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PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO


Enviado por   •  9 de Abril de 2013  •  1.734 Palabras (7 Páginas)  •  307 Visitas

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“La Pedagogía del Oprimido”

La pedagogía del oprimido es igual a la pedagogía de los hombres en lucha de su liberación, (pedagogía del oprimido de Paulo Freire).

Por muchos siglos la problemática de la educación se ha reflejado ante una gran división entre oprimidos (personas alienadas y que son producto de la sumisión de cierto grupo dentro de la sociedad) y de los opresores (tiranos, perversos y poseedores de la misma violencia); que perdidos y en lucha continua se haya una desestabilización; rezagando esa parte fundamental en el hombre que es el adquirir conocimientos a través de la praxis, pero de aquella, que es práctica en esencia, pura acción y reflexión, que es donde los hombres son vistos como entes individuales capaces de emprender una transformación en su realidad.

La idea es que de verdad se logre la transformación, lograr pasar de oprimidos o de opresores a esos hombres con autonomía y libertad de ser; pero “el miedo a la libertad, del cual se hacen objeto los oprimidos, es un miedo que tanto puede conducirlos a la libertad como pretender ser opresores también” (pedagogía del oprimido de Paulo Freire); y no es para menos, puesto que intentar cambiar lo que es pan de cada día (tradicionalismo y mecanismo humano), no es cosa fácil, ya que el constante acoso por parte de los opresores es violentado y lleno de prohibiciones, para que los individuos sean de alguna forma y a su vez no puedan ser… ya que para los opresores “seres”, sólo pueden ser ellos.

Uno de los principales puntos a resolver por los oprimidos en estos casos para poder lograr su liberación, es el de haber liberado su mente, su reflexión. Cuantas ocasiones hemos vivido que una persona intenta ir en contra de sus costumbres que lo atrapan en diversos paradigmas, pero sólo el pensar que tendrán que cambiar todo su entorno y que tendrán que ir en contra de millones de pensamientos diversos a los suyos dejan de alcanzar sus metas y muchas veces inmersos en un mar de frustraciones que han de seguir hundiendo a los oprimidos en su propio compadecimiento, evitando así su crecimiento como “ser”.

Cuando los opresores hacen alguna expresión de los oprimidos los describen como flojos, desobligados y como unos objetos que no piensan y que siempre están en constante acomodamiento de las circunstancia que les da el día a día (lo cual de cierta manera es una verdad inminente, esto porque ante no querer abrirse a las realidades de la vida, no logran ser el cambio); y de cierta forma es muy cierto sus afirmaciones y percepción hacia los oprimidos, puesto que así son, seres desinteresados y absorbentes al revés de ser generadores… “Dentro del mundo mágico o místico en que se encuentra la conciencia oprimida, sobre toda la campesina, casi inmersa en la naturaleza, encuentre, en el sufrimiento, producto de la explotación de que es objeto, la voluntad de Dios, como si él fuese el creador de este desorden organizado” (Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire, pág. 42).

Es como se menciona en diversas ocasiones, no es posible que haya una transformación por sí misma, ninguna realidad se da a sí misma.

Ahora tampoco se puede suponer que el hombre sólo puede servir como un objeto o un recipiente donde se le es depositado información y dejado a su suerte (como hace el educador ante su educando, rompiendo todo lazo estrecho para darse un diálogo constante que nutra el conocimiento entre ambos participantes en el proceso de aprendizaje-enseñanza).

El rol de un opresor siempre ha de dar como resultado una educación incapaz de formar a seres pensantes, al contrario busca la inhibición del razonamiento, es una forma de controlar todas aquellas acciones que han de seguir manteniendo en el poder a unos pocos (opresores) para controlar de toda forma al oprimido.

La educación en el peor de los casos es de los más afectados por este antagonismo absurdo (ya que la educación debe ser en todos los ámbitos fuente de liberación); necesariamente para que los marginados objetos logren ser reconocidos como seres han de pasar por un proceso que más de difícil, será drástico para su plena convivencia en toda situación escolar o social.

Se debe tener gran cuidado en no caer en hacer de la educación un acto de depósito ya que es así como la educación ha sido vista por los educadores en nuestros tiempos, se ha perdido el riguroso papel de saber emplear la palabra educar que debe ser igual a dialogar; se debe tener aún más cuidado en caer en no caer en la Donación de información, que es de los puntos principales de ideologías opresoras. Se debe dejar atrás la memorización, el sistema de archivo-recepción y hay que empezar a fomentar la verdadera obtención de conocimientos, esa que ha de liberar al individuo.

Aquí el problema para los opresores es dejar que por un segundo los oprimidos empiecen a analizar su situación ante la vida, porque pensar significa peligro para quienes les gusta mantener el control de la famosa masa.

“Y como se ha vendido la idea de cuanto más el hombre esté adaptado, más educado será en tanto adecuados al mundo” (Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire,

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