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Siete Leyes Espirituales Del Éxito


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  1.541 Palabras (7 Páginas)  •  513 Visitas

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LAS SIETE LEYES ESPIRITUALES DEL ÉXITO Y SU APLICACIÓN EN LA VIDA DIARIA

La mayoría de los seres humanos, si no todos, buscamos la felicidad. Ese es el fin último de nuestra existencia y en el afán de obtenerlo desarrollamos un sin número de actividades que se orientan a obtener la felicidad, pero muchas de estas actividades más adelante se convierten en procesos complejos que dejamos a medio terminar porque hay otras actividades que absorben nuestro tiempo, o simplemente no somos tan perseverantes en buscar la felicidad. A continuación voy a presentar las 7 leyes espirituales del éxito de Deepak Chopra, motivador y conferencista reconocido alrededor del mundo e intentaré ver si es realmente es posible para todos llevarlas a la práctica, teniendo en cuenta que el mundo actual va tan rápido que muchas veces apenas si tenemos tiempo para pensar en nosotros mismos.

La primera ley habla acerca de la potencialidad pura, se refiere a descubrir nuestro yo espiritual, nuestra naturaleza esencial, nuestro espíritu tiene una potencia ilimitada y encierra la capacidad de cumplir nuestros sueños. Esta ley se alcanza mediante el silencio, el contacto con la naturaleza y practicando el hábito de no juzgar. Es fácil para todos lograr un momento de silencio, un contacto con la naturaleza, pero ¿cómo sabemos cuál es nuestro verdadero potencial? ¿Es posible cumplir nuestros sueños solamente teniendo un potencial? Considero que el potencial se da desde la mente y está claramente marcado por las experiencias que marcan nuestra existencia, una persona que ha nacido en un hogar humilde y con falta de oportunidades no tiene la misma mentalidad de una persona que no ha pasado por ninguna necesidad, probablemente la persona humilde tenga una actitud negativa respecto a la vida mientras que la otra persona no. Por eso creo que la potencialidad es subjetiva, si bien todos tenemos capacidades para lograr nuestros objetivos, algunos sin haber hecho acción alguna están más cerca de cumplirlos y por ello, el punto de partida para alcanzar los objetivos es diferente de persona a persona.

La segunda ley se refiere al dar y recibir. El universo está en un flujo constante de energía en el cual todos los elementos se encuentran en armonía porque hay una interacción entre la mente y el cosmos. Cuanto más contribuyamos al flujo de energía del universo, más recibiremos porque todo el flujo regresa nuevamente a su lugar de origen para terminar un ciclo. Esta ley puede aplicarse recibiendo con aprecio las lecciones de la vida, cultivando la amistad con las demás personas, sin esperar nada a cambio. El ser humano es ambicioso por naturaleza y siempre busca sus propios intereses incluso a costa de los demás y en nuestro país por ejemplo, es realmente complicado encontrar un acto que se haga desinteresadamente porque lastimosamente hemos crecido en la cultura del vivo. No existe un acto que represente caridad, todas las acciones tienen un interés de fondo; Es algo fortuito encontrar a quien nos ayude desinteresadamente, aunque ese tipo de personas aún existe, en el fondo todos somos buenos hasta que la ambición nos corrompe. La ambición es una como una bola de nieve que siempre nos hace querer más y más, por eso en mi opinión esta ley solamente puede ser aplicada de manera efectiva por aquel que no ha descubierto la naturaleza humana (un niño) o por aquel que ya ha llegado a la felicidad.

La tercera ley que nos presenta Chopra, habla de la Causa y Efecto, toda acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera, dicho en palabras más claras, cosechamos aquello que sembramos. Esta ley es de fácil aplicación, simplemente debemos pensar en las consecuencias de nuestros actos, evaluar si estas traen felicidad o desgracia a nosotros o a nuestros semejantes. Considero que en el fondo esta ley tiene un componente de interés; los actos del ser humano siempre poseen como trasfondo la búsqueda de un fin y ese fin es el bienestar propio. Si realizamos una acción por interés, realmente no estamos siendo mejores personas, simplemente estamos usando un medio para lograr un objetivo, independientemente de que este sea bueno o malo, simplemente es nuestro objetivo. Esta ley no hace distinción al fin último de las acciones, es decir que queda a nuestra voluntad decidir si nos encaminamos a nuestros objetivos siendo mejores personas o simplemente buscamos nuestros objetivos sin mirar el camino que nos lleve hacia ellos.

La ley del menor esfuerzo que nos presenta el autor hace referencia a que la naturaleza utiliza un esfuerzo mínimo

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