Modelo De Sustitución De Importaciones

El modelo económico de sustitución de importaciones también llamado Industrialización de Sustitución de Importaciones (ISI), es un modelo económico surgido en la década de los 30’s, posterior a la Gran Depresión de 1929, consolidado a partir de 1940 en plena Segunda Guerra Mundial y utilizado en las décadas subsecuentes.

El modelo ISI, como su nombre lo indica, radica en dejar de importar los bienes necesarios para la población y generar la industria necesaria para producirlos internamente. Para que esto se cumpla, se deben de seguir ciertas reglas o directrices: una política cambiaria con un tipo de cambio elevado, imponer aranceles altos a las importaciones y una política de estado con subsidios para la industria. Además de esto, los precios deben de ser regulados y el sector público debe de participar en la cadena de distribución.

Este modelo económico surgió de la necesidad de los países en desarrollo, la mayoría latinoamericanos, por cubrir la demanda de los productos que importaban de los países que en ese momento se encontraban sumidos en la Segunda Guerra Mundial que reconvirtieron su industria para la producción bélica y generaron un desabasto importante en los demás países. A esto se le suma la llegada de inmigrantes extranjeros con mentalidad empresarial y las innovaciones tecnológicas, los problemas económicos generados por la balanza de pagos y la necesidad de generar riqueza. Se generarían nuevos sectores industriales, existiría excedente de mano de obra cualificada, altas tasas de empleo, baja dependencia del mercado extranjero y aumentaría el estado de bienestar social.

En México, el ISI fue implementado desde el gobierno de Lázaro Cárdenas con la creación de instituciones para viabilizar el modelo. Se creó el Banco Nacional de Comercio Exterior y el Banco Agrícola. El sector agrícola, con la creación de ejidos, fue de los más beneficiados con 18 millones de hectáreas repartidas por el gobierno. El impulso a la industria nacional e interna se generó con la creación de la infraestructura necesaria como la creación de la Comisión Federal de Electricidad, la nacionalización de los ferrocarriles y la expropiación petrolera. A principios de la década de los 40, el sector manufacturero comenzó a ser el más dinámico del país gracias a las políticas instrumentadas. El consumo interno se elevó, llevando a las empresas a la necesidad de incrementar turnos de trabajo para satisfacer la demanda. El presidente Ávila Camacho continuó con el modelo y el gobierno se encontraba como planeador, coordinador, promotor y regulador del desarrollo. El presidente en turno, estimuló la inversión extranjera en ramos de manufactura y comercio a través de dos políticas importantes: la promesa de indemnizar a los ex dueños de la industria petrolera y el reconocimiento de los bonos de deuda. La guerra permitió a la economía mexicana madurar la industrialización sin competencia

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