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Los intereses políticos de Estados Unidos hacia América Latina


Enviado por   •  17 de Mayo de 2012  •  Trabajos  •  4.710 Palabras (19 Páginas)  •  673 Visitas

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INTRODUCCIÓN.

En cuanto a la política exterior que caracteriza a la administración de Obama, se deben considerar dos aspectos: el pasado de los demócratas en lo relativo al intervencionismo militar en el mundo entero (similar a lo realizado por los republicanos), y los desafíos que deberá afrontar el presidente en el contexto de la Guerra Global contra el Terrorismo, de la integración forzada y acelerada de los bloques económicos planetarios, y del control estratégico de los recursos naturales.

Los intereses políticos de Estados Unidos hacia América Latina, están ligados por las ya mencionadas riquezas naturales, de igual forma, por la localización geopolítica y la constante inmigración hacia ésta gran potencia, ya que la mayoría de los países están en vías de desarrollo.

Durante la gestión de Obama se avocan a ocho temas principales:

 Protección de derechos humanos y defensa de la democracia.

 Promoción del libre comercio.

 Política benigna hacia la inmigración legal.

 Fortalecimiento de los organismos multilaterales.

 Pacificación en América Central.

 Disposición a recurrir al uso de la fuerza militar y otras medidas coercitivas.

 Simultánea cooperación y conflictos.

 Militarización de la política hacia el narcotráfico.

Partiendo de este estudio se analizarán los principales intereses de Estados Unidos, así como sus efectos en las relaciones más sobresalientes que ha tenido con América Latina.

ANTECEDENTES.

Durante los regímenes de Ronald Reagan, George H. W. Bush y William Clinton, se perfila en Estados Unidos en particular una política de Estado hacia América Latina, la cual se interrumpe en la etapa de George W. Bush y reaparece con Barack Obama. Teniendo en cuenta que el concepto de política de Estado es empírico, se observa la duración y reaparición de los rasgos fundamentales del comportamiento del gobierno de Estados Unidos hacia América Latina bajo distintos presidentes de ambos partidos políticos.

En la perspectiva de Brzesinski , la presidencia de Barack Obama tendría que resolver lo que las tres presidencias anteriores no pudieron: cómo transformar la primacía en hegemonía.

La política exterior de Estados Unidos, actualmente enfrenta desafíos todavía superiores a los del presidente George W. Bush, sobre la “guerra contra el terror y la caída de la credibilidad es ahora la base de la crisis económica y sus consecuencias sociales y políticas.

En general las relaciones entre Estados Unidos y América Latina estuvieron marcadas por la ambigüedad. Cuando América Latina se acomoda bajo el control de Washington, se aplica la “negligencia benigna”, pero cuando el subcontinente se rebela, asciende dentro de las preocupaciones del Departamento de Estado.

Según Greg Grandin, América Latina es el lugar donde Estados Unidos practicó como ejercer la violencia imperial en el resto del mundo. Las experiencias latinoamericanas fueron fundamentales para la actual búsqueda de la actual “guerra global contra el terror”. Aunque para Riavarola “las fuerzas democráticas latinoamericanas fueron muy efectivas en controlarlas”.

INTERESES POLÍTICOS DE ESTADOS UNIDOS EN AMÉRICA LATINA

 Caso Colombia:

Desde el año 1964, Estados Unidos empezó a utilizar a Colombia como escenario de nuevas modalidades de guerra en las que los civiles empezaron a convertirse en objetivos militares. En ese año, Estados Unidos dono trescientos millones de dólares y envió asesores militares y armamento para acabar con la resistencia campesina que no aceptaba el exterminio que el establecimiento había decretado. En ese mismo año se propuso la organización de los grupos paramilitares bajo el remoquete de “desarrollo de la estrategia de armar civiles”.

En 1999, Estados Unidos aporto mil seiscientos millones de dólares, armamento y asesores militares en el contexto del llamado “Plan Colombia” que aún se mantiene y que hasta el 2006, ha enviado más de cuatro mil millones de dólares para contribuir con su aporte a la limpieza sociopolítica, estrategia que hoy en día se mantiene en completo apoyo al gobierno de Uribe. Es importante recalcar que esta estrategia facilita la continuidad del proyecto Uribe Vélez, a pesar de sus estrechos vínculos con narcotraficantes y paramilitares. Como una de las contrapartidas, el establecimiento colombiano adecua las leyes para que se ajusten a los intereses de las empresas norteamericanas que aprovechan para hacer una explotación voraz de las riquezas naturales.

El acuerdo bilateral firmado en Bogotá, entre las administraciones de los EU y Colombia, tiene una enorme significación para el futuro político de Colombia, para la región y para la geopolítica global.

La instalación de las 7 bases de operaciones militares está en sincronía con la nueva doctrina político-militar de los Estados Unidos a través del comando sur y del Departamento de Estado para América Latina. El llamado enfoque inter-agencial plasmado en recientes documentos e impuesto a los países serviles como Colombia se materializa en su fase operativa en la reactivación de la cuarta flota naval de los Estados Unidos, la instalación de más bases y las operaciones contra-insurgentes escondidas bajo el paraguas de los planes nacionales contra el narcotráfico y el terrorismo, tal como lo demuestra la implementación de la segunda fase del Plan Colombia y la introducción del Plan Mérida en México.

La presencia de Estados Unidos en la región se vehiculiza ahora a través de regímenes cercanos a sus afectos, como el colombiano. No es de sorprender, por lo tanto, que Colombia se convierta en el factor de desestabilización regional. Marchando a contravía de casi toda la región, el régimen de Álvaro Uribe busca desactivar la lucha democrática desde las nuevas orillas que la izquierda latinoamericana está afianzando.

Pero el gobierno norteamericano no sólo acude a sus aliados estratégicos como Colombia, Perú y México sino que también trata de desestabilizar procesos que adelantan los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua; el imperio en su ansiedad hegemónica no duda en echar mano del asesinato y el derramamiento de sangre para impedir la lucha por la autonomía en dichos países.

Robert Matthews: Estados

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