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-Panorama General Del Pensamiento Educativo Europeo D Los Siglos XVIII Y XIX.


Enviado por   •  1 de Octubre de 2011  •  2.230 Palabras (9 Páginas)  •  2.848 Visitas

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-Panorama general del pensamiento educativo europeo d los siglos XVIII Y XIX.

La educación como el factor primordial de la producción cultural del grupo y orientadora de la sociedad tiene la difícil tarea de moldear al hombre, de poder inculcar en el valores y aptitudes que le funcionen para desenvolverse en este medio, por lo tanto es necesario reflexionar acerca de la importancia que ha tenido la educación pública desde sus inicios.

Antes de la guerra de independencia algunos preclaros intelectuales intentaron modernizar la educación de nuestro país y muchas de estas nuevas ideas fueron aceptadas y de ahí surgieron las ideas liberales que llevo a la lucha por la independencia.

Es a través del tiempo que la educación se ha ido modificando basándose en ideales que en un principio se veían obstaculizados por el clero quien quería tener el control sobre esta. Para tener una mejor idea sobre los inicios de la educación podemos iniciar comentando acerca del pensamiento educativo europeo de los siglos XVIII y XIX

El modelo de Estado que surge en Iberoamérica tras el acceso a la independencia, asume las competencias educativas, en detrimento de la Iglesia. Desde esta plataforma, la sociedad se seculariza, se afirma el concepto de nación y aparece una clase media que encuentra en la educación un factor de ascenso social. Al mismo tiempo, aunque indirectamente, también contribuye al progreso económico, a medida que se inician los procesos de industrialización y diversificación productiva. Sin embargo, según la autora, en el momento presente la educación pública sufre un progresivo deterioro como consecuencia de la crisis económica. Esta circunstancia genera problemas de integración política y social, retroceso de las clases medias y falta de cualificación de la fuerza de trabajo, que lastra las posibilidades de desarrollo económico.

En el siglo XVIII se da inicio a la escritura, los únicos que en esos tiempos eran sabios, maestros, eran los chamanes y los sacerdotes, ellos fueron los iniciadores del Siglo XVIII en Europa, y en ese momento inicia la evolución del hombre, puesto que a partir de este momento inicia la historia, ya que se podía contar con registros escritos que ayudaron a preservar la historia misma, en esta etapa los conocimientos que eran descubiertos eran transmitidos de un hombre a otro. Las escuela educativas en la edad media eran los monasterios, en estas épocas desafortunadamente se les daba educación a los miembros de la élite, y era una minoría la que tenía alcance a los conocimientos. En este mismo siglo la educación estaba politizada, y es por eso que solo algunos podían acercarse a ella.

A finales del siglo XVIII se produjo en Europa una ruptura del llamado "Antiguo Régimen", la cual otorgó a la sociedad su emancipación respecto del estado absolutista y fijó límites a la acción del Estado. Por otra parte, el Estado, que desde el siglo XVII había procurado fundamentarse sobre criterios racionales y no teológicos, empezó a garantizar la libertad religiosa e impuso a la Iglesia su definición como asociación social separada del Estado.

La situación educativa de la época se basaba en una educación heredada de los tiempos del Renacimiento, sin embargo, la implantación del mercantilismo y el progresivo aumento del laicismo en la sociedad la convertían en obsoleta. Los planes de estudios se fundamentaban en los textos clásicos, en el aprendizaje del latín y el griego, olvidando las demandas de la sociedad. Por tanto, cada vez era mayor el número de familias que pedían una educación más práctica y centrada en disciplinas de tipo matemático y científico, en los idiomas modernos y en las aplicadas a la economía.

A pesar de que el liberalismo europeo en boga a principios del siglo XIX procuró que el Estado se abstuviera de intervenir en los asuntos sociales, desde un principio las necesidades de construcción nacional propiciaron una serie de medidas estatales, entre ellas las medidas de política educativa, a las que se asignó un papel integrador. Igualmente se llevaron a cabo diversas políticas sectoriales destinadas a mejorar las condiciones de vida de la sociedad o para el fomento y defensa de ciertas actividades económicas, sobre todo en aquellos países de mayor retraso industrial.

Desde todas estas perspectivas, la función que el Estado cumple en el campo de la educación tiene un significado muy importante. A la educación se le atribuyen funciones tales como las de integración de los distintos grupos sociales, culturales y étnicos, la creación de una identidad nacional y la legitimación del poder del Estado. Se trata, en definitiva, de conseguir el consenso, de manera que el Estado no se reduzca a ser un aparato de mando e incluso de represión, sino que, mediante una compleja red de funciones que llevan a efecto la dirección cultural e ideológica de la sociedad, consiga el consenso entre los diversos sectores de la sociedad. La educación adquiere en ese sentido una significación relevante, dado su carácter de órgano óptimo para la generación del consenso. Junto a ello, los procesos de secularización del Estado, que se discutieron ardientemente en relación a la escuela laica y los problema de la libertad de enseñanza, forman también parte de esta lucha hacia el consenso. El Estado como representante de lo general rompe el monopolio ejercido por la Iglesia en materia educativa. La secularización de la política se presenta como requisito para una nación unitaria y un poder estatal indiscutido.

Además de estas funciones más estrictamente políticas, el Estado busca también a través de la educación facilitar la movilidad social y formar adecuadamente a los ciudadanos para realizar un trabajo dentro de la estructura productiva de la sociedad, ya sea en la industria, la agricultura, el comercio, las profesiones liberales o los propios cuadros burocráticos que sostienen al Estado.

Estas funciones de tipo social y económico fueron adquiriendo mayor relevancia según avanzó el proceso de industrialización a lo largo del siglo XIX y conforme la sociedad se fue complejizando. En un principio, cuando se gestaron los sistemas educativos nacionales, el nuevo Estado constitucional tenía como fundamento la creencia en que todos los hombres, independientemente de su proveniencia, eran capaces de un mismo desarrollo de la razón y, por tanto, debían considerarse jurídicamente iguales en los político.

La educación nacional fue así un componente necesario del nuevo orden político. Como hemos dicho, los grupos sociales aún no se definían en sentido estricto como clases, y por ello la escuela, con su proyecto social y moral universal, ocupó una posición eminentemente simbólica: se dedicó a jugar el papel de factor

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