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RICITOS


Enviado por   •  13 de Junio de 2014  •  Examen  •  1.228 Palabras (5 Páginas)  •  191 Visitas

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RICITOS

20 ENERO 2010

Nos miramos, tomo asiento frente a ella. Tenemos una mesa pequeña, de plástico, que compartimos. Las sillas son del mismo material. Tiene sobre la mesa unos cuadernillos, sus manos sostienen unas hojas impresas. El lugar parece haber sido diseñado como una sala de espera de un pequeño consultorio médico porque en ambos lados tienen ambientes similares para tales fines, han sido adaptadas como celdas. Detrás de ella, dos baños y detrás de mí unas puertas con rejas de acero que transforman el lugar que podría haber sido apacible.

-¿Tiene lapicero? Por favor que sea de color negro –

Le entrego el lapicero, artículo nunca recuperado, con el tiempo descubrí su costumbre de apropiarse de lo ajeno. Le voy proporcionando los datos personales que me va solicitando.

-Dígame su nombre completo-

Escribe con cierta inseguridad, aparenta serenidad. Llama mi atención unas manchas impresas en su rostro, de un color marrón oscuro suave pero seguramente enojoso, cubren gran parte de su cara, las disimula con un cargado maquillaje. Las pocas veces en las cuales permite ver sus ojos, siempre habla como si estuviera estar sumamente ocupada en otros asuntos de mayor importancia o como si estuviéramos acompañadas del hombre invisible. Ahora absorbe sus sentidos las anotaciones de mis repuestas a sus requerimientos, muestra unos ojillos inquietos, se mueven sin ritmo y sin ninguna frecuencia, parecieran estuvieran libres y con vida propia.

El conjunto de su expresión exhibe emociones contenidas a punto de rebalsar los diques de contención impuestas por temores desconocidos convirtiéndola en un ser quebradizo. Sus miedos hacen de ella una persona capaz de acciones al margen de la ética y de convenciones morales para conseguir sus propósitos venales y de vivir sumida en depresiones abismales.

La entrevista se va desarrollando normalmente hasta alcanzar los aspectos personales:

-¿Casado?

-¿Hijos?

-Se le nota a usted ecuanimidad y poseer serenidad. Me expresa con voz insegura. En cambio yo tengo muchos problemas. Me hundo en miles de incertidumbres. No se por donde camino. Estoy divorciada y la verdad… me encuentro completamente desorientada.-

Sus palabras detienen mis cavilaciones, me sorprenden, no corresponden al profesional de asistencia social y al paciente. Me parece que estamos sentados en sillas equivocadas.

Continua hablando con la cabeza inclinada, Sin esfuerzo podría contar los cabellos que se han resistido a sucumbir al color del tinte usado para cambiarlos del color natural. Estos se muestran de un color plomo apagado.

Su voz me llega distante, no le es posible afinar el tono emocional acorde con el significado de sus palabras. Tiene un tonillo estrabico especial muy de ella. Terminas sus expresiones con un je, je, je fuera de lugar, como una nota extraviada, extravagante, dicha en un griterío de melancólicos.

Esta profesional es la encargada de velar se cumplan las disposiciones del sistema judicial del Estado para RESOCIALIZARNOS y podamos integrarnos a la sociedad. El poder judicial nos considera unos seres marginados y necesitamos cuidados especiales para poder reinsertarnos en nuestra sociedad por haber vulnerado sus normas de buen comportamiento de nuestro sistema democrático.

Días, semanas pasan, estamos en la tercera sesión. Como de costumbre, frente a frente, sentados en las mismas sillas, unidos por la pequeña mesa. El tiempo transcurrido en el penal ha permitido conocernos. No soy de su agrado. Parece le provoco sentimientos perturbadores. Necesito urgente una evaluación en su campo de acción para concretar una gestión para ser libre. La rutina de preguntas y repuestas le permiten llenar unos cuestionarios. Ha leído mi sentencia. Es inteligente y pérfida. La sentencia contiene una

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