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SANGRE DE CAmpeon Sin Vcadenas


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2013  •  1.282 Palabras (6 Páginas)  •  274 Visitas

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CAPITULO II

EL CIRCO DE PULGAS

Al día siguiente, Owin y Beky se levantaron temprano para ir a la escuela. Su padre continuaba dormido. No lo despertaron.

Cuando llegaron al salón de clases encontraron un griterío. La maestra no había llegado. En el pesado ambiente de travesuras, groserías y burlas, los chicos pasaron casi toda la mañana sin ninguna guía. Durante la última hora de clases, el perfecto entro de repente y levanto la voz:

- Su profesora enfermo. Contrataron a una suplente. Vendrá a presentarse al rato. Me mandaron a cuidarlos mientras tanto: ¿Qué hacemos? ¿Jugamos a algo?

El perfecto era un joven que hacía las veces de portero, vigilante y recadero. Organizo un juego de palabras, hombres contra mujeres. Como representante de los niños, eligió a Owin. Todos abuchearon la elección. Owin se rehusó, pero el perfecto insistió; entonces, son saber cómo negarse, Owin camino hacia el frente. Sus compañeros le arrojaron bolsas de papel. El agacho la cabeza y se mantuvo quieto. Como embajadora de las mujeres nominaron a una chica guapa y lista.

El juego comenzó. Se trataba de escribir en el pizarrón palabras que iniciaran con la misma letra. Owin se hallaba tan intimidado que no pudo encontrar el nombre de una persona, ciudad o animal, cosa o película que comenzara con la v. La chica termino su trabajo exitosamente y de inmediato recibió el aplauso del grupo femenino.

- ¡Las mujeres van ganando! – dijo el perfecto -, ahora escriban palabras que comiencen con la r. tienen un minuto.

Nuevamente Owin perdió. Los gritos de ánimos de las niñas fueron opacados por las groserías que decían los hombres a su delegado:

- ¡Eres un burro, Owin! ¡No sirves para nada! ¡Mejor lárgate! ¡No debiste venir a la escuela hoy! ¡Torpe! ¡Tarado! ¡Ignorante! ¡Bestia!

El perfecto escuchaba las burlas y se reía.

- Vamos a darle otra oportunidad a nuestro amiguito.

Estaba un poco dormido. ¿Ya despertaste? ¡Vamos! ahora no escribirán en el pizarrón, sino que dirán en voz alta las palabras. Empecemos con la letra t. ¡Vamos!

La niña se avoco en la tarea con rapidez y grito:

- Tomas, Toronto, Tortuga, Tronco, titanic.

El competidor trato de hablar al mismo tiempo, pero su tartamudez se convirtió en un freno.

- Te… te… te… te… te…

Todos lo chichos rieron.

- ¡Es una ametralladora!

- Te te te te te te te te te – Se burlaron

Owin guardo silencio. Ni se atrevió a regresar a su lugar ni quiso competir ya con alguien que, en ese juego, era mas rápido que el.

- ¡Las mujeres ganamos otra vez! – Dijo la chica – , ¡Ganamos Siempre!

- ¡Siéntate, Zopenco! – Gritaban los varones – ¡Pareces sapo! ¡Eres peor que un animal! ¡Nos das vergüenza!

Las bolas de papel volvieron a lloverle encima.

Owin, tenía trece años y no le gustaba demostrar debilidad, pero esta vez, frente a sus compañeros, las lágrimas de rabia comenzaron a rodearle los parpados.

- ¡Mírenlo! está llorando. ¡Es una ametralladora marica!

El perfecto zarandeo al joven y le increpo:

- ¿Eres un marica, Owin? ¡Y porque no lo habías dicho? De haberlo sabido hubiéramos escogió a otro para que representara a los hombres.

La bulla aumentaba.

Beky se puso de pie.

- ¡Basta! ¡Dejen en paz a mi hermano! – El griterío disminuyo un poco – El no les había hecho nada malo… ¡Déjenlo en paz!

Beky camino al frente. Las bolas de papel comenzaron a caer sobre ambos. Ella le sugirió a Owin en voz baja:

- ¡Vamos a ala dirección! debemos quejarnos.

- No, hermana – Contesto el – Si me defiendes será peor.

- ¡Acuérdate lo que leímos en el cuaderno respecto a la timidez! salgamos de este salón.

- ¡Esta prohibido salir!. Intervino el perfecto – Lo siento mucho ¡Mientras no llegue su maestra, yo mando!

Un escalofrió les recorrió el cuerpo a los hermanos cuando escucharon:

- Pues tu tiempo de mandamás termino. Ya estoy aquí… por si no lo habías notado.

Los gritos y majaderías fueron bajando de intensidad hasta que se convirtió en murmullos.

Una mujer joven he impávida los miraba desde la entrada.

- Soy la maestra suplente – Camino – Tengo un rato en la puerta escuchando majaderías…

Los murmullos se apagaron por completo. Todos observaban a la mujer que acababa de entrar al salón.

- Jóvenes – Indico a los chicos Meneses -Hagan favor de regresar a sus asientos, y usted, “Perfecto”, puede retirarse. Hablaremos un rato….

El liderzuelo salió del aula como huyendo.

La profesora miro a sus alumnos y ellos también la observaron. Tenía rostro fino, cabello negro, largo rizado y figura esbelta; parecía una muñeca de colección, sin embargo, en contraste con su belleza, el ceño fruncido y la boca apretada le daban una apariencia de enfado innegable. Camino por el aula en silencio.

- Me entristece haberlos conocido en estas circunstancias -Dijo después – Creí que me habían asignado un grupo de jóvenes, y he aquí que llego al salón y me encuentro con un verdadero circo de pulgas…

Los chicos no comprendían la comparación, pero sabían que están a punto de recibir un regaño.

- Las pulgas son insectos muy especiales -Continuo -, A pesar de su pequeñez tiene enorme fuerza en las patas.

Una pulga de medio milímetro puede saltar más de treinta centímetros. ¡Seiscientas veces su tamaño! Es como si uno de ustedes pudiera subir al techo del edificio más grande del mundo. Ahora entienden esto: Hace dos años, un las ferias, había “Circo de pulgas”. El domador atrapaba estos insectos, los encerraba en recipientes de cristal y los dejaba ahí por varios días. Cada vez que una pulga saltaba, chocaba con la dura superficie de vidrio. Algunas se morían. El castigo de las pulgas de saltar era un impacto contra el cristal. Cuando, finalmente eran sacadas del encierro, las sobrevivientes habían aprendido que solo podían dar saltos pequeños para no lastimarse. El domador les ponía columpios a su alrededor y las pulgas amaestradas brincaban poquito de un lado a otro sin escaparse. ¡Eso es un circo de pulgas! Ustedes no son capaces de hazañas físicas como las de la pulga, pero si lo son de hazañas mentales parecidas; pueden soñar con altísimos ideales y saltar hacia ellos, pueden imaginar grandes cosas y lograrlas.

Los hombres multiplicas seiscientas veces o mas su estatura mental cuando realizan obras artísticas, científicas o de investigación. Tienen grandes capacidades. Son triunfadores en potencia. Pero ¿Pero qué pasa si alguien asiste a un salón de clases como este y cada vez que se equivoca recibe burlas?, ¡Si cuando opinan, le dicen que se calle! ¡Si pasa al frente y le arrojan bolas de papel! Son como golpes en la cabeza, y producen el mismo efecto que el vidrio en las pulgas encerradas. ¡Ni más ni menos! Hace rato fui testigo de cómo atacaron a su compañero. Le dijeron “Burro”, “No sirves para nada”, “Mejor lárgate”, “No debiste venir a la escuela”, “Torpe”, “Tarado”, “Ignorante”, “Bestia”, “Zopenco”, “Sapo”, “Nos das vergüenza”, etcétera.

La lista de insultos, dicha así, de corrido sonaba exagerada y hasta chistosa. Hubo algunas risitas. La muestra Prosiguió:

- ¡Este salón es un circo de pulgas! ¡Cada vez que un compañero intenta saltar, los demás lo castigan para que aprenda a que no debe hacerlo! Es la escuela de la mediocridad. Los mediocres fastidian a los soñadores hasta arrancarles sus deseos de triunfar. Pero yo observe la mirada de Owin y pude detectar que es un niño noble e inteligente. Tiene derecho a ser feliz y a lograr grandes metas. Nadie debe hacerlo menos.

Algunos chicos comenzaron a ver a los gemelos de reojo.

Beky observaba a la maestra con profundo agradecimiento.

Owin apretaba los dientes y miraba al suelo. Su corazón estaba abrumado. Lo habían golpeado tanto, que en efecto, se sentía como una pulga acomplejada. Sin deseos de saltar ni de moverse.

- Owin, pasa al frente – Dijo la maestrea.

- No… – Murmuro -, N… no otra vez.

...

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