La FIL, Portada Y Contraportada

FIL 2007, portada y contraportada

El pasado 24 de noviembre dio inicio a uno de los más importantes eventos de fin de año, la feria internacional del libro 2007 en el centro expo Guadalajara, misma que concluyó el domingo 2 del presente mes.

Cuando oímos hablar de la FIL inevitablemente la relacionamos con todo un universo de historias, imágenes y ritmos literarios. Entre otras actividades como la presentación de los más recientes trabajos de autores de prestigio y su correspondiente firma de libros, están los artistas que se presentan en la explanada del mencionado centro de exposiciones. Durante los ocho días que dura el evento, podemos encontrar entre los corredores y los espacios destinados a las 1600 casas editoriales de 39 países, que la FIL ofrece en una infinidad de opciones para todos los gustos.

Siendo su primera edición en 1987 por iniciativa de la Universidad de Guadalajara, cada año la FIL presenta lo mejor en literatura de un país invitado. Lo cual abre las puertas a escritores nacionales y extranjeros trayendo consigo la oportunidad del surgimiento de futuros valores.

Este año Colombia fue el invitado de honor, siendo algunos escritores provenientes de dicho país galardonados por sus méritos así como los eventos musicales en los que destacaron la banda Aterciopelados, Ballenato y bailes folklóricos de las regiones de la nación invitada.

La Feria Internacional del libro es creada como un espacio para promover la cultura en diversos géneros. Lo que nos da la pauta para analizar la otra cara de la moneda. Para iniciar, estaríamos reclamando el acostumbrado caos vial que hasta la fecha se ha vuelto tradición en las inmediaciones de la expo, durante la semana de actividades. Las filas de taquilla que llegan incluso abarcan hasta 150 metros, tal fue el caso de la pasada FIL 2006 con la presentación de Jaime Sabinas y la firma de libros de autores como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez e incluso el reconocido cómico-autor Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” Agregando el simple hecho de cobrarse el ingreso al inmueble donde los visitantes encuentran entre las obras más recomendadas una alza en los precios para después hacer una rebaja de un tanto por ciento, dejando al lector con el libro de su preferencia un precio que se encuentra vigente en cualquier día del año.

Estas “ofertas” cuyos ingresos fueron de 50 millones 109 mil pesos, descubren a los auténticos beneficiados con la literatura (las casas editoriales y los organizadores de la FIL) lo que nos conduce a la segunda opción a la que se ha denominado LA OTRA FIL.

La otra FIL surge con la intención de crear espacios alternos para escritores, artistas plásticos, músicos y editoriales independientes que no tienen modo de participar en la feria internacional del libro fundada por la U. de G. Debido a los costos de los stands para presentar,

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