Modificación del antiguo palacio de Lecumberri a lo que es hoy Archivo General de la nación

Modificación del antiguo palacio de Lecumberri a lo que es hoy Archivo General de la nación.

Puig Hernández Stephanie

Delegación Venustiano Carranza

29 de Septiembre, 1900 al 27 de Agosto, 1976

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Conocido popularmente en México como El Palacio Negro de Lecumberri, se inauguró el 29 de septiembre de 1900 por Porfirio Díaz, sirvió como penitenciaría desde ese año hasta 1976, planeado para albergar una población de 800 varones, 180 mujeres y 400 menores de edad.

Todas las celdas se agrupaban en siete crujías que parecían los brazos de una estrella y en el centro del astro había una Torre de Control o Panóptico de 35 metros de altura, desde el cual la autoridad vigilaba a los presos. Las crujías tenían celdas para un sólo preso con cama y servicio de sanitario. En cada crujía existía una celda de castigo con puertas sólidas que tenían una mirilla.

La cárcel de Lecumberri se distinguía por la división que existía en cada piso de las celdas, identificadas con letras desde la “A” hasta la “N”: A designada a los reincidentes; B, delincuentes sexuales; C, delitos imprudenciales; D, reincidentes acusados de robo; E, delincuentes acusados de robo; F, narcotraficantes y drogadictos; G, aquellos que desempeñaban actividades específicas y observaban buena conducta; H, recién ingreso (cuando Lecumberri se convirtió en cárcel preventiva); I, los que desempeñaban un cargo público (especialmente agentes policiacos); J, internos homosexuales; L, delitos de fraude, abuso de confianza y falsificadores; M y N, internos cuya conducta molestaba a todos y perturbaba la paz del penal, con cupo limitado.

Dejó de ser prisión el 27 de agosto de 1976 al ser clausurado por su último Director, Sergio García Ramírez por violaciones a los derechos humanos de los presos ya que en el recinto carcelario había una sobrepoblación diez veces mayor a su capacidad y crueles celdas de castigo llamadas “Apandos”, que no contaban con luz, ventilación y mingitorios con deplorable higiene.

Posteriormente se convierte en la sede del Archivo General de la Nación (AGN) en 1982. El AGN es uno de los más antiguos archivos históricos de América, y constituye una fuente inagotable para la investigación histórica y para diversas disciplinas. En casi dos siglos, el archivo ha acumulado 60 kilómetros lineales de documentos.

La transformación más importante en el corazón del Palacio Negro de Lecumberri es que las siete crujías dejaron de identificarse con letras como en aquellas épocas de prisión y ahora están divididas por números y se llaman galerías. Por ejemplo, en la galería 1 y 2 están los informes policiacos de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS); en la galería 3, los archivos presidenciales, la 4, están dos mil volúmenes de la Santa Inquisición; y así consecutivamente se llenaron los siete brazos o crujías. Como las celdas fueron insuficientes para archivar el acervo, con Carlos Abascal al frente de la Secretaría de Gobernación (Segob) se destinaron 62 millones de pesos para construir otra galería, una externa, la número 8, en la que se guarda una fototeca con más de cinco millones de imágenes, que tiene algunos negativos que superan el metro y medio de largo; esta quedó ubicada a un costado de lo que era el siquiátrico de la cárcel y que también se usó para torturar a los presos.

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