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José Fernández, Centro De La Ruptura Entre Poesía Y Sociedad


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2012  •  5.646 Palabras (23 Páginas)  •  516 Visitas

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JOSE FERNÁNDEZ, CENTRO DE LA RUPTURA

ENTRE POESIA Y SOCIEDAD

Por: Saúl Gómez Mantilla*

La literatura está relacionada directamente con la historia del hombre, con los procesos de cambio y los adelantos tecnológicos que afectan su vida diaria y su forma de ver el mundo. La literatura es una de las formas estéticas que usa el hombre para explicar su situación dentro de la naturaleza y de la sociedad en que vive, también es una búsqueda para hallar las respuestas a las preguntas que lo adentran dentro de sí, que tratan de desentrañar sus preocupaciones metafísicas y su forma de relacionarse con su entorno.

Con el paso del tiempo el hombre se ha ido alejando del mundo que ha construido, ha iniciado un proceso de introspección, de desarraigo por el lugar donde vive y ha empezado ha sentirse solo entre los suyos. Este proceso de soledad se evidencia en la literatura, y más específicamente en la poesía moderna, a través de la palabra escrita el hombre ha plasmado sus angustias, desde su escisión con la naturaleza, presente en la tragedia griega, hasta los monólogos de las novelas modernas y su búsqueda de un pasado en que no tenía la desolación por alma y la melancolía por cuerpo.

La percepción que se tiene de la poesía ha ido cambiando con el paso del tiempo. Cada escritor y cada época trata de entender y de explicar el fenómeno por medio del cual el hombre crea aquello que ha llamado poesía. De esta forma un poeta tiene su propia arte poética, su forma propia de concebir la creación poética, la escritura, de crearse y concebirse a si mismo como poeta en un momento histórico determinado.

En la época clásica el poeta era un hombre que escribía bajo el dictado de las musas. Ellas hijas de Apolo producían en el bardo estados de entusiasmo, donde lo tomaban y lo utilizaban como un médium para trasmitir a los hombres los designios de los dioses. Para los románticos la poesía era una fuerza vital, un impulso que transformaba la vida del poeta y de sus lectores, buscaban correr el velo que cubría una realidad oculta que estaba presente en las cosas. En palabras de Novalis la lírica era “un arma de defensa contra la vida cotidiana” .

Mucho más cercano a nuestro tiempo la poesía aparece como un hecho artístico, ya no como una obra del azar, sino del trabajo del poeta sobre el lenguaje. Para Baudelaire “El privilegio maravilloso del arte consiste en que al expresar artísticamente lo feo lo convierte en bello y que el dolor ritmado y articulado llenen el alma de placida satisfacción” . Esta nueva forma de ver la poesía genera una nueva forma de relación del poeta con su obra, presenta una lucha con las ideas tradicionales de la creación poética, del poema y del poeta.

En Hispanoamérica estas concepciones sobre la poesía y la creación poética se vieron afectadas directamente por los fenómenos europeos, así muchos de los poetas colombianos de medidos del siglo XIX seguían los parámetros del romanticismo español y años más adelante a finales del siglo XIX se empezaron a adoptar las concepciones poéticas de los poetas franceses como Baudelaire, Mallarmé y Verlaine entre otros. Desde este punto de vista José Asunción Silva “va a ser, en Colombia, el primer abanderado de una poesía sin propósitos didácticos, desprovista de fines utilitarios, ya sean éstos de inculcación moral o religiosa, de exaltación patriótica o conmoción política” .

El movimiento modernista pretendía lograr la independencia estética de España, al igual que se había conquistado en algunos países la independencia política; el turno era ahora el de crear culturalmente una expresión que fuera representativa de Latinoamérica y de los tiempos aciagos que se vivían, porque “el modernismo es la forma hispánica de la crisis universal y del espíritu que inicia hacía 1885 la disolución del siglo XIX y que se había de manifestar en el are, en la ciencia, en la religión, la política y gradualmente en los demás aspectos de la vida entera” . Esta crisis marcada al final del siglo XIX, estampó la escisión entre el mundo latinoamericano y los hombres que vivían la época, pues a sus inquietudes y anhelos, se le suma cierta fe, cierta voluntad de cambio que contrastaba con los problemas políticos que le imprimían los países en vías de expansión, Gutiérrez Girardot afirma al respecto, “hacia finales del siglo XIX y comienzos del presente emergieron con mayor fuerza y exigencia que en la época llamada romántica los anhelos de salvación, de liberación, de purificación, de plenitud. Se esperaba el reino milenario, la nueva Sión, el nuevo reino. ” .

En el modernismo cabían todas las tendencias, teniendo como rasgo más significativo el trabajo depurado de la palabra, que el lenguaje fuera trabajado artísticamente. El modernismo sería también una respuesta política, una forma latinoamericana para ingresar a la modernidad, como lo expresa Angel Rama, “El modernismo (...) es (...) el conjunto de formas literarias que traducen las diferentes maneras de la incorporación de la América Latina a la modernidad, concepción sociocultural generada por la civilización industrial de la burguesía del XIX.” .

En Colombia el movimiento modernista de finales del siglo XIX representó una ruptura directa con su tiempo y con la sociedad colombiana de la época, así figuras como José Asunción Silva, Guillermo Valencia, Baldomero Sanín Cano, entre otros, se vieron afectados por su concepción de la poesía y de la literatura, por transformar las concepciones tradicionales que se tenían de ello, llamándolos afrancesados e incluso imitadores de los poetas franceses decadentes. Claro esta que en Colombia el fenómeno de ruptura no fue tan radical como el Francés que “llevo a Verlaine a la mendicidad, o a Rimbaud al autoexilio y la ferocidad de su destino, o a Lautréamont a las fronteras de la locura. Silva fue un comerciante de oficio hasta el final de su vida, y quizás no tan inepto en el manejo de los negocios como podría pensarse. Si bien fue alternativamente un poeta que detesto al burgués y cuyo suicidio atestigua que llevó esa contradicción hasta sus últimas consecuencias” .

Para Fernando Charry Lara, De sobremesa “plantea las preocupaciones intimas del artista modernista frente a la sociedad de su tiempo” , esto es, la escisión presente a finales del siglo XIX en Latinoamérica entre el artista y la sociedad en la que se desenvuelve, pues, ya no es el escritor que participa de la política, ni el que piensa transmitir a través de su obra una serie de valores morales, religiosos o políticos.

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