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Monetaria Y Financiera


Enviado por   •  19 de Agosto de 2014  •  1.992 Palabras (8 Páginas)  •  951 Visitas

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1. Prepara un informe que contenga:

a-Las ventajas que ofrecen las empresas de ahorro popular en relación a la banca comercial.

Las cuentas de ahorro, al igual que los demás tipos de cuentas, poseen ciertas ventajas y desventajas que deben de ser tenidas en cuenta a la hora de elegir la entidad financiera donde queremos abrirla. Aquí hemos seleccionado las principales, pero dependiendo del banco o caja podrá añadir más a la lista:

Ventajas

La remuneración de las cuentas de ahorro suele ser superior a la de las cuentas corrientes.

Los bancos con el propósito de incentivar el ahorro incluyen interesantes ofertas que incluyen seguros gratuitos de accidentes, hogar, asistencia en viajes y descuentos en actividades culturales. Algunas cuentas permiten un anticipo de nómina y pensión sin pagar intereses.

No se cobran comisiones por consulta de movimientos y saldo.

b-El origen, evolución y función de la caja de ahorros para obreros.

Hemos de constatar en primer lugar que el origen de las cajas de ahorro está atado históricamente a las instituciones de tipo benéfico, especialmente de los montes de piedad. Instituciones ya presentes en el

S. XV, generalmente apoyadas por la iniciativa eclesiástica. En el S. XVIII, los montes de piedad están patrocinados por la iniciativa real, manteniéndose la inspiración benéfico - religiosa de su funcionamiento. El concepto más moderno de <<caja de ahorro>> aparece en Europa (concretamente en Gran Bretaña) durante la segunda mitad del S. XVIII. Este concepto tiene sus bases en el pensamiento de Jeremy Bentham

(1748-1832 ), la filosofía del cual consiste en considerar las cajas de ahorro como un instrumento de mejora de las condiciones de vida de las clases trabajadoras, mediante la remuneración del ahorro y creando un nivel de seguridad económica superior. A finales del S. XVIII y principios del siguiente se constata la expansión de estas instituciones por toda Europa, destacando Gran Bretaña.

En España, la introducción de las ideas promotoras de las cajas de ahorro empiezan en el trienio liberal (1820-1823), especialmente con la vuelta de los exiliados después de la muerte de Fernando VII.

Las sociedades Amigos de París son, en general, las que asumen la promoción de las cajas de ahorro. Esta realidad es muy notable en Madrid, donde se fundó una en el año 1838, poco después de que en el año 1834 un concurso para la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, premiando la memoria sobre el establecimiento y fundación de una caja de ahorros.

El año 1834 funcionaba una caja de ahorros en Jerez de la Frontera; echo que consta en la real orden del 3 de Abril de 1835. Este real decreto exhorta a la creación de cajas de ahorro.

Como consecuencia de esta iniciativa oficial del año 1835 serán creadas, a parte de la caja de ahorros de Madrid, las de Granada (1839), Santander (1839), Sagunt (1841), Valladolid (1841), Sevilla (1842), la Coruña (1842), Barcelona (1839-1844), Valencia (1851). En todos los casos nombrados, las cajas de ahorro quedan vinculadas a los montes de piedad, sean de creación anterior como la de Barcelona, o de creación simultánea en la misma caja. La razón de esta vinculación, debajo de la inspiración benéfica i filantrópica que las patrocina, está en la falta de confianza en el crédito oficial. Este, en otros países europeos, era el destino principal de las inversiones hechas con los fondos de las cajas de ahorro.

La irregularidad en la gestión de la deuda pública i la desconfianza hacia ella, impedía que este tipo de funcionamiento, fueran estímulos básicos para el ahorro popular sobretodo cuando se afirmaba que una de las principales características de las cajas de ahorro era la seguridad y la confianza. Esta es la razón de la vinculación con los montes de piedad. Esta vinculación, dificultaba la expansión de las cajas de ahorro, como le pasaba a la de Madrid que encontraba muchas dificultades para colocar sus capitales, ya que los montes de piedad sólo podían absorber una parte.

Precisamente entorno este tema de la colocación de fondos de las cajas para asegurar la remuneración al ahorrador, la Junta Promotora de la caja barcelonesa había propuesto que el rendimiento del capital se realizara mediante el préstamo a fabricantes y comerciantes. Esta propuesta fue descartada seguramente porque no se encontraba dentro del espíritu benéfico y el ambiente de confianza que caracterizarían las cajas de acuerdo con la disposición del año 1835.

Desde un principio, la actividad de la caja barcelonesa, bajo la vinculación inicial al Monte de Piedad de la Virgen de la Esperanza y después a su propio monte de piedad, era realizar operaciones de crédito a instituciones públicas y privadas. La caja barcelonesa mantenía también depósitos remunerados en la banca.

El segundo impulso en la creación de las cajas de ahorro proviene del decreto del 29 de junio del año 1853. Este decreto representa la primera normativa de carácter reformista y de una rigidez excesiva, calidad típica de la legislación española. El decreto pretendía una regulación completa del funcionamiento y carácter de las cajas, obligándolas a la adaptación de sus estatutos a la del modelo de la caja madrileña. Tal decisión dejó patente un intento uniformizar e intervenir sobre las cajas ya creadas y las de nueva creación. El decreto obligaba a la creación de cajas en todas las capitales de provincia, a iniciativa del gobernador civil, menospreciando la diversidad de cada provincia, tanto con relación a la cpacidad para crear cajas, como en relación de los que tenían que ser los promotores.

La consideración legal de todas las cajas como establecimientos municipales de beneficencia, remarcando su carácter público, manifestó este carácter uniforme.

La disposición más importante del decreto está a escala práctica en el artículo número 4, obligando a depositar en la Caja General de Depósitos y Consignaciones el capital no invertido en los montes de piedad. Esta Caja General era un organismo estatal que tenía la función de invertir en títulos de déficit

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