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Sistema Vegetativo


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2012  •  9.387 Palabras (38 Páginas)  •  324 Visitas

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Generalidades.

El estudio del sistema nervioso autónomo va muy unido al estudio del dolor y de su cirugía, aunque este sistema tiene también otras funciones, según se detallará más adelante. Leriche, el célebre cirujano del sistema nervioso autónomo, decía qe el dolor no sirve para nada al organismo; radicalmente no puede afirmarse tal, ya que en muchos casos el dolor tiene un carácter defensivo. Por otra parte, el dolor es la más compleja de las sensaciones, con unas vías nerviosas confusas, que si bien una parte de ellas termina en tálamo, no conocemos exactamente su camino posterior a partir de este nivel para que el dolor se haga consciente.

El dolor va con un componente emocional personal, que explica que para algunos sea insoportable y para otros tolerable. Luis XIV, por ejemplo, tenía una caries jamás cuidada, y sin embargo aguantaba el dolor. A este respecto, y como ejemplo, Leriche, en la primera Guerra Mundial, tuvo que desarticular sin anestesia tres dedos a un cosaco, y un pie completo a otro, sin niguna queja por parte de ellos. Las tres cuartas partes de los casos de miembro fantasma son dolorosos. Esta entidad, así como la causalgia, fueron tratadas por Leriche a base de infiltraciones en el sistema simpático, o inyectando en los troncos nerviosos, o pelando las paredes de las arterias; incluso en el angor realizó infiltraciones del simpático. Precisamente, en 1915, oprimiendo la adventicia de una arteria en un operado, en guerra, observó que la arteria se contraía durante varias horas, para luego dilatarse. Y fue en 1916 cuando por primera vez peló una arteria en un enfermo con causalgia y vio que el alivio en los síntomas era realmente importante.

Con Leriche sabemos de la importancia del sistema nervioso vegetativo y en concreto del sistema simpático en los procesos dolorosos. Y con él sabemos que no se puede dividir el sistema nervioso de una forma drástica en autónomo y de la vida de relación, pues ambos se interrelacionan y vienen a estar controlados desde niveles superiores de forma integrada y conjunta. En lo que se refiere al dolor, las dos partes son porciones nerviosas distintas para el funcionalismo de un mecanismo único.

En cuanto al desarrollo del sistema nervioso central, hay que indicar que la placa alar corresponde a la zona posterior del tubo neural, de función sensitiva; y la placa basal, anterior, es de función motora. Precisamente en la placa basal y cerca del surco limitante se desarrollan las neuronas efectoras del sistema nervioso autónomo; las demás neuronas que se desarrollan en la placa basal, más alejadas del surco limitante, se corresponden con neuronas efectoras del sistema de la vida de relación.

En la zona caudal del tubo neural, y en los niveles medulares S2 a S4 se constituyen neuronas que emigran hacia las paredes del tubo digestivo y derivados (áreas del colon izquierdo y vísceras pelvianas), emigraciones que arrastran los cilindroejes de neuronas cuyos somas se quedan en los niveles medulares referidos, axones que forman los nervios pélvios o erectores, que conectan con los cuerpos neuronales emigrados a las paredes de las vísceras correspondientes o en su proximidad, ejerciendo una función parasimpática sobre ellas. En niveles cefálicos, más altos, se constituyen fibras nerviosas también parasimpáticas cuya terminación sigue patrones análogos a los de los niveles parasimpáticos caudales. Se trata de los pares craneales III, VII, IX y X. Es el sistema parasimpático cefálico, troncoencefálico. El nervio parasimpático por excelencia es el X par craneal, nervio vago o neumogástrico, que inerva gran cantidad de vísceras, hasta la mitad del colon. También en el caso del sistema parasimpático cefálico las neuronas ganglionares se sitúan cerca del órgano inervado.

Se habla de sistema parasimpático, por su situación en "para", dentro del sistema nervioso central (cefálico y caudal o pélvico). Su función en general es de restauración de la energía.

Y en la parte central del sistema nervioso central se constituyen neuronas preganglionares del sistema simpático u ortosimpático (por su situación en "orto"), cuya función es en cierto sentido la contrapuesta a la del parasimpático, es decir, prepara al organismo para situaciones de emergencia. Las células preganglionares se desarrollan en la zona del asta lateral de los niveles medulares C8 a L3, dentro de la lámina VII de Rexed. Los cuerpos neuronales ahí situados conectan con las células ganglionares correspondientes. Estos axones que surgen del sistema nervioso central son las fibras preganglionares del sistema; las que proceden de los ganglios son las fibras postganglioares; y los ganglios están un tanto alejados del órgano a inervar; por tanto, las fibras postganglionares simpáticas para un determinado órgano son más largas que las correspondientes parasimpáticas.

Existe una cadena ganglionar simpática o tronco simpático, que es un conjunto de ganglios que se extienden desde la base del cráneo hasta el cóccix, o ganglios paravertebrales; y otros ganglios simpáticos en posición más ventral, o prevertebrales, como es el caso de los ganglios del plexo solar. Los dos tipos de ganglios en líneas generales tienen funciones distintas.

En cuanto a la cadena de ganglios paravertebrales (o tronco simpático), las fibras preganglionares que llegan a ellos hacen sinapsis en los cuerpos de las neuronas situadas en los mismos, y desde cada ganglio surgen fibras postganglionares que acompañan al nervio espinal correspondiente con la finalidad de realizar la inervación de territorios periféricos, es decir, hacia músculos erectores de los pelos, glándulas sudoríparas, muscultura lisa de las paredes arteriales, para mantener el trofismo de la piel. Las fibras que desde médula espinal llegan a los ganglios se llaman ramos (rami) comunicantes blancos, mientras que las que salen de ellos, para ingresar nuevamente en el nervio espinal que corresponda son los ramos (rami) comunicantes grises, debido a la diferente mielinización de ambos tipos de fibras; los ramos comunicantes blancos son fibras de tipo B, y los grises, de tipo C; las primeras de conducción más rápida, y las segundas, más lenta. Pero las fibras preganglionares no sólo pueden llegar a su nivel, al nivel correspondiente al ganglio en cuestión, sino que pueden ascender y descender a lo largo del tronco simpático (lo que explica la existencia de la cadena ganglionar, en que los distintos ganglios están enlazados entre sí), llegando a ganglios más altos o más bajos; por eso existen ganglios paravertebrales en niveles en que no hay asta lateral de la médula espinal, o sea, más cranealmente o más caudalmente a los segmentos C8 o L3. Esto explica igualmente que sólo existan ramos comunicantes blancos en los niveles C8 a L3,

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