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LIBRO DE EL NAUFRAGO


Enviado por   •  20 de Agosto de 2013  •  1.047 Palabras (5 Páginas)  •  349 Visitas

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INTRODUCCION

Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre sus abuelitos maternos y sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba con cinco añitos, a la población de Sucre, tuvieron once hijos en esa población y donde Don Gabriel Eligio montó una farmacia.

Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuelita, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica.

Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por verla, además de la puntualidad y de escribir una cuartilla sin borrador. En ese colegio permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, de donde salió para estudiar interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años ya escribía versos humorísticos. En 1940, gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente traumática: el frío del internado de la Ciudad de la Sal lo ponía melancólico, triste. Permaneció siempre con un enorme saco de lana, y nunca sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía pánico al frío.

Sin embargo, a las historias, fábulas y leyendas que le contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que años más tarde sería temática de la novela escrita después de recibir el premio Nobel: el recorrido del río Magdalena en barco de vapor. En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura, entre 1944 y 1946, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en 1955, cuando publicó La hojarasca, le obsequió con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera". Ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en quince periódicos de todo el mundo, García Márquez declaró que Calderón Hermida era “El profesor de literatura ideal”, para lograr sus éxitos en la literatura.

En los años de estudiante en Zipaquirá, Gabriel García Márquez se dedicaba a pintar gatos, burros y rosas, y a hacer caricaturas del rector y demás compañeros de curso. En 1945 escribió unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía: son uno de los pocos intentos del escritor por versificar. En 1946 terminó sus estudios secundarios con magníficas calificaciones.

ANALISIS GENERAL

La novela EL RELATO DEL NAUFRAGO, es un hecho de la vida real la cual narra que ocho miembros de la tripulación del DESTRUCTOR CALDAS, zarparon a pesar de los malos presentimientos de algunos de la marinería, cruzarían el Golfo de México, siendo una de las rutas más peligrosas en esa época, sin temor el 26 de febrero ya estaban en destino, no obstante uno de los cabo de la tripulación sentía los malestares por aquella fuerte marea. El miedo volvió cuando entraron al mar Caribe, recordaban ciertos momentos de la película llamada “EL MOTIN DEL CAINE”.

El 27 de febrero a las 5:30am la tripulación bandeaba con el peso de la carga tratando de hacer que el peso dentro del barco fuese lo más parejo posible, pocas horas después Velasco grito que el barco se estaba hundiendo que salieran todos, se colocaron los salvavidas cuando de repente una fuerte ola golpeo el barco y cayeron al agua a causa del sobrecargaba del buque frente a los fuertes vientos en el mar. A unas doscientas millas del puerto, la sobrecarga situada en la cubierta del buque se desprendió a causa del viento y del oleaje y se llevó a ocho marineros. Las circunstancias ayudaron a Velasco para que fuese el único que alcanzara a nado una de las balsas arrojadas por el viento, sintiéndose impotente no pudo hacer nada por sus compañeros, que se ahogaron a pocos metros de donde él estaba.

El náufrago (Velasco) esperó inútilmente que le rescataran con rapidez. En una balsa a la deriva, sin comida, solo con su reloj y tres remos, resistió durante diez días la sed, hambre, los peligros del mar, el sol abrasador, la desesperación de la soledad y la locura. Aunque los aviones colombianos y norteamericanos de la Zona del Canal pasaron muy cerca de él, no llegaron a verlo. Al darse cuenta que nadie lograría ayudarlo, quiso morirse para así dejar de sufrir, las posibilidades de comer algo siempre se le hacía imposible lograrlo, sin embargo con las pocas fuerzas que tenia alcanzo un pez verde del cual probo pocos bocados.

Al ver al horizonte y observar tierra Velasco sintiéndose muy débil, sintió una euforia silenciosa, pero sin importar todo lo vivido su instinto de supervivencia y su condición de nadador, sin considerar las circunstancia, dolores, obstáculos, batalló contra todo, gracias a eso logro llegar a la orilla, donde se quedo inmóvil por unos minutos y escucho un perro ladrar, observo una mujer negra caminante y pensó que estaba en Jamaica y le pregunto en inglés, la mujer se asusto y corrió resulta que Velasco no estaba en Jamaica, sino en un lugar menos esperado, en Colombia.

Velasco no conforme con todo lo que había pasado, tuvo que contar y contar su historia y lo vivido, ya que algunas personas desconocían las noticias y desconfiaban de sus relatos, sin embargo su peculiar heroísmo era el hecho de no haberse dejado morir. Las historias contadas de personas a personas, era el tema de conversación algunos creían y otros no.

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