Resumen Twesty Rey

Las equvocas generaciones de reformas noventistas las cuales afirmban que no solo era inevitable sino deseable la vision de LAS PRIMERAQS GENERACIONES DE REFORMAS politicas de ajustes etructural,que incluyen como instrumentos centrales la privatizacion,desmonopolizacion,desentralizacion y desregulacion lograron que el estado se desprendiera de actividaes de altos costos y ejecutada de modo ineficientes partiendo de un analisis criticas de las deficiencias del modelo de estado interventor-benefactor(en sus variants centrales y perifericas)encontraron que la alternative del ajuste structural pro-mercado era la unica y elogiada salida

En cuanto a la mentada “segunda generación de reformas”, se hace referencia a la modernización y calidad de la gestión y contiene, como uno de sus elementos centrales, la noción de “profesionalización”. una mayor calificación de la planta de la administración pública que, una vez producidas las privatizaciones y desregulaciones hacia fuera y hacia dentro, debería reducir su tamaño (cantidad de agentes, áreas o sectores de intervención, etc.) pero ganar en calidad, tanto en el nivel de la toma de decisiones como en el de los procedimientos.

La reforma en términos generales sobre lo que sería un funcionamiento “ideal” y abstracto del Estado, válido para todo tiempo y lugar. Porque todo planteo reformista o modernizador y su eventual implementación se dan en contextos determinados por la historia y la peculiar configuración de las relaciones de fuerza sociales. Por eso, resulta una falacia proponer instrumentos “técnico-profesionales” que, supuestamente, aportarían eficiencia funcional, sin una consideración explícita de los objetivos de la acción estatal y sin referencia a las configuraciones de poder que le dan sustento. . Si los objetivos del Estado no contribuyen al bienestar de la mayoría de la población, no resulta socialmente relevante que la gestión administrativa sea de “mejor” calidad. (en cuanto a adecuación racional de medios y fines), hasta a un campo de concentración.

Hablar de “refundación” del Estado y no de mera “reforma”, no puede eludir una definición de cuestiones prioritarias en torno a una pregunta clave: ¿qué Estado para qué proyecto de país?. Por eso, la cuestión del Estado no es algo “técnico”, sino profundamente político. Los aspectos técnicos, que involucran saberes especializados para definir los mejores medios para conseguir determinados fines, son muy importantes. Pero de ninguna manera pueden suplantar las opciones políticas.

Una premisa básica, opuesta a la visión neoliberal, es ampliar lo máximo posible el sentido de lo público. . Significa, recuperar el sentido de la acción colectiva, de desmercantilizar.Porque el afán de lucro, la idea de ganancia, no llevan automáticamente, como pretende la ideología liberal y lo desmiente la realidad, a mejorar la calidad de vida de la mayoría de la sociedad. Por el contrario, la realidad muestra de qué el capitalismo, por su misma esencia, tiende a concentrar en pocas manos el fruto del esfuerzo colectivo, al punto de empujar a cada vez más amplios segmentos de la población mundial a los confines de la indigencia absoluta., con el argumento de que como lo estatal no es de nadie, pero lo pagamos todos, su ineficiencia es un costo insoportable para la sociedad. Por el contrario, las cargas de lo privado las asume sólo quien las genera. Es indudable que un Estado cooptado por intereses particulares y clientelares no responde a las demandas de la sociedad ni puede generar en sus agentes sentido alguno de adhesión o pertenencia organizacional, pero la premisa de la eficiencia sin costos públicos de lo privado es errada. En este caso, los beneficios se apropian privadamente y las pérdidas casi siempre se externalizan y las termina soportando el conjunto de la sociedad.

De ello se desprende, en un plano más específico, que es legítimo aspirar a una gestión de lo público que sea eficaz y eficiente. ¿por qué resulta tan fácil enunciar los buenos propósitos y tan difícil ponerlos en práctica, como lo muestra la experiencia argentina?

. La calidad de gestión y las herramientas para ejecutarla son un requisito indispensable es implementar políticas públicas acordes con las demandas de la sociedad.

Auque es más fácil y “luce más”, por ejemplo, distribuir subsidios que instalar oficinas de empleo para articular programas de largo plazo y generar beneficios permanentes. Lo que hace falta, entonces, es recrear, crear o consolidar mecanismos efectivos y duraderos que permitan materializar los objetivos públicos democráticamente validados y socialmente útiles.

la conformación institucional, dependerán de elecciones principalmente políticas. Entendemos que, para comenzar, es preciso revertir la tendencia privatista instalada,Para cambiar las oficinas públicas concretas no queda otra que crear rutas específicas de buen diseño institucional. Primero hay que saber para qué está una determinada agencia estatal o para qué debiera creársela: cuáles son sus objetivos, sus misiones, sus funciones y recién entonces se pueden establecer criterios de funcionamiento idóneo. No es lo mismo encarar proyectos de acción social que gestionar una escuela o un hospital, ni manejar un registro civil que un ente regulador de servicios públicos. No es lo mismo tratar con usuarios directos de prestaciones muy concretas, que formular políticas generales. En términos prácticos, solo se pueden diseñar instrumentos específicos y es casi seguro que no funciona importar recetas supuestamente útiles para el sector privado.Una verdadera transformación del sector público para que esté al servicio de las mayorías populares tendrá sentido, y podrá ser viable, si se basa en una “alianza virtuosa” entre 1- una conducción política legítima y con gran consenso, 2- quienes tienen las herramientas del conocimiento formal socialmente construido y acumulado (técnicos), 3- los encargados de ejecutar las diversas acciones necesarias (los trabajadores públicos), que aportan un saber ligado a la “experiencia” y, la sociedad misma, mediante múltiples instancias de participación. Cada uno de estos factores se vinculan estrechamente entre sí y tienen sus propias exigencia interna

Es difícil imaginar que pueda transformarse -real y no retóricamente- Por dos cuestiones: la primera, y muy básica, porque sin una genuina representatividad y legitimidad política no se advierte de qué modo se podría liderar y plasmar proceso alguno de cambio socialmente relevante. La segunda se refiere a la constitución misma del Estado,Mientras subsista un esquema institucional basado en el clientelismo, que condena al espacio público a devenir en apropiable por intereses partidistas -de corto plazo y estrecha

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