La Aventura De Ser Maestro, Ensayo

El ser maestro implica mucho más que solo transmitir conocimiento o impartir clases todos los días, dar algunos ejercicios y resolver dudas. Ser catedrático implica hacer de una clase la aventura para el alumno, ayudar a esos jóvenes a encontrarse, comprenderse y aceptarse a sí mismos, además de percibir el mundo de otra manera. Esto debe estar presente en todas y cada una de las clases que se planean, con ello, lograr hacer de ellos alguien que ya existía y quizá aún no descubrían.

Es muy importante trazarse metas personales como docente para lograr el objetivo planteado, preguntarse a sí mismo, trabajar en ello, y seguir hasta conseguirlo. Se escucha sencillo, pero en la realidad no lo es, implica mayor compromiso consigo mismo, carácter y ganas de conseguir ese objetivo. Una clave fundamental es “divertirse explicando”, pues si de verdad gozas las actividades que realizas es más fácil lidiar con algunos de los obstáculos que seguramente detendrán por un momento el trayecto.

Además hoy en día se tiene que buscar nuevas herramientas que auxilien la adquisición del conocimiento, pero sobre todo que llame la atención de los alumnos, la tecnología es algo fundamental actualmente, todos cuentan con teléfono celular, I-pad, computadoras, reproductores de música, lap- top, en fin son tantos instrumentos con los que se cuenta y de ellos, se puede obtener un sinfín de beneficios. La clave está en ser diferente, crear nuevas formas de trabajo adecuándolas a cada uno de los grupos, pues ser maestro no solo se define como ser el emisor que transmite conocimientos, sino que va más allá de eso, ser alguien que pueda “leer a los estudiantes” conocer su forma de trabajo y saber de qué manera o a qué estrategia ellos responden mejor y así con ello, tener los argumentos de ofrecer una clase efectiva, trabajando día a día por un objetivo establecido previamente y con planes a futuro.

Se escucha sencillísimo, pero, ¿De verdad lo es?, no lo creo. El docente al querer cumplir con su objetivo se enfrenta a más de una complicación, primeramente, a barreras personales, “¿Y si no puedo?, ¿Y si no aprenden?, ¿Si me preguntan algo que no sé?, ¡Tengo nervios!” son bastantes los pensamientos que podrían cruzar por la mente instantes antes de entrar a un salón de clase, antes de estar frente a 40 muchachos esperando al maestro de inglés. Es en ese momento, en el que más que nunca se tiene que tener la meta en mente, y aceptar el reto. El profesor es una influencia en los jóvenes, e incluso para algunos, un modelo a seguir.

Otra de las barreras que se encuentra en el camino es la manera de organizar el grupo. Si estos trabajarán de manera individual, grupal, o como formar equipos sin que se genere un desorden y el trabajo sea productivo. Se tiene que definir roles dentro del aula, delimitar algunas responsabilidades, inclusive, negociar con los muchachos algunos de los aspectos importantes que les competen a ellos directamente.

Si, valla que ser maestro no es una tarea fácil, precisamente por eso, no todos tienen la dicha de ser maestro, no todos cuentan con la habilidad, paciencia, interés, gusto y dedicación de realizar todas y cada una de las actividades que se requieren para llegar a docente. El precio es muy alto, y no me refiero a lo económico, sino al desgaste físico y mental, son días de desveladas, innumerables tareas, lecturas, exposiciones, observaciones, reportes. Valla que si es difícil, pero si en verdad se desea ser un buen docente, todo lo anterior vale la pena. En lo personal, voy comenzando en el gran camino de la docencia, hay días en los cuales se desea no continuar, pero es en ese momento en el que te das cuenta si de verdad quieres lo que haces, si cada esfuerzo traerá consigo una buena recompensa, y lo es. Mi meta es sencilla, ser uno de esos hombres y mujeres que día a día se esfuerzan por cambiar el mundo, aportando un granito de arena, pero sobre todo, luchando ferozmente para que el mundo no cambie quienes verdaderamente son.

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