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OBSOLESCENCIA PROGRAMADA


Enviado por   •  29 de Enero de 2015  •  3.087 Palabras (13 Páginas)  •  347 Visitas

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INDICE

Introducción……………………………………………………………………... 3

Epígrafe……………………………………………………………………………. 4

Obsolescencia programada…………………………………………………… 5

Conclusión……………………………………………………………………….. 14

INTRODUCCIÓN

¿Alguna vez ha pensado que pasa con los productos que usted usa, un celular, computadoras, microondas, etc.? ¿Piensa usted que solo desaparecen y ya? ¿Ha imaginado cuánto daño le ocasionamos a nuestro planeta con nuestro excesivo consumismo? Le invitamos a que nos acompañe en esta investigación a través de varios medios sobre la obsolescencia programada, descubrirá que importante es que meditemos y analicemos que estamos haciendo por nuestro planeta y por nuestro futuro.

Los diferentes autores aportan lo que han descubierto a través de los años con el consumismo excesivo. Es un grito desesperado de nuestro planeta para que reflexionemos y pensemos que queremos para nuestros hijos.

La obsolescencia programada es uno de los grandes

problemas de la sociedad del siglo XXI.

¿Compramos por necesidad o porque el sistema está diseñado para que nunca dejemos de consumir?

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

Primero diremos que la obsolescencia se refiere a la cualidad de obsolescente, este adjetivo hace mención a algo que se está volviendo obsoleto, antiguo o arcaico y que, por lo tanto, cae en desuso.

Actualmente hay obsolescencia programada, que no es más que el deseo del consumidor de poseer algo un poco más nuevo, un poco antes de lo necesario; la autoimpuesta, es cuando los propios consumidores son los que consideran que un producto está obsoleto aunque sigue siendo perfectamente útil, ya sea porque hay una nueva versión del mismo o porque atribuyen que necesitamos "estar a la vanguardia" en tecnología; y a finalmente la impuesta, que ocurre en ciertos productos electrónicos que son perfectamente útiles y potentes tecnológicamente pero que los fabricantes no permiten su actualización a versiones superiores de sistema operativos, dejándolos obsoletos en términos de software pero que su hardware es perfectamente compatible con los nuevos adelantos.

Sin embargo abordaremos la obsolescencia programada mencionado que el primer objeto diseñado para ser frágil fue la bombilla eléctrica, símbolo innovación pero también un ejemplo de Obsolescencia Programada. El control de fabricación y ventas de este producto estuvo a cargo del Cartel Phoebus integrado, entre otros, por Osram, Philips y General Electric. Phoebus redujo la competencia en la industria de las lámparas incandescentes durante 15 años evitando avances tecnológicos para incrementar la duración de las bombillas eléctricas.

A diferencia de estas, existe hoy en día una bombilla de 4 vatios de potencia fabricada en Shelby, Ohio en 1895 que lleva 110 años sin apagarse. Se la conoce como la bombilla centenaria y lleva funcionando desde 1901, la bombilla se encuentra en Livermore- Pleasanton, California sobre los vehículos del parque de bomberos de esta ciudad. Se calcula que ha estado funcionando durante más de 800.000 horas.

La bombilla centenaria se puede ver a través de la Webcam de su página Web. Cabe resaltar que se han dañado ya dos Webcams y la bombilla sigue funcionando.

Después de la caída de Wall Street y a causa de la recesión económica de EEUU Bernard London, un acaudalado comerciante, propuso hacer obligatoria la Obsolescencia Programada con el fin de reactivar la economía. En 1932, London desarrolló este concepto en su libro: The New Prosperity.

En el primer capítulo: Ending the Depresión through Planned Obsolescente, proponía que todos los productos tuviesen una vida limitada con una fecha de caducidad después de la cual se considerarían legalmente muertos y tendrían que ser entregados y destruidos. London resalta: Hay tanta riqueza en existencia, como en tiempo, pero la gente no la visualiza. La riqueza, como el bien, deben ser digeridos por los seres humanos para ser capaces de vivir, la función y la creación en otras palabras, para producir más riqueza. Si queremos adquirir nuevas riquezas, las líneas de provisión deben ser drenadas a fin de que los productos nuevos puede entrar. Si hay bienes que sobren en las líneas, la nueva oferta debe forzar la salida.

También señala que los beneficios de su planteamiento pondrían en orden el caos que interrumpía toda la organización económica y social de aquella época, organizando y regularizando las oportunidades de empleo y evitando el enorme desperdicio social de no hacer uso de la workpower de millones de hombres y mujeres.

London añade que su plan tomaría las finanzas del Gobierno y las pondría sobre una base más estable, al recibir anualmente por lo menos entre 25 y 50 por ciento de los ingresos netos de todos los edificios, maquinaria y otros productos básicos que han sido declarados obsoletos después de su tiempo asignado.

Sin embargo, el planteamiento de London pasó inadvertido y la Obsolescencia Obligatoria nunca se puso en práctica. No es hasta los años 50 que se vuelve a recurrir a la Obsolescencia Programada pero ahora no obliga, sino seduce. Se puede decir que el estilo de vida americana de esta época sienta las bases de la sociedad actual.

En relación a ello, Brooks Stevens, diseñador estadounidense de muebles y electrodomésticos definió a la Obsolescencia Programada como inculcar al consumidor el deseo por tener algo un poco más nuevo, un poco mejor, un poco más pronto de lo necesario.

A diferencia de lo que sucedía en EEUU, en la economía comunista (Países del bloque del Este) no se contemplaba la Obsolescencia Programada porque la economía era controlada y planificada por el estado. (No se basaba en el libre mercado) era deficiente y falta de recursos, por lo tanto aquí no tenía sentido.

• Un ejemplo de ello es que en Alemania las neveras y las lavadoras debían funcionar durante 25 años.

• En 1981 se crearon bombillas de larga duración (Fábrica de Berlín Este) y las presentaron en una feria de Hannover pero fue rechazada. En 1989 con la caída del muro de Berlín la fábrica cerró y dejó de producirse este producto.

Hay teorías que defienden que sin la Obsolescencia Programada no hay trabajo, por lo tanto en varias escuelas de diseño e ingeniería se enseña sobre la Obsolescencia Programada pero Warner Philips de Royal Philips Electronics ha ideado una luz LED de 6 vatios que dura más de 25 años, su nombre es la Pharox 300 como una opción para disminuir las emisiones de dióxido de carbono y por lo tanto una alternativa desde el mundo empresarial en contra de la Obsolescencia Programada.

Por otro lado prestigioso economista francés y profesor emérito de Economía de la Universidad de Paris-Sud XI Serge Latouche, autor del Pequeño tratado del decrecimiento sereno (Petit Traité de la Décroissance Sereine) propone al decrecimiento como una alternativa a los planteamientos de la teoría económica actual.

Al principio de una de sus entrevistas, Latouche elige la imagen del ciclón Mitch para introducir su propuesta, para él, los ciclones son cada vez más frecuentes en estos últimos años y cada vez más graves, consecuencia del desajuste climático con el que nos presenta un planeta en mal estado, un planeta que ya no es muy habitable para nosotros.

Según Latouche, el crecimiento es un concepto propio de Occidente que nos resulta familiar porque vivimos en una sociedad de crecimiento dentro de una ideología de crecimiento pero que si lo contrastamos con otras culturas humanas resulta que es una excepción.

Resalta que es un concepto muy extraño y además imposible de traducir a la mayoría de lenguas no europeas porque la mayoría de sociedades humanas no imaginaban que tuvieran que meterse en una trayectoria en que mañana siempre será más que hoy y en que más siempre será mejor. Pensaban que debían realizar el bien común o un ciego nivel de satisfacción, y luego se pararían allí.

Dice que el crecimiento podría tener sentido, porque es una imagen que los economistas han tomado de los biólogos en particular de la biología evolutiva. Pensamos como con la semilla, que se pone en el suelo, germina, y crece. Las plantas crecen, pero las plantas crecen y mueren.

Señala también que la sociedad moderna cree que el crecimiento es algo ilimitado y que eso supone un problema porque cuando tenemos algún déficit de algo, nos forzamos a resolverlo haciendo crecer la cantidad de recursos disponibles y con ello también incrementamos la contaminación.

Por eso, Latouche se refiere al concepto del crecimiento como perverso porque para él es inconcebible que en un mundo finito pueda haber un crecimiento infinito. Latouche, reconoce que las bases de la sociedad de crecimiento son la Publicidad, la Obsolescencia Programada y el Crédito. A la primera la llama polución visual, sonora y espiritual, en cuanto a la segunda Latouche denuncia que si las personas se resisten a la persuasión de la publicidad y se niegan a cambiar los objetos que tienen, se volverán consumidores forzados porque los objetos que se fabrican hoy en día duran poco y su reparación resulta más cara que comprar uno nuevo. Finalmente, en cuanto al crédito, Latouche resalta que como opción de endeudamiento es una situación insostenible pero de la que no se dice nada. Sostiene que el PIB es el índice estadístico de la felicidad a través del consumo. Pues el decrecimiento no es un concepto y por lo tanto, dice, no es algo simétrico al crecimiento y ha querido dejar en claro que hacer que la economía decrezca sin objetivos ni alternativas es tan absurdo como hacerla crecer sin ninguna finalidad. Para Latouche el decrecimiento es un eslogan hecho para romper de algún modo las voces dominantes de la ideología del crecimiento. Así que hablar de decrecimiento es querer decir que un crecimiento infinito no es posible en un mundo finito. Todos los problemas que conocemos ecológicos, sociales, culturales, etc. son engendrados por el crecimiento.

Por lo tanto una sociedad de decrecimiento implicaría un cambio en los valores ya que la sociedad de crecimiento se basa sobre un número de creencias. Una de ellas sería la creencia de que el hombre debe siempre dominar la naturaleza, que hay que producir más para consumir más y así volver a producir más para ganar más.

Latouche plantea un cambio de valores y mentalidad, una revalorización de los aspectos no cuantitativos, no mercantiles, de la vida humana. Dice que es importante reestructurar el aparato productivo en función de otras formas de producción porque lo esencial para el planeta es reducir lo que los especialistas llaman huella/impronta ecológica.

Esta huella es la cantidad de espacio bioproductivo que consume nuestra forma de vida y dado que el planeta es finito es necesario reducirlo, es decir consumir menos bienes materiales para que nuestra forma de vida sea soportable. Otro elemento importante en las ideas del escritor es su visión de las Catástrofes Pedagógicas. De ellas dice, que si no son demasiado graves, no hasta el punto de hacer desaparecer a la humanidad pueden servir para despertar reacciones que produzcan grandes cambios sociales. Menciona el caso de Chernóbil y del mal de las vacas locas en las que de manera unánime se tomaron decisiones trascendentales para algunos países. Una de las medidas propuestas por el decrecimiento es la relocalización de las actividades económicas de tal manera que podamos reintentar una verdadera vida de territorialidad en cuanto al manejo de la gente en su vida cotidiana. Por otro lado, el químico y fundador de la Agencia de Protección Ambiental en Alemania (EPEA) Michael Braungart y el Arquitecto William McDonough escriben el libro De la Cuna a la Cuna proponiendo una nueva filosofía enraizada en la imitación de la naturaleza en la que la Obsolescencia Programada queda obsoleta. Es decir, proponen un cambio de enfoque desde la concepción del producto y en el que se tengan en cuenta todas las fases de producción para así reducir el impacto medioambiental.

Desde otros ámbitos también se ha tratado el impacto de la Obsolescencia Programada no solo a nivel económico y tecnológico sino también social en películas como El hombre en el Traje de Blanco de Alexander Mackendrick, La Muerte de un Viajante dirigida por Volker Scholndorff e inspirada en la obra teatral de Arthur Miller o documentales como Comprar, Tirar, Comprar de Cosima Dannoritzer , The story of Stuff de Louis Fox, el videoarte de Casey Neistat (www.ipodirtysecret.com) sobre el IPod o Zeitgeist: Addendum, producida por Peter Joseph del movimiento social Zeitgeist son claros ejemplos del impacto de este fenómeno en diferentes grupos de la sociedad que se presentan como ecos de las interrogantes y planteamientos que surgen en cuanto a los efectos que tiene o ha tenido este sistema de consumo y crecimiento que sin duda está como describe Serge Latouche en el documental de Cosima Dannoritzer embarcado en un bólido que claramente ya nadie pilota a toda velocidad y cuyo destino es chocar contra un muro o caer por un precipicio.

Prueba de ello es la otra cara de la obsolescencia programada y lo vemos con el fenómeno que ocurre en Asia, China y la India quienes han sido hasta ahora los países donde se ha vertido el 70% de estos desechos tecnológicos, pero en los últimos años Occidente ha encontrado un nuevo vertedero: África, y más concretamente Ghana y Nigeria. Así lo ha confirmado el informe que acaba de hacer público, en todo el mundo, la organización Greenpeace, titulado Envenenando la pobreza.

Miembros de la organización Greenpeace han encontrado en Ghana contenedores llenos de estos residuos procedentes de Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, en este último caso pese a que existe una directiva dedicada exclusivamente al control de esta basura. Los contenedores llegan a los puertos de Accra (la capital) y Koforidua, procedentes de Alemania, Países Bajos, Suiza o Corea, entre otros países. Parte del material llega desde España, porque se han encontrado teclados con la hispana 'ñ', según explica Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación en Greenpeace España.

Son de las marcas más conocidas del mercado (Philips, Nokia, Microsoft, Sony, Canon, Siemens, etcétera) y se calcula que el 75% de los aparatos llegan destrozados, pese a que se camuflan bajo la etiqueta de bienes de segunda mano. Es más, hay quien los envía como donaciones solidarias hacia los países con menos recursos para acabar con la llamada brecha digital. Pero lo cierto según el informe de Greenpeace, es que acaban en unas plantas de reciclaje donde el material se quema a cielo abierto y que en muchos casos los encargados del reciclaje son niños, algunos de tan sólo cinco años, expuestos a unos niveles de contaminación por tóxicos que en Europa se consideran intolerables para el organismo.

Las partes más buscadas de esta chatarra son el aluminio y el cobre (inserto en los cables), que suelen venderse a los distribuidores locales por precios irrisorios. Los tubos de rayos catódicos de los monitores, sin embargo, acaban pulverizados en el medio ambiente

Por otra parte, muchas de las sustancias que se han detectado pueden afectar al desarrollo del sistema reproductor de los niños y otras pueden alterar su desarrollo cerebral y el sistema nervioso, asegura Kevin Brigden, de la Unidad Científica de la organización ecologista.

Los niños de las familias más pobres vienen del norte de Ghana y van a la ciudad a vender el material recogido. Investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) fueron quienes tomaron muestras de los suelos y concluyeron que la contaminación química en estos vertederos electrónicos, donde el material se retira a mano y se quema para separar los plásticos de los metales, es muy peligrosa: encontraron hasta 100 veces más de plomo del tolerable, un metal dañino para el sistema nervioso; ftalatos, utilizados para ablandar el PVC, que afectan a los testículos en formación, y también altos niveles de dioxinas cloradas, que pueden llegar a provocar cáncer.

Había, además, cadmio, mercurio, antimonio y cromo. Es la misma situación que ya habíamos detectado en China y en la India, que siguen concentrando la mayor parte de nuestros residuos electrónicos. Pero ahora se han sumado países como Nigeria o Ghana. Incluso hay materiales que se recuperan en África y luego se envían a Asia.

La contaminación, según confirmaron los expertos, no sólo afecta al lugar del reciclaje, sino a toda la zona, incluyendo las viviendas de los recolectores. De hecho, los niños chinos que viven cerca de una de estas plantas tienen niveles de plomo en sangre muy superiores a otros menores.

Para ello, Greenpeace ha elaborado un ranking verde de electrónica, en el que puntúan a las compañías del sector en función de su compromiso ambiental.

CONCLUSIÓN

Podemos hablar de muchos temas y ejemplos de la obsolescencia programada, de cómo ha ayudado en la economía de nuestros países pero también como lo han tomado las personas. En mi opinión la obsolescencia programada es un método creado para ayudar en la economía de los países pero eso también afecta en la economía de las familias porque no todas personas o familias tienen un buen ingreso económico. Por ejemplo los focos ahorradores dicen que no dañan el medio ambiente pero también tienen cierto límite de vida. Me parece bien que exista la obsolescencia programada porque ayuda la economía pero no deberían acortar tanto la vida de los productos porque siempre existirán personas que compren más productos, de tal manera que se crea todo un círculo vicioso en el que intervienen el consumidor, el producto y el fabricante.

La obsolescencia programada tiene las dos caras de la moneda, siendo importante para la economía pero afectando nuestro ambiente. Hay mucha gente que ya se está cansando y hay movimientos en el mundo del internet con respecto a la reparación de productos programados. Si todos supieran de la realidad de este asunto, las cosas podrían ser un poco diferentes; debido a que la mayoría de gente desconoce sobre este tema.

El problema de la obsolescencia programada es que al botar y desperdiciar tantos productos (que podrían ser fácilmente arreglados mediante un chip o algo así), el medio ambiente y países del tercer mundo son los que resultan más afectados. Los productos no solo tienen poca vida útil, sino que también en el momento de su muerte solo afectan más al medio ambiente. Si estos productos tuvieran una vida más larga, eliminando la obsolescencia programada, el mundo sería más limpio y las personas tendrían una mejor perspectiva de vida y en familia con un futuro próspero para los que vienen después de nosotros.

LISTADO DE OBRAS CONSULTADAS EN SITIOS WEB

Richard I. Levin Davis S. Rubin. Estadística Para La Administración y Economía. Editorial Pearson. Prentice Hall. 7ma. Edición. México. 2004.

Méndez Suárez Mariano, Lamothe Fernández Prosper. Opciones Reales: Métodos de Simulación Y Validación. Ecobook-Editorial del Economista. España.

Longobardi Rene Mario. Curso-Taller Regional sobre La Gerencia de la Investigación Agrícola en Países de América Latina. Editorial Fiat Panis. Mar de Plata, Argentina. 1987.

Galí Josep María. Consumicidio. Ensayo sobre el consumo (in)sostenible.

Editorial OmniaBooks. México. 2013.

Ponce de León Armenta Luis. Metodología del Derecho. Editorial Porrúa. México, 2013.

Murillo O Javier H. Recomendaciones para escribir un ensayo. Normas APA. http://www.cesa.edu.co/El-Cesa/Pdfs/pdf-pagina/Normas-APA_web.aspx

http://definicion.de/obsolescencia/#ixzz3PgULAfK8

http://obsolescenciaycrecimiento.blogspot.mx/2012/03/tipos-de-obsolescencia.html

http://www.udlap.mx/intranetWeb/centrodeescritura/.../GuiaensayofinalAPA.

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/08/ciencia/1218210620.htm

https://copyordiscard.wordpress.com/obsolescencia-2/

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