones capaces de contener diversos intereses sociales y procesar conflictos derivados de manera pacífica y ordenada.

En democracias contemporáneas los integrantes son electos por voto popular de los ciudadanos dependiendo de las particularidades políticas y electorales de cada caso son instituciones en las que se encuentran representados distintos grupos sociales tendencias políticas e intereses individuales y colectivos. Esta característica que diferencia al congreso de otras instituciones políticas- como las gubernaturas y las presidencias_, lo convierte del espacio a través del cual la sociedad civil accede al estado y a las decisiones de este.

Las instituciones de gobierno toman sus decisiones y ejecutan sus acciones atendiendo, idealmente, a las necesidades generales de la sociedad .esta no participa en la toma de decisiones de estas instituciones influyendo en ellas atraves de la elección de uno u otro proyecto político cada determinado tiempo. La presidencia de la república, por ejemplo, no se puede dividir entre dos o más partidos políticos, de forma tal que, aun cuando resulte de una elección democrática, desarrollara uno solo de entre varios proyectos políticos propuestos a la sociedad estos proyectos son postulados generalmente por partidos políticos, aunque hay que tener en cuenta que en muchos países los candidatos a ocupar distintos cargos pueden ser electos al margen de distintos institutos.

Los congresos pueden integrar representantes de múltiples de proyectos o partidos políticos en proporciones variables dependiendo de las condiciones en que se constituyen. Consecuentemente, en ellos coexiste una pluralidad de propuestas y puntos de vista que refleja en mayor o menor medida de la diversidad de la sociedad en conjunto.

Como resultado de esta representatividad, de los congresos desarrollan distintas funciones de seguimiento, vigilancia y fiscalización de los gobiernos y sus acciones, asimismo, son generalmente los depositarios de las funciones legislativas del estado.

Durante las décadas siguientes, el funcionamiento de los congresos fue irregular, viéndose constantemente disueltos y disponiendo de muy poca efectividad en sus funciones, en virtud de los continuos y graves conflictos políticos que caracterizaron ese periodo de nuestra historia.

No es si no hasta la promulgación de la constitución de 1857 primera constitución de efectividad general en el país que el congreso de la unión, como se denominó a partir de ese momento, empezó a funcionar con alguna regularidad. Desde entonces, las asambleas correspondientes a cada elección, denominada legislaturas, han sido numeradas sucesivamente. La I legislatura del congreso de la unión se instaló en septiembre de 1857. Además de un congreso nacional, la constitución dispuso al establecimiento de legislaturas locales en cada estado de la república.

En 1874 el congreso se conforma por dos cámaras la de diputados y la de senadores. La primera representa a la población y la segunda a los estados de la república.

El congreso de la unión cumple distintas funciones del estado, entre las que se destacan la emisión de las leyes federales y a la aprobación de ingresos y vigilancia del gasto del gobierno federal.

El sistema de representación parlamentaria en México ha mantenido siempre, como base democrática, el criterio de que cada diputado debe ser electo por un número semejante de ciudadanos. Por esta razón las constituciones de 1857 y de 1917 vigente a la fecha con múltiples reformas dispusieron que las áreas donde estos se eligen, llamados distritos electorales, comprendieran aproximadamente la misma cantidad de votantes.

Esta forma de elegir se reconoce principalmente el lugar de residencia como el espacio en el cual los distintos intereses sociales se encuentran y en el que, como elemental principio democrático se deposita en la mayoría de electores la capacidad de designar a quien los abra de representar en el congreso esta idea era en buena medida correcta en el pasado, especialmente siendo en México un país de gran tamaño en el que, bajo las condiciones tecnológicas de comunicaciones y transportes, especialmente en el siglo XIX las personas enfrentaban importantes limitaciones prácticas para relacionarse estrecha y regularmente con otras regiones distantes.

La elección de diputados a través exclusivamente del sistema de elección por mayoría en un distrito se mantuvo vigente hasta 1963. En ese año se introdujeron reformas constitucionales para establecer el sistema de diputados de partido consiente en acreditar a los partidos políticos minoritarios aquellos que hubieran ganado menos de 20 distritos que alcanzaran amenos el 2.5% de la votación de un diputado por cada 0.5% de los votos nacionales obtenidos, sin pasar de 20.

En la actualidad por disposición constitucional, un partido político puede tener un número de diputados hasta un 8% superior de proporción de votos. Considerando que elijan 500 diputados, esto significa que un partido político puede tener hasta cuarenta diputados más de los que le corresponderían proporcionalmente al número de ciudadanos que votaron por él. En consecuencia de otros partidos tendrán, menos diputados que su proporción de votos.

Dado desde 1997 la mayoría de los distritos se ganan con menos de la mitad de los votos, esto significa que en esos distritos las distintas minorías suman más votos que la mayoría, pero no obtienen representación alguna.

En cuando a los 200 diputados electos por representación proporcional, estos se distribuyen entre el total de los votantes. Esto quiere decir que quienes ganan su distrito, además del diputado correspondiente, participan también en el reparto proporcional.

La manera como las leyes disponen la elección de la cámara de diputados refleja, como se puede ver, una clara contradicción entre un sistema de elección mayoritariamente basado en las mayorías territoriales y un país en el que las identidades transversales han dejado de ser la excepción para ser la regla general.

Ciencia tecnología sociedad y valores.

La Separación Iglesia-Estado es el concepto legal y político por el cual las instituciones del Estado y religiosas (Iglesia) se mantienen separadas y la Iglesia no interviene en los asuntos públicos; teniendo cada parte una autonomía para tratar los temas relacionados con sus esferas de influencia.1 Es una de las medidas por las cuales se busca el establecimiento de un Estado laico o aconfesional, así como parte del proceso de secularización de una sociedad.

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