La Adolescencia, El Rol Sexual

LA ADOLESCENCIA

EL ROL SEXUAL, LA TRANSFORMACIÓN INTELECTUAL

Y DE LA DEPENDENCIA INFANTIL A LA AUTONOMÍA ADULTA

EL ROL SEXUAL

El concepto de rol fue introducido por G. H. Mead (1974) en las primeras décadas de este siglo, cuando trataba de explicar la interacción social armónica. Ésta dependería de la capacidad de cada individuo de “adoptar el rol del otro”, es decir, de ver su conducta desde el punto de vista de aquel con el que se encuentra en interacción. Más tarde, Parsons (1970) hizo del rol un concepto para articular dos sistemas de organización de la acción: cultura y personalidad. Entonces, el concepto de rol consistiría en la orientación social de las acciones individuales; un individuo destaca socialmente en la medida que cumple un rol, tareas o funciones que, en gran medida, entra definidas por la sociedad concreta donde las desempeña. Los roles sexuales reflejan predominantemente estereotipos sociales de comportamiento masculinos y femeninos. Si hay cambios en la sociedad, es lógico que se den también cambios en los estereotipos de rol sexual. Estos estereotipos son enseñados por los padres, por los semejantes y por otros agentes de tipo social e institucional.

La representación cognitiva del niño sobre su mundo social externo determina el aprendizaje básico de su rol sexual. Los chicos empiezan a valorar las cosas masculinas; y las chicas, las femeninas. Como en la adolescencia tienen lugar cambios cognitivos, es fácil concluir que los cambios en la percepción del rol sexual son posibles desde el punto de vista cognitivo.

Además de los cambios cognitivos, las poluciones -derramamiento del semen- nocturnas y la menstruación confrontan a los jóvenes con su diferenciada función en la reproducción. El paso de las vivencias de bisexualidad infantil a la heterosexualidad adulta depende de la trayectoria de las relaciones y experiencias previas del adolescente, éste debe elaborarlas internamente a través de los vínculos que establece en su medio, hasta llegar a definir sus tendencias en la elección del tipo de sexo de las personas a las cuales se unirá sentimental y sexualmente.

Por lo anterior, Bloss distingue entre identidad de género e identidad sexual, dice que puede hacerse en los términos más simples, que en la primera tiene que ver con la diferenciación relativa de los géneros masculino y femenino, y la segunda se relaciona con la virilidad y la feminidad.

Por otra parte, Ausubel plantea que la incorporación de un apropiado rol sexual se plantea por varios factores, entre los que destacan: una fuerte y positiva identificación con el rol sexual del progenitor del mismo sexo, y una experiencia sexual inicial favorable con los miembros del sexo opuesto.

LA TRANSFORMACIÓN INTELECTUAL

Esta transformación consiste en que el pensamiento del niño, pasa de ser prélogico, mágico y concretista, hasta alcanzar su punto abstracto. Es decir que el niño, al pasar el tiempo irá dejando atrás las ideas, por así decirlo, ‘infantiles’, verá y realizará sus acciones, basando en un pensamiento más real y crudo. El comienzo de esto, viene con el periodo de operaciones concretas, donde el niño se desprenderá de fantasías y de su egocentrismo intelectual, para tomar en cuenta a los demás, y empezará a notar que hay consecuencias en sus actos. Después experimentará el periodo de operaciones formales, que lo acompañara durante toda su vida, donde el adolescente podrá confrontar todas las proposiciones intelectuales y culturales.

Los aspectos negativos que afronta el adolescente en su evolución intelectual, tales como, que la mayoría de sus actos son fundamentados en la emocionalidad e impulsividad, esto se produce debido a que los jóvenes carecen de experiencia, o de malicia. A diferencia de los adultos, quienes ya han recorrido los ámbitos de la vida, por derecho y revés, sin embargo, si es que ellos, ya hicieron todo esto, es porque también fueron adolescentes, e increíblemente son los primeros en limitar a los jóvenes en sus actos, siendo el único

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