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LA CRISIS SOCIAL


Enviado por   •  29 de Agosto de 2012  •  3.165 Palabras (13 Páginas)  •  657 Visitas

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Introducción

La crítica social, reflejada en las distintas literaturas, con pensamientos de autores sublimes que nos muestran lo que son las utopías y anti utopías a través de los tiempos, hace que el análisis de este tema se torne más interesante aún. Por medio de éste, podremos identificar las distintas corrientes sociales que llevaron al hombre, desde su origen hasta nuestros tiempos, a luchar por sus derechos, mediante manifestaciones de distinta índole, así podemos conocer la identidad del individuo en su cultura y entorno.

La realidad social en la cual estamos insertos, nos permite interpretar de forma parcializada la relación entre los sujetos que la conforman, “el poder”, la tecnología, el sistema empresarial (que sostiene a la sociedad misma como un hecho real), y los sueños.

Es en su actualidad diaria cuando el hombre entra en conflicto. Siempre tendrá una crisis para enfrentar: según los tiempos, en lo sexual, en la economía, en la cultura, en el devenir diario con las situaciones que cada época presenta a esa crisis.

Si tomamos, por ejemplo, lo que nos dice Freud en El malestar de la cultura, que la civilización necesita una restricción del principio del placer y el planteo desde una postura diferente de Marcuse, sabremos interpretar que las crisis sociales se identifican según la propia utopía del sujeto que las enfrenta.

Como grupo pensamos que estos grandes autores nos muestran un camino para ampliar el conocimiento y poder, a partir de ello, resolver nuestra propia crisis social. Nosotros vivimos en una sociedad tan convulsionada y susceptible que las utopías individuales terminan siendo simples ideas que nunca se realizan.

Desarrollo

Según el diccionario de la RAE la crítica se relaciona con la crisis, es el estado, momento, punto, etc., en que ésta se produce. A partir de esta concepción, trataremos de analizar la crisis social producida en dos grandes obras, desde todo lo que hace referencia a lo social. Analizaremos la crisis social, la crisis cultural, el poder y la crisis económica objetivamente tomando como punto de partida los pensamientos de Freud y Marcuse.

Pero, ¿qué es lo que nos lleva a tener una crisis?, ¿qué es la crisis social?

Cuando hablamos de crisis social, podemos hacer referencia a distintas formas de crisis. Lo social está implementado en el individuo desde su propio realizarse, desde la historia misma del hombre. Como dice Freud “la historia del hombre es la historia de la represión” . Toda represión lleva a una crisis sin duda alguna.

Tanto en Rojo y negro como en Padre Goriot, podemos observar esa crisis desde distintos ámbitos que llevan a cuestionar que parte de lo social reprimen. De una u otra manera la crisis social, cultural, económica y, porque no, personal está visible.

Analicemos a Rojo y Negro: Julien proviene de una familia de campesinos, sin aspiraciones sociales más allá de su propio trabajo de carpintería. Pero él mismo es un ser estudioso que se siente en crisis consigo mismo y que busca el ascenso social a través de la lectura, cosa inútil para el padre.

“En vez de vigilar con atención la marcha del mecanismo industrial, Julián leía. No podía haberse ocupado en cosa que tanto sacase de sus casillas a su Padre. Éste le habría perdonado tal vez lo desmedrado de su cuerpo, poco a propósito para los trabajos de fuerza; pero su manía literaria le era sencillamente odiosa: él no sabía leer.”

Julien ve más allá de su propio horizonte la posibilidad de salir de esa crisis cultural en que se encuentra. Lo cultural lleva a lo social, lo social lleva a lo civilizado y la civilización o la barbarie a la realización personal del individuo mismo. “Lo que domina y reprime –las exigencias del principio del placer- sigue existiendo dentro de la misma civilización” .

Sin embargo, no pretendía ser criado de nadie. Eso hubiera sido una bajeza. Cuando su padre lo envía como preceptor a la casa del alcalde toma las debidas precauciones para que su hijo no sea criado porque según sus propias palabras “-¿Quién te dice que serás criado de nadie, animal? ¿Crees que yo iba a consentir que un hijo mío, por perro que sea, fuese criado de nadie?” Aquí podemos ver otra crisis: la social del pobre y del rico. El señor Sorel no quería que su hijo fuese “criado” pero tampoco lo soportaba un día más en su casa. Suponía que era un holgazán por ocuparse de la lectura y no de su oficio. Llego a recriminarle “-No creo, maldito haragán- le dijo su padre cuando volvió-, que nunca tengas honradez bastante para pagarme los alimentos que por espacio de tantos años te he dado...-. ¡Toma tus trapos, y vete a la casa del señor alcalde!”

El ascenso social que significaba para el joven Julien era sin embargo suficiente excusa para salir de la represión que ofrecía su padre. Aunque en la casa del alcalde se vislumbrara una nueva crisis, la crisis del hombre, la del amor que nunca conoció, la del dinero y el poder, el discurso y el poder.

Dentro del cambio que significó para nuestro protagonista el hecho de mudarse desde su casa a la del Sr. alcalde, podemos incluir el cambio lingüístico que por supuesto produce otra crisis en él. Según Labov el cambio es variación, y todo cambio implica la existencia de variación. El cambio lingüístico es un complejísimo proceso que implica factores sociales, geográficos, psicológicos y pragmáticos. Con esta nueva crisis relacionamos la personal, la del sujeto, la que produce el contacto con ese otro nivel social al que no está acostumbrado.

“-¡Cómo!- exclamó al fin ¿Es posible, señor, que usted sepa latín?

La palabra señor sonó como música deliciosa en los oídos de Julián.”

A partir de ese momento a Julien se le llenó el alma con la nueva palabra de la cual era objeto. Él era llamado Señor, no holgazán ni perro, SEÑOR. Eso lo ponía en un nivel superior frente a su familia y a los conocidos del lugar. Ahora seria tratado así por todos los de la casa del alcalde. Esa represión que lo hubiera llevado a dudar de si ser o no preceptor de los niños del alcalde se disipaba con la pronunciación de esa tan sencilla palabra. Ahora era el señor preceptor.

En lo personal Julien experimentaba una nueva forma de vida. Su ritmo social había cambiado por completo. Ahora no dependía de su padre ni del aserradero sino que contaba con su propio ingreso y estatus. No mucho mayor pero si más satisfactorio. Julien aspiraba a su felicidad: “esta aspiración tiene dos fases: un fin

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