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IMPUTACION OBJETIVA


Enviado por   •  19 de Mayo de 2013  •  2.596 Palabras (11 Páginas)  •  572 Visitas

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La masacre de Bojayá (Chocó) fue un hecho trascendental en la larga cadena de violencia que han vivido y que siguen viviendo las comunidades negras e indígenas del Bajo y del Medio Atrato. 11 años han pasado desde aquel 02 de mayo de 2002, cuando 79 personas murieron luego de que guerrilleros de las FARC lanzaron un cilindro bomba contra la iglesia de Bellavista (cabecera municipal de Bojayá), durante un enfrentamiento con paramilitares de la facción Elmer Cárdenas: Comandante Freddy Rendón Herrera, "El Alemán".

y el frente 58 de las FARC- EP.Comandado por Jhover Man Sánchez Arroyave, "el Manteco".

79 Personas entre ellas 48 niños y niñas, mujeres embarazadas, Ancianos y jóvenes que se encontraban en el sitio considerado más seguro de la iglesia san Pablo Apóstol de Bellavista, el altar a su alrededor se encontraban aproximadamente otras 230 personas todas ellas apretujadas luchando por un poco de oxígeno, incomodas, unos encima de los otros, con hambre ya que habían pasado la noche resguardados de los proyectiles de los grupos combatientes. Mientras esperaban encontrar esperanza en medio del miedo, lo que entro fue una pipeta que buscaba el lugar de refugio de los combatientes paramilitares del bloque Elmer Cárdenas que irresponsablemente utilizaban a la población civil como escudos humanos contrariando por lo menos para este momento dos normas básicas del derecho Internacional humanitario.

Como ya venía advirtiendo el gobierno colombiano, "La confrontación armada entre la guerrilla y las autodefensas ilegales es muy violenta en la región porque hay intereses económicos y estratégicos en juego: entre otros el tráfico de drogas, la conexión interoceánica, el desarrollo de megaproyectos como el de la carretera Panamericana, y la cercanía de los puertos y de las centrales hidroeléctricas. La región representa además ventajas para estos grupos por constituir una vía para el ingreso de armas y pertrechos desde Centroamérica y por ofrecer rutas favorables para el narcotráfico" .

Antecedentes inmediatos de la masacre

El 21 de abril de 2002, en torno a 7 barcas que trasladaban un total aproximado de 250 paramilitares de la AUC franquearon diversos puestos de la fuerza pública colombiana (Punta Turbo, entrada y salida de Riosucio) sin que se reconocieran incidentes ni detenciones y llegaron a Bellavista, cabecera municipal de Bojayá, y Vigía del Fuerte, provenientes de Turbo.

Los paramilitares se establecieron en los cascos urbanos en donde despojaron y amenazaron a la población, mientras las FARC-EP que intervenían hasta entonces la zona, permanecieron en el área rural. La población de Bellavista solicitó a los paramilitares que se retiraran del casco urbano, mediante la lectura de una declaración, como en su momento lo hicieron con la guerrilla, con el objetivo de mantener a la población civil alejada del conflicto. Las AUC se negaron a ello. Con el argumento de retomar la zona y además advirtieron que debían limpiarla de colaboradoes lo que preludiaba asesinatos selectivos,

Para el día 23 ya se habían cursado alertas a las autoridades por parte de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas expresando su preocupación por la incursión de grupos paramilitares en las localidades de Bocas de Curvaradó, Vigía del Fuerte y Bellavista y sus posibles consecuencias para las poblaciones allí asentadas .3

Una alerta temprana emitida por la Defensoría del Pueblo, el 24 de abril de 2002, ocho días antes de los hechos, fue dirigida al ministerio de Defensa, a la Policía y al Ejército Nacional, por una inminente incursión paramilitar en el corregimiento Bellavista de Bojayá. En dicha alerta la Defensoría solicitaba se adoptarán medidas para que otorguen una “directa atención a los sucesos que en forma reiterada alteran la tranquilidad en las poblaciones chocoanas, donde la mayoría de sus habitantes son indígenas, campesinos y comunidades negras que viven el enfrentamiento entre todos los grupos armados al margen de la ley". No obstante lo anterior no parece que se hayan tomado medidas efectivas para evitar que la situación en la zona desembocara en una confrontación militar con grave peligro para la población civil.

La situación de los habitantes, difícil de por sí con el establecimiento de los dos contingentes armados (uno en el casco urbano y otro en las inmediaciones), se complicó aún más a nivel alimentario cuando el 25 de abril las FARC-EP interceptaron en Boca de Arquía la embarcación de la ACIA (Asociación Campesina Integral del Atrato) que transportaba los insumos para abastecer las tiendas comunitarias de toda la región del Atrato Medio, robando toda la carga.

Al día siguiente, 26 de abril, los paramilitares entraron en Puerto Conto, donde establecieron una base. La guerrilla se encontraba en la otra orilla del río Atrato, en el pueblo de San Martín. Para entonces la Defensoría del Pueblo colombiana visitó la zona y emitió otra alerta advirtiendo de los riesgos de un posible enfrentamiento entre los grupos ilegales. Hasta el 2 de mayo no se practicaron iniciativas estatales para responder a esta y la anterior alerta.

Los combates

El 1 de mayo, aproximadamente a las seis de la mañana, se iniciaron los combates en Vigía del Fuerte entre los paramilitares y la guerrilla, concentrándose posteriormente en Bellavista. Por ese motivo, los habitantes comenzaron a refugiarse en la Iglesia, en la casa cural y en la casa de las Misioneras Agustinas. Durante los enfrentamientos, que continuaron todo el día y parte de la noche, la población albergada en los refugios ascendió a un número aproximado de 10000500 personas.

Al día siguiente se reiniciaron los combates temprano. Las FARC-EP mantenían su posición en el Barrio Pueblo Nuevo, en la periferia norte del casco urbano. Los paramilitares continuaban ubicados alrededor del área central de Bellavista, protegiéndose entre los edificios y, particularmente, en el anillo de cemento situado frente a la Iglesia, a la casa cural y a la casa de las Misioneras. Otro grupo paramilitar se encontraba en el patio que separa el colegio, la escuela y la Iglesia.

A las 10:00 de la mañana, dos guerrilleros instalaron un lanzador de pipetas 4 en el patio de cemento de una casa de Pueblo Nuevo, situada a una distancia aproximada de 400 metros de la Iglesia con el objetivo de provocar el repliegue paramilitar hacia el sur. A las 10:30 horas, aproximadamente, la primer pipeta cayó en una casa civil ubicada aproximadamente a cincuenta metros de la Iglesia,3 ocasionando daños materiales. Seguidamente, una segunda pipeta cayó en el patio trasero del puesto de salud sin estallar.

Aproximadamente

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