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Los Niños Tambien Son Parte De La Ciudadania


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2014  •  3.377 Palabras (14 Páginas)  •  366 Visitas

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El concepto de ciudadanía se concibe desde la perspectiva de derecho, en la medida que es a partir de la construcción y consolidación del individuo como ciudadano, que se logra asimilar el carácter de este como sujeto de derecho que está inmerso en una sociedad de iguales, un escenario donde él puede ejercitar y afirmar su estatus de ciudadano, actuando en un contexto democrático de manera individual, pero inmerso en un colectivo en el que pueda autoregularse y de igual manera adquirir criterios necesarios para proceder, evaluando también a otros, es de esta manera que “la ciudadanía va ligada a la aparición de los estados modernos en cuyo contexto se definen y se ejercen los deberes y derechos ciudadanos (…) tiene, pues, una doble cara: la individual y la grupal o comunitaria” () esto también lo plantea Marshall retomando el marco de lo individual y lo colectivo cuando dice “ciudadanía es un status que se concede a los miembros de pleno derecho de una comunidad. Sus beneficiarios son iguales en cuanto a los derechos y obligaciones que implica” (1998:37).

En este sentido, la ciudadanía puede ser entendida como “membrecía plena de una comunidad” (Castro, 99) y es así que se articula la idea de un conglomerado de individuos que pertenecen a un determinado lugar, en este caso una comunidad, percibiéndose así la necesidad de regulación de los vínculos entre ellos lo que es fundamental para la construcción y posterior consolidación de ciudadanía; respecto a esto, Mockus plantea que “ser ciudadano implica que se está a favor de los procesos colectivos. Ciudadano es el que se asocia, se organiza con otros ciudadanos y emprende acciones colectivas en torno a objetivos y tareas de interés común” (Mockus, 94); considerando lo anterior se logra comprender que la ciudadanía también se refiere a “un conjunto de derechos y obligaciones que determinan el carácter de las relaciones entre los individuos de una determinada comunidad política” (99).

Teniendo en cuenta lo anterior se asume el rol del sujeto como ciudadano, el cual introduciéndose en el escenario de ciudadanía, asume el ejercicio de unos derechos, pero de igual manera unos deberes, adjudicándose compromisos que lo ubican en iguales condiciones que los otros sujetos pertenecientes a su comunidad en palabras de Mockus “parte de la construcción del ciudadano es poder ejercer la ciudadanía y realizar acciones que la desarrollen, adquirir la identidad de ciudadano y aceptar que, como tal, tiene los mismos deberes y los mismos derechos de otros ciudadanos” (94).

Discurriendo ahora en el papel del sujeto, se reconoce su actuar en medio de un escenario democrático como el evento que lo consolida finalmente como ciudadano asumiendo que tiene los mismos deberes, pero también los mismos derechos que los demás; en la medida que esto transcurre el sujeto identifica su estado, el cual se direcciona a la solidificación del estatus de ciudadano, pero al mismo tiempo comienza a sumergirse en el contexto de lo político donde actúa y participa, esto simultáneamente le otorga un característica fundamental para su configuración en la sociedad, y esta es “el reconocimiento” en estos términos se logra asimilar que “la democracia ha conducido a una política de reconocimiento igualitario, que la adquirido formas diversas a lo largo de los años y que ahora retorna en la forma de exigencias de un igual estatuto para culturas y géneros” (Taylor, 295), ahora bien, en este contexto democrático, el concepto de igualdad va ligado de manera reciproca al concepto de dignidad, teniendo en cuenta que cuando hay igualdad es más proclive la manifestación de la dignidad para el individuo por ello actualmente “es obvio que este concepto de dignidad es el único compatible con una sociedad democrática (...) pero esto también significa que las formas de reconocimiento igualitario se han convertido en esenciales para la cultura democrática” (295)

Considerando nuevamente el concepto de igualdad, se logra aseverar que la ciudadanía se funda y se crea en la medida que todos los individuos puedan tener los mismos derechos y las mismas oportunidades y donde este pueda concebirse como un agente participativo que puede actuar en el escenario democrático, erigiendo su identidad, consolidando su estatus de ciudadano y construyendo su subjetividad política y de esta manera poder ejecutar el accionar político en medio de su sociedad; en estos términos se logra entender entonces que la articulación de la igualdad el contexto político, establece al individuo en el escenario de lo político donde el logra interactuar y convivir en medio de sujetos diferentes pero con igualdad de condiciones; en este sentido, se logra asimilar que en la medida que el sujeto logra participar en el contexto de lo político puede consolidar su ciudadanía en correspondencia con el ejercicio de sus derechos, en esta medida “la igualdad es un artificio de política, tiene un rango jurídico y constituye un estatus, el estatus de ciudadano, el derecho a tener derechos otorgados a sujetos individuales y distintos pero que comparten un espacio común y desarrollan sus acciones en la esfera pública para reconocerse como ciudadanos y en conjunto, para crear un orden normativo que permita la coordinación de las acciones y de los intereses colectivos” (168).

Ahora bien, en la medida que develamos el concepto de ciudadanía, encontramos que su ser epistémico radica significativamente en la necesidad de reconocimiento del ser y la consolidación del sujeto como agente constructor de una sociedad de la historicidad de esta, en el marco de un ejercicio democrático donde prime la igualdad y la dignidad; en este sentido se concreta el término de ciudadanía como “una “invención”, una forma “inventada” –dijimos- de ejercer la socialidad de la persona en el seno de la sociedad jurídicamente regulada, que conjunta y garantiza a los individuos unas ciertas prerrogativas, como la igualdad, libertad, autonomía y derechos de participación. Es una forma de ser persona en sociedad que parte del reconocimiento del individuo como poseedor de unas posibilidades y de unos derechos” (); respecto a lo anterior se concreta con base al concepto de ciudadanía, la necesidad del ser reconocido en la medida que se forja el ideal de una sociedad de iguales y de individuos dignos, estableciéndose el reconocimiento del individuo como fundamental en el marco del concepto de ciudadano, claro está concibiéndose desde una sociedad democrática; con relación a esto, se logro fortalecer el concepto de tal manera que “el reconocimiento debido no es sólo una cortesía que debemos a la gente; es una necesidad humana vital” (Taylor, 97).

En este orden de ideas es necesario abordar el concepto de ciudadanía desde

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