La Sabiduría De La Naturaleza-Dinámica Propia De La Naturaleza.

Artículo de Opinión

La Sabiduría de la Naturaleza-Dinámica propia de la Naturaleza.

Solemos decir, que la Naturaleza es sabia y el artículo de Elisabeth Sathouris lo corrobora a la vez que ha sido el afán de expansión y la ambición de poder y dinero de los seres humanos y especialmente de aquellos países más desarrollados, uno de los tantos factores que han destruido el equilibrio ecológico de miles de ecosistemas que en la actualidad se ven deteriorados sin posibilidad de recuperación.

Es tan sencillo, devolver a la naturaleza lo que ella nos ha dado. Evitar la contaminación con desechos sólidos de lenta biodegradación, utilizando para ellos el reciclaje en las miles de formas que existen en este siglo XXI. La creatividad de los Ecologistas y de Movimientos Conservacionistas no tiene límites a la hora de proponer miles de alternativas de reciclaje para no dañar aún más nuestro planeta.

Del mismo modo los Programas de Reforestación abogan por la recuperación de bosques y terrenos que hoy se ven secos y desiertos, pero la destrucción supera con creces todo intento de recuperar y ayudar a la Naturaleza a recobrar su equilibrio.

Miles son las especies de animales que ya han desaparecido, y miles las que se encuentran en peligro de extinción. Miles de hectáreas desforestadas por la tala indiscriminada de especies naturales y por la explotación minera, sin que los países afectados sean capaces de poner un freno a tan salvaje acción por parte de las Transnacionales.

La propagación de monocultivos con fines netamente comerciales, la aparición de los cultivos transgénicos para obtener mayores ganancias en la comercialización de los mismos, no sólo ha ocasionado daños irreversibles a la Naturaleza, sino que ha desmejorado la calidad de vida de aquellos pobladores que habitan cerca de las áreas de monocultivos, y ha causado daños a la salud de las personas que consumen dichos transgénicos.

Tomando una frase del artículo de Elisabeth Sathouris, “Ninguna otra criatura toma más de lo que necesita”, se reafirma el hecho de que el ser humano es el mayor depredador de la Naturaleza, puesto que en su afán de obtener grandes ganancias, toma de ella más de lo que necesitaría para subsistir y lo que es más grave aún, no devuelve ni el más mínimo porcentaje puesto que no reforesta las áreas que tala, no resiembra de cultivos allí donde extrae el producto de su siembra y no ceja en su afán de destruir hábitats completos, ecosistemas de gran importancia para un determinado país para modernizar y construir represas para Plantas Hidroeléctricas que no son indispensables. Esos ecosistemas no son recuperados jamás y las especies que en él habitaban desaparecen porque deben emigrar a sitios donde no pueden sobrevivir.

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