ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Productos Tasaico


Enviado por   •  16 de Junio de 2014  •  2.104 Palabras (9 Páginas)  •  202 Visitas

Página 1 de 9

Productos Tasaico

Tasaico los tasaba a todos para aprender

“BENCHMARKING” PRIMERO DE LIMA Y DESPUÉS DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL

Carlos Tasaico, con estudios en administración de empresas, marketing y panadería, inició su negocio propio en el año 1990 con una inversión inicial de US$ 500. Ahora es líder en panificación y la fabricación de productos embolsados en Arequipa.

Él mismo nos cuenta:

Son tres conceptos o definiciones que se deben tener en cuenta para explicar nuestro éxito: la visión que tuvimos, la oportunidad que decidimos aprovechar y nuestra capacidad de respuesta frente a las necesidades o las exigencias que cada situación nos planteó.

Visión e identificación de la oportunidad

Estudié administración de empresas en la Universidad Católica de Arequipa, y en las vacaciones trabajaba en Lima en una empresa panificadora grande que se llamaba Santa Clara. Fue entonces que aparece la visión de formar una empresa en el futuro. Al terminar la universidad, entré a trabajar como administrador en una panadería pequeña “Baguetteria Don Giorgio” en Arequipa. Entonces percibí la oportunidad.

Con la idea de formar una empresa, comencé a hacer comparaciones entre lo que había visto en Lima y la actividad de las panaderías arequipeñas. Santa Clara se dedicaba a la fabricación y distribución de productos embolsados de panificación a un gran número de bodegas, trabajo que en ese tiempo aún no se hacía en Arequipa, por lo que comprendí que existía una demanda insatisfecha y por lo tanto una oportunidad de negocio.

En Arequipa las personas iban a las bodegas a comprar los productos embolsados de panificación, pero las tiendas estaban prácticamente desabastecidas. En algunos casos tenían esas bolsas grandes de tostadas, bizcochos o los chancays (panes dulces) en paquetes de 24 unidades; pero no se manejaba bien las reposiciones ni se cuidaba que el producto estuviese siempre a disposición de los clientes y que éstos los reconociesen.

El comienzo de la empresa

Antes de formar la empresa realizamos una pequeña investigación de mercado para evaluar la oportunidad y el segmento que se quería aprovechar. Al mismo tiempo realizo algunas pruebas, demostraciones de fórmulas y cálculos de la operación, aprovechando los conocimientos aprendidos tanto en Lima como en

Arequipa. Al convencernos de la factibilidad del negocio, tomamos la decisión de lanzar la empresa al mercado en el año 1990.

La inversión inicial fue de US$ 500. Como teníamos maquinaria semiindustrial y máquinas caseras, empezamos el negocio con un solo producto; los quequitos, también llamados muffins. Este producto fue

escogido porque no existía en Arequipa, y era más fácil posicionar la empresa en un nicho de mercado que no existía.

Los puestos de operario, vendedor y administrador los realizaba yo mismo; cumplía un rol diferente en cada turno de trabajo. En la mañana preparaba los quequitos, en la tarde vendía y en la noche sacaba las cuentas. La producción semanal entre los años 1990 y fines de 1991 llegaba a entre 1 y 2 quintales. Sin embargo, entre finales de 1991 y 1993, la situación de la empresa cambia y nos fue posible contratar un operario y un vendedor en motocicleta.

Un poquito de ayuda

Debido a las buenas relaciones con nuestros proveedores, la empresa fue merecedora de una beca -que pagaba los estudios más no la estadía- para hacer un curso de panadería, pastelería y chocolatería en la ciudad de Barcelona, España. Sin pensarlo dos veces aprovechamos la oportunidad y además, en los intervalos de los estudios, generamos nuevas oportunidades para hacer prácticas en Suiza, Alemania, Italia y Francia. Ya de regreso, aplicamos todo lo que se había aprendido en Europa, tanto en panificación como en pastelería industrial. Paralelamente, aparece una línea de financiamiento de apoyo estatal, llamada PROPEM-CAF, para la promoción de la pequeña empresa auspiciada por la Corporación Andina de Fomento (CAF).

El financiamiento sin embargo, demoraba mucho en ser otorgado; porque no era una operación directa, sino que cada proyecto debía ser aprobado a través de un banco o intermediario financiero. Pero mientras esperábamos el crédito, la empresa continuó marchando bastante bien.

Una vez obtenido el crédito, adquirimos maquinaria industrial con la que pudimos diversificar nuestros productos. No sólo fabricábamos quequitos, sino también panes de molde, bizcochos frutados, etc. A finales de 1993 nuestra producción semanal era de 5 a 6 quintales semanales.

El máximo reto

Entre los años 1993 y 2000 aparecen nuevas oportunidades de comercialización en función a que nos hacíamos cada vez más conocidos y a que logramos formalizarnos completamente.

Esta formalización nos permitió, principalmente, fortalecer nuestras relaciones comerciales con instituciones y crear nuevos productos. Logramos establecer convenios institucionales con EsSalud, ministerios y concesionarios de minas, a quienes les distribuíamos regularmente nuestros productos.

En los años 1996 y 1997 llega la transnacional BIMBO. Lejos de ser un problema que nos paralizara, significó un reto y una oportunidad para desarrollarnos más. Nos dimos cuenta que, aunque teníamos una visión de futuro bastante clara, estábamos trabajando desordenadamente y nos faltaba roce internacional.

Bimbo tenía camionetas, señores que atendían a las bodegas en terno, muñequitos que salían a ofrecer productos, productos embolsados bastante bien preparados, con una homogeneidad en cuanto a su marca, colores y diseño; es decir, una estrategia de marketing bien implementada y organizada. Era una calidad de atención un poco alejada de la que teníamos nosotros.

Capacitación permanente

Fue así que nos dimos cuenta de la necesidad de capacitación, ya que no teníamos capital suficiente como para contratar a un especialista en marketing. La solución más práctica fue ponerse uno mismo a estudiar marketing, para luego aplicar los distintos conceptos a la empresa.

Por otro lado, las transnacionales traen normativas, que nosotros no manejábamos. Las BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y el sistema HACCP (sistema de control de riesgo) eran temas que no se usaban acá, pero que todas las empresas internacionales los tenían y que ayudan a las empresas a desarrollarse. Entre los años 1997 y 2000 empezamos a trabajar con BPM y HACCP hasta la actualidad. En ese período, la producción semanal aumenta a entre 50 y 60 quintales, equivalentes a 3 toneladas de harina en producción

de pan.

Etapa de consolidación

La etapa final de expansión se da entre los años 2001 y 2004. Durante ese período contábamos ya con el reconocimiento del consumidor

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (14 Kb)
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com